En un panorama en el que el Directorio avanza rápidamente sobre los derechos de los trabajadores con la anuencia de la burocracia sindical, las bases del Banco de la República se empiezan a mover y a reorganizarse.
A lo largo de las últimas semanas hemos sido testigos de diferentes propuestas que apuntan a precarizar el trabajo. Está planteada una reestructura administrativa que apunta a reorganizar la red comercial. Esta reestructura tiene varias aristas. En primer lugar, pretende echar a los clientes de los sectores más bajos de las agencias físicas hacia los llamados canales alternativos, esto es, a que los sectores de ingresos más bajos no ocupen el tiempo de los funcionarios sino que se autogestionen a través de cajeros automáticos e internet. A su vez, se pretende crear un nuevo cargo en las agencias que hará tareas que ya tienen quien las cumpla, pero a cambio de un salario mucho menor. Este cargo además será la base de la red comercial en el futuro, por lo tanto, no solo se estará pagando menos dinero del que se paga actualmente a cada funcionario sino que se topeará la carrera administrativa en este cargo, peor remunerado, ya que los cargos superiores serán contados. Eso amén de otros detalles que también implican la precarización laboral y que están ligados al funcionamiento mismo del Banco y que no merecen ser detallados aquí.
A esto se suman otros aspectos, como la modificación del sistema de traslados; en el cual la Administración pretende aumentar la distancia a la cual pueden trasladar a un funcionario sin necesidad de su consentimiento; la modificación del estatuto del funcionario, etc. Todos estos cambios cuentan con el aval de la Burocracia Sindical, cuya posición es que hay que acompañar estos cambios y negociar algunas migajas a cambio de espaldas al colectivo de los compañeros. Si bien se comprometieron a generar recorridas por las diferentes dependencias para intercambiar con los compañeros, y convocar plenario de delegados y asamblea del BROU; en los hechos semana a semana se ha venido postergando esto, y se ha negado sistemáticamente a ponerle fecha a las instancias democráticas de participación, teniendo en cuenta que mientras tanto las negociaciones entre el Sindicato y la Administración siguen, y que la posición del Sindicato no es la definida por los compañeros sino la definida por la mayoría circunstancial.
En este panorama, es que las agrupaciones 575 del BROU, la 810 y la 1955, junto a la Comisión de Jóvenes del BROU y compañeros independientes, iniciamos una campaña de recolección de firmas para convocar una asamblea que trate todos estos temas. Estamos cansados de que una y otra vez desde la mayoría se nos diga que no están dadas las condiciones para ponerle fecha a la misma. ¿Cuándo estarán dadas? ¿Cuando este firmado el acuerdo? ¿Cuando dar la pelea sea imposible? Estas actitudes típicas de la Burocracia Sindical, que desmoralizan y desmotivan a los compañeros, está siendo cuestionada con esta campaña de recolección de firmas, en donde encontramos no solo el apoyo a la concreción de esta Asamblea (hace casi 9 años que no hay asambleas en el BROU), sino que también encontramos una avidez por discutir y por informarse en los compañeros que parecía inexistente poco tiempo atrás, pero que quedó claro que estaba dormida.
Que vamos a llegar a las firmas es un hecho. Que estamos removiendo años de desinterés y de desmotivación también. Ante este panorama, los Burócratas tiemblan y han comenzado una campaña de desprestigio contra esta iniciativa, pero las bases están tomando conciencia de su poder. La heroica huelga de la educación ha marcado al movimiento obrero, y le ha mostrado claramente la capacidad que tienen las bases organizadas en instancias democráticas de participación y de discusión, de marcar su propia agenda y de defender sus propios intereses. ¡Vamos por esa asamblea! ¡Vamos por la discusión franca y abierta! Ante esta avanzada por cambiar las condiciones laborales de miles de trabajadores y sus familias, ¡organización y lucha!