A REDOBLAR LA CAMPAÑA PARA OBTENER 250.000 FIRMAS

Importante debate entre presidenciables sobre megaminería: que el pueblo decida

El debate sobre megaminería realizado en el Paraninfo de la Universidad, organizado por el movimiento «Uruguay Libre» fue todo un éxito. La mesa redonda colocó nuevamente el tema en el centro de la agenda política, precisamente en un momento en que el gobierno se encuentra empantanado y no puede dar una vía rápida a la firma del contrato con Zamin Ferrous.

La caída del precio del hierro (la tonelada ha caído alrededor de un 30% en el último año) deja a este proyecto en duda, ya que los elevados costos de producción, más los fletes, dejarían un margen de ganancia muy bajo.

Otro factor para este empantanamiento es el momento político. El Frente Amplio está cayendo en las encuestas, a escasos dos meses de las elecciones. En este contexto, la firma del contrato con Aratirí aparece como un elemento irritante para una parte de los votantes de la coalición: de hecho la mayoría de los que firman la papeleta contra la megaminería son votantes del FA.

Aunque tanto Lacalle como Bordaberry hicieron demagogia contra Aratirí, la existencia del plebiscito permitió abrir una clarificación. Ninguno de los dos candidatos de la derecha aceptó firmar para que el pueblo decida, y ambos están en contra de prohibir la minería metalífera a cielo abierto. De hecho, dijeron expresamente que con otro proyecto se podría compatibilizar la minería metalífera a cielo abierto con el cuidado el ambiente. No cuestionaron la cuestión de fondo: el saqueo de los recursos naturales en favor de una empresa multinacional.

El candidato del P.I. fue el único que se animó a defender la ley de megaminería; no dio argumentos convincentes ya que no pudo probar que de la mano de Aratirí vaya a venir algún tipo de desarrollo industrial. Mieres denunció a blancos y colorados por su posición demagógica: recordó que habían dado su apoyo en el marco de la multipartidaria sobre minería, y dió a entender que si estuvieran en el gobierno probablemente serían impulsores de la megaminería.

Tabaré Vázquez no fue a debatir, lo cual indica que es consciente de que el tema de Aratirí le resta apoyo al Frente Amplio. Su ausencia fue remarcada con una silla vacía frente a la cual se encontraba un cartelito con su nombre.

Los tres candidatos de izquierda nofrenteamplista −César Vega (PERI), Rafael Fernández (PT) y Gonzalo Abella (UP)− fueron los más aplaudidos. Salvo el candidato del Partido de los Trabajadores, los otros rechazaron firmar por el plebiscito con diversos argumentos.

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Rafael Fernández en el Paraninfo de la Universidad: “Sólo la
movilización popular puede clavarle la estaca al proyecto
vampiresco de Aratirí”

Vega hizo un discurso promoviendo un país «natural» y productor de alimentos, es decir, manteniendo e incluso profundizando la división internacional del trabajo donde nuestro país es destinado a producir materias primas (sobre todo alimenticias) y a intercambiarlas con las mercancías industrializadas en otros países. Vega propuso (como ejemplo) plantar 10 mil hectáreas de ajo, pese a que al mismo tiempo señaló que su celular equivalía a 77 cabezas de ajo. El candidato del PERI se opuso al planteo realizado por Rafael Fernández, que denunció la incapacidad histórica de la burguesía, sus partidos y sucesivos gobiernos, para industrializar el país. Fernández reivindicó (citando a Vivián Trías) que «el hierro es nuestro», en el sentido de su total estatización, reivindicando que era posible bajo un gobierno de trabajadores la explotación del hierro en forma compatible con el medio ambiente, aclarando que era en otra escala (no se necesitan 18 millones de toneladas al año) y que debía permitir el desarrollo de una industria siderúrgica nacional. Vega mostró las limitaciones insalvables del «ecologismo político», que quiere hacer retroceder la rueda de la historia en lugar de hacerla avanzar. El candidato del PERI defiende un Uruguay pastoril y agrícola, en oposición al programa de la clase obrera que coloca la superación del capitalismo, es decir, desarrollar más ampliamente las fuerzas productivas que están estancadas en el marco de la crisis capitalista.

La intervención de Rafael Fernández fue sumamente clarificadora porque no cayó en un planteo demagógico: nunca abandonó el punto de vista de clase, socialista, mientras que Abella y Vega tendían a defender un planteo de «romanticismo económico» −criticado tanto por Marx como por Lenin− que como supuesta vía para combatir la contaminación ambiental promueve el atraso. Sin embargo, el candidato del PT fue el único que apoyó incluir en la constitución la prohibición de la minería metalífera a cielo abierto. Fernández dedicó parte de su intervención a defender todas las formas de movilización y oposición a la megaminería, y llamó a firmar por el plebiscito.

El debate tuvo una gran repercusión (lo siguen pasando en un canal de cable; también es posible verlo en Youtube; existen muchos comentarios y debates en las redes sociales), y contribuyó a posiciona al PT más públicamente como una opción de cara a las elecciones.

A partir de este importante jalón, se impone lanzar con más fuerzas aún la campaña por las firmas.

 

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Author: Partido de los Trabajadores