Rafael Fernández
Hace cinco años el Partido Comunista (PCU) se oponía a la candidatura de Danilo Astori –impulsada por Tabaré Vázquez– y levantaba la de Mujica como el supuesto camino para producir “un giro a la izquierda”.
Bajo el gobierno de José Mujica, el PCU avanzó en su integración al Estado capitalista, no porque ocupara más cargos de gobierno que en el período anterior, sino porque estuvo a la cabeza de la violación del derecho de huelga desde sus dos principales posiciones en el mismo: la Intendencia montevideana y el Ministerio de Salud Pública. A instancias de estos cargos políticos del PCU, el gobierno decretó los “servicios esenciales” contra las huelgas sindicales, para defender la política de austeridad que el mismo PCU critica cuando se refiere al equipo económico astorista. Sin embargo, Castillo, Lorier, y demás dirigentes renunciaron a quebrar esa política fondomonetarista jugándose al triunfo de esas huelgas. Actuaron como una patronal reaccionaria, y con ello consolidaron el giro a la derecha.
Hace pocos días, el XXXº Congreso del Partido Comunista (PCU) dio su apoyo a la candidatura de Tabaré Vázquez y con elloacaba enterrar la pretensión de constituir una alternativa a la interna del Frente Amplio.No es casual que la expresión del “gobierno en disputa” haya sido eliminada del informe al Congreso, que está centrado en alcanzar un “tercer gobierno” del FA. El secretario general Lorier declaró previamente su apoyo a la candidatura de Vázquez, afirmando que “la necesidad de presentar otra candidatura por los problemas que se han generado con sectores de la población no deben permitir que lo táctico pase por encima de lo estratégico” (7n, 17/10). Según Lorier, los problemas de Vázquez son “con sectores de la población”, en los cuales evidentemente no se incluye.
Los dirigentes del PCU apoyan al ex presidente –amigo de Bush y del Opus Dei– precisamente cuando este declara que no habrá un gobierno de izquierda sino que impulsa “una agenda común con Washington”.
Curiosamente, la misma dirección que promovía el voto a Vázquez se lamentaba que apenas un 16% de sus afiliados milita en el partido, sin relacionar este hecho con el creciente abandono de este partido de la “disputa” con el ala derecha del FA. Si se tiene en cuenta que cerca de un 40% de los delegados votó en contra del giro vazquista de su dirección, se puede comprender fácilmente que la tendencia al vaciamiento de los organismos partidarios se va a profundizar. Una parte de los militantes de base y de los propios delegados va a romper con el PCU ante lo que consideran una derechización.
La senadora Moreira recibió el apoyo del 30% de los delegados. Se trata de una candidatura que busca taponear el drenaje de militantes y electores que rompen con el Frente Amplio.Si los impulsores de la candidatura alternativa rechazan a Vázquez por su “giro hacia el Norte” y su carácter oscurantista (aborto), ¿cómo lo van a llamar a votar luego de las internas de junio, cuando se consolide su candidatura? ¿Acaso después de las internas habrá cambiado su carácter proimperialista?
José Luis Perera, un militante que rompió antes del Congreso del PCU, resumía así el “laberinto de la izquierda”: “el progresismo parece haber dado todo de sí, y ya no tiene demasiado que ofrecer a los votantes de izquierda”. Perera, que ha declarado que no votará por Vázquez aún si gana las internas, señalaba hace unos meses: “es más que evidente que el ex presidente Tabaré Vázquez contará con el apoyo mayoritario de los sectores y grupos del FA (…). Un Vázquez que, desde que dejó su investidura, no ha hecho más que mostrar a todo el mundo que es más conservador que lo que uno podía llegar a imaginarse. Su confesión de haber pedido ayuda a Bush contra Argentina, su participación descarada en el plebiscito por la derogación de la ley del aborto, sus planteamientos en torno al cambio de ‘actitud imperialista’ de los EEUU y su llamado a una agenda común con el imperialismo, amén de sus disquisiciones acerca de lo obsoleto de los términos derecha e izquierda, son claras muestras de ello” (ver: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=171807).
En oposición a esta caracterización, el dirigente del PCU Oscar Andrade afirmó que “Constanza no necesita, para ser candidata, que quienes la apoyan sostengan que Tabaré es el candidato del imperialismo norteamericano. Eso es una barbaridad” (montevideo.com.uy/notnoticias_216813_1.html). Lo que pide Andreade es que Moreira no genere una polarización con Vázquez que luego atente contra el voto al FA en octubre. La advertencia es innecesaria. Constanza Moreira no denuncia el carácter proimperialista de Tabaré Vázquez, y no levanta un programa alternativo. Ella misma se define como una “bisagra”, es decir, su objetivo es que los militantes de izquierda no rompan con el FA. No busca meter el dedo en la llaga, sino cauterizar la herida.
La candidatura de Vázquez no es un detalle, es todo un programa. Los militantes de izquierda que se indignan con el candidato deben sacar todas las conclusiones. ¿Se van a quedar satisfechos con votar en contra en junio, para darle luego el aval en octubre? No tiene sentido. De lo que se trata es de construir desde ahorauna alternativa de carácter anti-capitalista.