El representante del gobierno en la llamada “Comisión de Expertos” en seguridad social, Rodolfo Saldain, ha presentado un documento para impulsar una reforma de la seguridad social que constituye una declaración de guerra contra el movimiento obrero. La presentación del documento fue ordenada por el presidente Lacalle, que habría decidido no dar una nueva prórroga sino concretar ahora la presentación de la reforma jubilatoria.
El planteamiento del gobierno apunta a extender las AFAP a todo el sistema de seguridad social (todas las cajas) y darle condiciones para realizar nuevas inversiones, favoreciendo a los banqueros que son propietarios de las AFAP y que lucran con el ahorro forzoso del trabajador (jubilación privada).
Por otra parte, impulsan el aumento de la edad de retiro a 65 años, obligando a los trabajadores a trabajar por más años, de forma de pagarles menos años y recaudar sus aportes durante más tiempo. Se trata de una rebaja salarial, considerando que las jubilaciones son un salario diferido del trabajador. Esta es una exigencia del Fondo Monetario Internacional, para aumentar la explotación de los trabajadores de forma de reducir el déficit fiscal y garantizar el pago de la deuda externa y los subsidios al gran capital.
El llamado “déficit” de la seguridad social en realidad surge por la exoneración de cientos de millones de dólares en aportes patronales a los grandes empresarios, y por la reducción de la tasa de aporte patronal que han ejecutado los sucesivos gobiernos (derechistas y “progresistas”). Mientras el obrero aporta el 15% sobre el salario, las patronales apenas un 7,5% (y si se tiene en cuenta las exoneraciones, apenas aportan un 5,6% sobre la masa salarial).
Extender las AFAP implica aumentar el supuesto “déficit” de la seguridad social, para beneficiar a un puñado de banqueros. Esta política va en el sentido de quitar financiamiento al BPS y las Cajas jubilatorias, y que las jubilaciones dependan únicamente de los aportes personales (y cada vez menos de los aportes del capital).
El aumento de la edad de retiro, la modificación a la baja del cálculo jubilatorio, y el mantenimiento y extensión de las AFAP, equivalen a una declaración de guerra contra los derechos previsionales de los trabajadores. El movimiento obrero debe responder con un plan de lucha y la huelga general para enterrar esta reforma reaccionaria y anti-obrera.
En oposición a una lucha enérgica contra la reforma del FMI, la cúpula del Frente Amplio participa en la “Comisión de Expertos” (cuya constitución votó en el parlamento, en los artículos 393 a 398 de la LUC) y varios de sus dirigentes ya han declarado que son partidarios del aumento de la edad de retiro y que defienden la permanencia de las AFAP. Esta orientación, de sometimiento al FMI y la banca usurera, es la que ha bloqueado una lucha consecuente para enterrar las AFAP y toda la reforma reaccionaria. Incluso los intendentes Orsi y Cosse han planteado que las AFAP financien obras de infraestructura en el área metropolitana, es decir, defienden el mantenimiento de esta estafa contra el pueblo trabajador.
El PARTIDO DE LOS TRABAJADORES convoca a una campaña enérgica contra la reforma de la seguridad social del FMI, y a preparar la huelga general en caso que el gobierno efectivice el envío del proyecto al parlamento. La defensa de los derechos jubilatorios es innegociable, y debe generar una auténtica rebelión popular contra el régimen de los banqueros y grandes capitalistas que rebajan los salarios, aumentan el desempleo, atacan el derecho de huelga y pretenden liquidar las conquistas del movimiento obrero.