“No se ganan elecciones con impuestos” (Pintado)
Por Rafael Fernández
Ante las luchas de maestras, profesores, trabajadores de la Salud Pública, exigiendo aumento salarial y mayor gasto en Educación y Salud, el presidente declaró que “estamos en una coyuntura que estamos acorralados, estamos obligados a ser prudentes” (UNoticias, 22/8). ¿Quién acorrala al gobierno? No los trabajadores en lucha, a quienes Mujica les dijo que “Acorralar al gobierno es inútil en el punto de vista de los pesos. Es un gobierno muy ligado al interés de los trabajadores más debilitados, si más no da es porque no puede”. El presidente declaró: “obviamente que tendríamos que cobrarle más impuesto a los que tienen, a los empresarios o sectores con altísimos ingresos”, pero al mismo tiempo dijo que no podía hacerlo. Su discurso se concentró por ello en pedirle paciencia a los trabajadores: “lo que me extraña que precisamente es que los humildes trabajadores no entiendan, por la coyuntura que le toca atravesar su gobierno, que si más no da es porque no puede”
El presidente que un día dice una cosa y al otro la contraria, había prometido que no iba a “arremeter contra la gente con un garrote en la mano” para desalojar los hospitales ocupados. Sin embargo, hizo exactamente eso. A pedido de la ministra ‘comunista’ Susana Muñiz, decretó los servicios esenciales en la salud pública, y desalojó con la policía a los ocupantes.
Mujica se ha mostrado preocupado por demostrar –a los trabajadores y a los especuladores internacionales– que a él no lo acorralan las luchas sindicales. Si él se siente ‘acorralado’ es precisamente por los mandatos del Fondo Monetario y las calificaciones de los Standard & Poor’s, es a ellos ante los que se arrodilla.
La prensa afirma que el astorismo ganó la batalla dentro del gobierno, y que no habrá nuevos impuestos. El inefable ministro de Transporte resumió: “no se ganan elecciones con impuestos”. Pero los impuestos tienen consecuencias electorales si se aplican a las grandes mayorías. Si se decretan sobre las grandes fortunas, sobre las empresas subsidiadas, los latifundistas y las multinacionales instaladas en zonas francas, no sólo no tendría un ‘costo electoral’ sino que seguramente llevaría a una mayor votación desde los sectores populares. El propio argumento revela a quién estaban pensando gravar con impuestos los gobernantes ‘progres’.
Hay que recordar que el mísero impuestito a la concentración de tierras fue derogado tras ser declarado inconstitucional por la Suprema Corte, pese a que su destino era justamente a favor del sector rural. Las alternativas manejadas por el gobierno en las últimas semanas era el robo a la devolución del Fonasa, o establecer mayores quitas a los salarios más altos.
El Presupuesto estatal demuestra quiénes gobiernan: son los usureros internacionales, que imponen la existencia de abultadas reservas internacionales para garantizar el pago de la deuda externa. Es por ello que el gobierno acumula 15.000 millones de dólares “con los que no sabemos qué hacer” (Lorier dixit) al costo de pagar U$ 2.000 millones en tres años por concepto de intereses (más de 600 millones al año, lo que por sí solo podría financiar un aumento del 40% para los trabajadores de la enseñanza).
Mujica está ‘acorralado’, pero por su contenido de clase, y el de la dirigencia del Frente Amplio, que defienden el capitalismo y la subordinación nacional al imperialismo. Son sus intereses y programa político los que ponen los límites al gobierno.
El gobierno de Mujica está terminado un año antes de las elecciones, porque ha descartado realizar cualquier medida durante todo el año, incluso cosmética. Vázquez ha impuesto un ‘alto’ a todos los debates en el seno del FA y del gobierno, sobre cambios impositivos o económicos.
Recientemente el 80% del Comité Central del PS votó en contra de una propuesta de llevar el gasto en educación al 6% del PBI en el próximo gobierno –cabe señalar que los dirigentes de la Juventud ‘Socialista’ también votaron en contra. Astori dijo que cualquier discusión impositiva debe colocarse hacia el programa electoral; bajo el eslogan de “no se ganan elecciones con impuestos” no cabe duda que ese programa no dirá nada definido. La dirección frenteamplista ya anuncia que no habrá transformaciones populares tampoco en el futuro gobierno.
El vazquismo está decidido a producir un ‘giro hacia el Norte’, como lo anticipó el propio candidato del FA cuando declaró que era necesaria “una agenda en común con Washington”. El futuro gobierno estará aún más a la derecha, y enfrentado a los sindicatos y las demandas populares. Si el ‘giro a la izquierda’ de Mujica terminó hundido en las razzias policiales y los decretazos contra las huelgas, ¿qué espera la izquierda para sacar todas las conclusiones? La idea de librar una ‘disputa’ al seno del Frente Amplio está condenada, la militancia de izquierda está destinada a obrar como un rastrillo electoral de los disconformes, nunca a definir el programa y la dirección del futuro gobierno.
La frase del ministro Pintado es todo un programa. Revela que al astorismo se le cae la baba por mandarse un buen ajuste fiscal contra los asalariados, pero no puede hacerlo porque se aproximan las elecciones. Pasado el proceso electoral, Vázquez y Astori se encaminan a un fiscalazo o a una devaluación monetaria, es decir, a una licuación del salario como reclaman las grandes patronales para ‘recobrar competitividad’.
La intervención en las elecciones de 2014 deberá servir para preparar las futuras luchas, en la perspectiva estratégica de un gobierno de trabajadores. El PT está impulsando el debate para construir un Frente de Izquierda, anti-capitalista y de los trabajadores. Convocamos a este debate a toda la izquierda, la que permanece aún dentro del FA y la que ha roto con este (aunque mayoritariamente mantiene ilusiones en la política ‘frenteamplista’ de alianza con sectores de la burguesía ‘nacional’). Convocamos especialmente a todos los compañeros que desde los sindicatos, gremios estudiantiles, organizaciones de derechos humanos, y las movilizaciones ambientales, enfrentan en la práctica el programa del FMI y el Banco Mundial que impulsan tanto el Frente Amplio como la derecha blanqui-colorada.