Partidos de izquierda plantean una salida obrera y socialista a la crisis en América Latina

El 15, 16 y 17 de julio sesionó en Montevideo la Conferencia Latinoamericana por el reagrupamiento de la izquierda revolucionaria y el movimiento obrero. Analizó la bancarrota de las experiencias nacionalistas burguesas en los países de la región y propuso la perspectiva estratégica de la Unidad Socialista de América Latina. 

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Con la participación de alrededor de trescientos activistas y referentes de organizaciones sociales, políticas y sindicatos, se desarrolló en Montevideo la Conferencia Latinoamericana, que debatió una salida independiente de la clase obrera y los explotados del continente a la crisis capitalista.
El PT de Uruguay y el Partido Obrero de Argentina fueron los principales convocantes al evento, que contó con la participación de delegaciones de Brasil, Chile, Paraguay y Venezuela y con adhesiones de organizaciones revolucionarias de Bolivia y México.
El diputado argentino Néstor Pitrola (PO/Frente de Izquierda) partió de la crisis mundial como el fenómeno fundamental para comprender la nueva etapa de inmensa convulsión social, política y económica que vive América Latina. Refutó la idea de que ante la debacle del nacionalismo la derecha pueda pilotear la crisis, e implementar un ajuste contra los trabajadores sin desatar una reacción popular a gran escala.
Rafael Fernández, candidato a presidente por el PT de Uruguay en las últimas elecciones, denunció el ajuste que el Frente Amplio viene descargando contra el pueblo trabajador. El día previo al inicio de la Conferencia, Uruguay vivió una huelga general de acatamiento casi total. La burocracia sindical tuvo que llamar al paro muy a su pesar, ya que se encuentra completamente integrada al gobierno.
Luis Giordano, de Tribuna Clasista de Brasil, comentó la situación que se vive en el país después del golpe: un verdadero tembladeral político que combina la crisis prematura del gobierno de Temer con la bancarrota política del PT, incapaz de ofrecer una alternativa a los golpistas.
José Capitán, de Opción Obrera de Venezuela, explicó el severo cuadro de crisis en su país, tanto en términos políticos como económicos. El bonapartismo plebiscitario chavista, devenido en régimen “de facto”, no atenuó sino que profundizó las contradicciones de una economía rentista que ahora es arrastrada por la crisis mundial y la caída de la cotización del barril de crudo. Los trabajadores de Venezuela tienen que sacar las conclusiones del fracaso de esta experiencia nacionalista.
En el transcurso de la Conferencia se desarrollaron debates entre referentes del Frente Amplio – Daniel Olesker, economista y dirigente del Partido Socialista, ex ministro de Salud pública del gobierno de José Mujica, y Oscar Andrade, ex diputado del FA por el Partido Comunista- y dirigentes del PT uruguayo. Estos últimos cuestionaron la orientación ajustadora del gobierno frenteamplista y señalaron que la izquierda tiene que orientarse por un programa anticapitalista ante la crisis.
En la plenaria final, los delegados aprobaron por unanimidad un documento político que denuncia la defensa del gran capital por parte de los gobiernos de la región y defiende la perspectiva de la unidad socialista de América Latina, una tarea que deben tomar en sus manos los trabajadores.
El documento señala que el aspecto político más destacado que confronta la izquierda es el derrumbe de los gobiernos nacionalistas o de centroizquierda y el destino de la Revolución Cubana.
“La crisis que se ha abierto en América Latina no es un simple emergente de limitaciones políticas subjetivas, es decir de clase, programa y estrategia de la diversidad de gobiernos de tipo nacionalista. Es, antes que nada, una crisis de conjunto de sus estructuras sociales y políticas, enmarcada en una bancarrota capitalista de carácter mundial. El derrumbe de los fenómenos nacionalistas opera como un accidente histórico que pone al descubierto la declinación capitalista y la gravedad de la crisis en curso”, apuntó la Conferencia.
“Precisamente esto condiciona y contamina los procesos políticos de recambio que encabeza la derecha. La tentativa ‘restauradora’ de la derecha, abre una etapa de mayor potencial revolucionario. No inaugura una etapa de repliegue de la lucha de clases, sino de acentuación de esa lucha. Parte de la ruptura del equilibrio político precedente e inicia un período de desequilibrios políticos mayores”.
El cónclave resolvió impulsar una campaña continental de divulgación de las conclusiones y deliberación política de la izquierda, el movimiento obrero y la juventud, sobre la necesidad del gobierno de los trabajadores en la lucha por los Estados Unidos Socialistas de América Latina incluido Puerto Rico.