Nicolás Marrero
La decisión del gobierno de permitir el aumento de la producción de UPM-Botnia no solamente expresa la des-integración latinoamericana, sino que también sacó a relucir la comunidad de intereses que existe entre los partidos “tradicionales” de la burguesía y el Frente Amplio. Como señalamos en el número anterior de Tribuna, UPM-Botnia se convierte nuevamente en “causa nacional”.
Desde el Partido Colorado, Sanguinetti apoyó la decisión de Mujica de defender el ‘interés nacional’, aunque criticando que el gobierno haya retaceado el aumento de producción solicitado por UPM -100 mil toneladas en lugar de 200 mil- (El País, 11/10). Larrañaga, llamó a defender la ‘soberanía nacional’ y aplaudió al gobierno.
Al interior del Frente Amplio, el Partido Comunista del Uruguay difundió una declaración respaldando la decisión de Mujica y reivindicando que, con esa medida, el gobierno afirmaba el “derecho de Uruguay a construir caminos de desarrollo industrial y tecnológico que contribuyan a cambiar la matriz productiva” defendiendo las “fuentes de trabajo” (Declaración del PCU, 8/10)
Finalmente, el Secretariado Ejecutivo del PIT CNT declaró su “respaldo a la actitud de diálogo y negociación sostenida por parte del gobierno uruguayo en relación al gobierno argentino” y su “convicción de que la continuidad de la actividad de UPM permite que miles de trabajadores, en puestos de trabajo directos o indirectos, no deban pasar a seguro de desempleo con todas las consecuencias negativas” (Secretariado Ejecutivo PIT CNT, 10-10).
¿Interés nacional?
Es válido cuestionarse si todas estas manifestaciones que llaman a agruparse detrás de las banderas de la multinacional UPM expresan verdaderamente los intereses de las mayorías nacionales o los trabajadores. Por tanto, hay que preguntarse ¿Qué beneficios otorga a Uruguay?
Desde 2010 UPM exportó más de U$S 3000 millones de dólares de Pasta de Celulosa (6% del PBI). Como UPM opera en Zona Franca se beneficia del régimen especial de ventajas impositivas, es decir, no paga ningún tipo de impuesto: No hay IRAE, ni impuesto al patrimonio, ni ningún otro impuesto nacional (salvo el IRPF que pagan los trabajadores). Por tanto, las ganancias quedan limpias en las manos del capital internacional y no entra un solo peso para los recursos nacionales. Esto, cuando la salud, la educación y la vivienda se encuentran en colapso por falta de recursos. UPM tiene su propio reino soberano.
El negocio forestal está controlado también por UPM que concentra más del 70% de las exportaciones a la Zona Franca de la propia UPM. De este modo, en una punta y en la otra de la cadena tenemos a una gran multinacional que forma un circuito cerrado de saqueo permanente.
Por otra, parte el derecho al desarrollo industrial y tecnológico que afirma el PCU es bloqueado por emprendimientos como el de UPM. Y no al revés. La producción forestal y de pasta de celulosa consolida una estructura productiva dependiente de algunas materias primas de exportación, cuyo beneficio es captado en su totalidad por el gran capital.
Por tanto, la decisión del gobierno no tiene ni un atisbo de soberanía o interés nacional. Es la defensa del interés y la soberanía de las ganancias de UPM. Es claro que el Partido Nacional y el Partido Colorado, organizaciones tradicionales de la burguesía, sean los férreos defensores de las ganancias del capital. Pero, es inadmisible que organizaciones que se reclaman de izquierda y de la clase obrera vayan por el mismo camino.
Para defender el interés nacional hay que desenvolver un programa de transformaciones profundas de la clase obrera: Expropiación de UPM y su monopolio forestal bajo control de los trabajadores al servicio de un plan de reorganización de la economía sobre nuevas bases sociales.