Pese a que ya es inocultable el carácter anticonstitucional y antidemocrático del gobierno de Martelly, el Frente Amplio mantiene las tropas uruguayas en Haití. En enero pasado caducó el mandato de otro tercio del Senado (ya debía haberse renovado 2/3 de esa cámara) sin que se hayan convocado a elecciones legislativas. En otras palabras, el Senado carece de quórum, y Martelly gobierna por decreto por fuera de la Constitución.
Mujica y Almagro habían asegurado que en ese caso retirarían las tropas, para no avalar un gobierno dictatorial. Mintieron.
Fernández Huidobro ratificó que las tropas seguirían según lo establecido (hay una reducción paulatina acordada con la ONU, de todos los países que participan de la Minustah). Almagro, por su parte, ahora es el Secretario General de la OEA –con el aval de EE.UU. y de Brasil, que es quien preside la misión en Haití.
En los últimos tiempos se han producido grandes protestas y huelgas contra el gobierno haitiano, y demandando el retiro de la Minustah.
El gobierno prometió realizar elecciones legislativas en agosto, y elecciones municipales y presidenciales para el 25 de octubre, pero nadie confía en esta promesa.
La Minustah es una fuerza de ocupación al servicio del imperialismo. Haití es una nación explotada por las grandes multinacionales (sobre todo de origen norteamericano, francés o canadiense), muchas veces instaladas en zonas francas, o que explotan las riquezas minerales del país. La ONU instaló a los mercenarios de la Minustah para sostener ese saqueo a palazos y balas contra el pueblo. En el reclamo por el retiro de las tropas de Minustah convergen movimientos haitianos, que han protagonizado enormes huelgas y protestas en estos meses, y organizaciones de toda América Latina. Entre las denuncias contra la Minustah figuran acusaciones por violaciones, así como por la introducción del cólera en el país, lo que provocó más de 7 mil muertos y 500 mil infectados.
Las organizaciones de Brasil afirman que “Haití es considerado un campo de entrenamiento para militares, que, antes de ir a la misión, pasan por un entrenamiento en las favelas brasileñas” (Adital, 13/3).
Es necesario impulsar aún más enérgicamente la campaña internacional por el inmediato retiro de las tropas de la Minustah. En Uruguay, repudiamos al ministro Fernández Huidobro –cuestionado además por las organizaciones de derechos humanos– que defiende la permanencia en Haití. Al servicio de esta política proimperialista lo mantuvo el presidente Vázquez.