Después de muchas idas y venidas, de presiones y pujas los diputados “rebeldes” del FA se postraron ante la sabiduría de Tabaré Vázquez y acompañaron la votación del art. 6º de la Rendición de Cuentas. Esta sabiduría consta de postergar gatos en la educación pública por $ 871 millones, pero con una promesa de fierro: conformar una mesa de trabajo para mejorar el presupuso de la educación.
En el medio de este “debate” entre los legisladores y el poder ejecutivo, surgió una propuesta del sector de la diputada Macarena Gelman, la cual consta de eliminar las exoneraciones impositivas a las donaciones a universidades privadas. Este régimen de exoneraciones no solo privó al estado de recaudar $36,5 millones, tan solo, en el 2015 sino que es mecanismo que cede a los empresarios la decisión del destino de los fondos estatales a la educación indirectamente.
Estas exoneraciones están amparadas por la reforma del sistema tributario del Frente Amplio, Ley Nº 18.083. Lo que se olvidó, o no quiere, mencionar la diputada es que en esa misma reforma tributaria se estructura todo un régimen impositivo que no cuestiona ni un ápice las exoneraciones que actualmente gozan las instituciones educativas y culturales privadas. Consagrado en el artículo 69 de la Constitución todas las instituciones educativas y culturales privadas son exoneradas de todo tipo de impuesto, articulo que el FA no plantea modificar en su propuesta de reforma constitucional. Según datos de la DGI en el año 2012 la educación privada fue exonerada de 3.221 millones de pesos (0,32% PBI) en concepto de IRAE e IVA. Esto sin contar las exoneraciones del aporte patronal. Como el lector puede apreciar las exoneraciones impositivas a las donaciones representan un ínfimo porcentaje con respecto a la totalidad de la renuncia fiscal que hace el Estado en la educación privada.
En conclusión, el aditivo que hace Gelman no cuestiona el fondo del asunto, se queda solo en lo superficial y, por tanto, avala el actual régimen de exoneraciones a las empresas privadas educativas. Aunque tiene un objetivo político muy claro; destrabar el impasse al que había llegado la rendición de cuentas en diputados. Crucial para efectivizar el ajuste que mando el poder ejecutivo lo mas rápido posible ya que el ajuste va a ser enfrentado por trabajadores y estudiantes. Ya se están tomando medidas, la FEUU y FENAPES (con paro) convocan para el próximo martes 9 una marcha desde la explanada de la UdelaR.