La convocatoria por parte de Richard Read de un debate político que abarcaba a sindicalistas de casi todas las tendencias (hay que dejar constancia que el PT no fue invitado), es una consecuencia de la ofensiva que el gobierno ha lanzado contra los trabajadores, y que tuvo una manifestación destacada en el veto al convenio de la bebida.
Read afirma que en esa instancia él demostró tener independencia de clase, porque criticó duramente a los miembros del equipo económico astorista –que él mismo convocó a votar y ayudó a entronizar. Según el dirigente de la bebida, la movilización logró mantener las conquistas. Sin embargo, hay que recordar que Read aceptó reabrir la negociación luego de que el acuerdo bipartito estaba firmado. En ese sentido el gobierno logró marcar la cancha. Es cierto que en términos monetarios no cambia sustancialmente la situación, en tanto se produjo una rebaja en los ajustes (al tomar la inflación proyectada por un 5% en lugar de un 7% como establecía el acuerdo) pero se compensó con algunas partidas fijas (que no integran el salario permanente). Pero a su vez, en el próximo ajuste el salario se ajustará desde una base más baja. Las partidas fijas eran únicamente durante la duración del convenio, por lo que el salario base quedó más bajo de lo que establecía el convenio bipartito. Todo esto podría ser secundario, el problema político principal es que Richard Read se niega a caracterizar el contenido de clase del gobierno y del propio Frente Amplio. Dice que el gobierno “hace un mandado a las patronales” con el proyecto de ley de negociación colectiva, pero sigue embanderado en la idea de presionar al gobierno y de hacer lobby dentro del Frente Amplio, como supuesto camino para defender las conquistas. Es más, el dirigente de la FOEB sigue apoyando a Astori y a Lorenzo, el ala derecha del Frente Amplio.
La convocatoria de Read tiene por lo tanto limitaciones insalvables. Pretende dar un mensaje hacia el gobierno y la interna del Frente Amplio, pero todo el mundo sabe que existe un límite que no va a traspasar: seguirá sosteniendo al gobierno y a la coalición de centroizquierda. La convocatoria de Read sólo puede interpretarse de una forma: el grupo “Articulación” (vazquista-astorista) está herido de muerte, y el dirigente de la bebida amenaza con producir un nuevo agrupamiento que busca reunir dirigentes sindicales en forma transversal, poniendo más énfasis en su rol como dirigentes “profesionales” que en su pertenencia a tal o cual grupo político del FA. Es poco probable que esta tentativa llegue lejos, pero es todo un síntoma de la crisis al seno de la burocracia sindical. Y esta crisis es expresión del choque político cada vez más inevitable –y más marcado– entre el gobierno y el conjunto del movimiento obrero.