La agudización de la crisis capitalista, viene cargada de potenciales conflictos, que tendrán como protagonistas a los trabajadores organizados. En los sindicatos de la educación, se prevé un conflicto de magnitudes y alcances que deben ser discutidos por los trabajadores, en base al plan de lucha que incluya un salario igual a media canasta, derrota de la llamada “reforma educativa”, infraestructura adecuada para la labor pedagógica y fin de la precarización laboral a través de la efectividad y presupuestación de todos los trabajadores de ANEP y UDELAR.
En este contexto, Fernando Pereira (quién integra el Secretariado del PIT-CNT por estar afiliado a la Asociación de Funcionarios de Primaria), dio continuidad a su campaña de desprestigio a la lucha docente, iniciada muchos años atrás. En esta oportunidad, haciendo uso de su cuenta en Facebook, donde publicó varios recibos de docentes y posteriormente tablas salariales.
Algunos aspectos a considerar: la publicación de tablas donde los salarios son nominales, es un engaño que hasta el más distraído puede ver, dado que los trabajadores perciben una serie de descuentos que suman incluso, un tercio de ese salario nominal -además de los aportes a la seguridad social, se encuentra el FONASA para financiar a los mercaderes de la salud y el IRPF, la confiscación brutal del salario. Tampoco se trata de un salario unificado, por lo que varias partidas no forman parte del monto tomado para la jubilación.
Por otra parte, no publica las tablas salariales que corresponden a los funcionarios (administrativos, de limpieza, talleres, etc.), cuyos salarios están muy lejos de la media canasta y muy cerca del salario mínimo nacional. Este punto llama poderosamente la atención, dado que Pereira, pertenece a AFUPRIM, por lo que, es de suponer que tiene acceso a dicha información.
Lo que es más clarificador, viniendo de un dirigente sindical, es que intenta mostrar un aumento salarial que justifique “la prevención” de los conflictos con el gobierno. Esta actitud no es aislada, es la misma adoptada en todos los conflictos que ha habido, dado que la búsqueda de conflictividad ‘cero’, es la única garantía para el mantenimiento sus cargos como representantes de los trabajadores.
El salario docente, una vergüenza nacional
Ahora, vayamos a las cifras, comparando el aumento salarial que Pereira defiende, con la canasta familiar. Un docente que comienza su carrera recibe unos 20.000 pesos de salario por la unidad docente. La canasta familiar está en unos 70.000 pesos; es decir que los ingresos de los docentes apenas superan la cuarta parte de la canasta familiar. La reivindicación de los sindicatos de la educación es de un salario igual a la media canasta -35.000 pesos- al inicio de la carrera. Hoy el salario solamente representa un 57% del reivindicado -es decir que estamos lejísimo, pese a lo que diga Pereira-. Por otra parte, los mínimos aumentos reales fijados en el convenio vigente, en el entorno del 3% anual -por encima de la inflación-, son devorados en los dos o tres primeros meses del año por la suba de precios. De ahí en más el salario pierde poder adquisitivo con respecto a la inflación.
Alquiler o cuota bancaria de una vivienda, tarifas públicas y transporte, consumen el salario percibido por la unidad docente. Ello obliga a trabajar el doble para satisfacer otras necesidades básicas -alimentación, salud, vestimenta-. Pereira legitima el doble turno de los docentes al mostrar los salarios por 40 horas semanales. ‘Olvida’ que ese doble turno ya lo hace el docente en su domicilio y no se le remunera -corrección, preparación, actualización de conocimientos y demás tareas vinculadas a la profesión-. El doble turno en los centros educativos implica otro tanto de trabajo no remunerado en el domicilio. Los ‘olvidos’ de Pereira constituyen un verdadero despropósito.
No sólo por salario lucha el docente
La actitud de Pereira sólo demuestra un intento de recortar el reclamo de los trabajadores, que se condensa en la consigna “6% del PBI para ANEP y UDELAR, YA”, enfocando el problema en el aspecto salarial.
Nada dice de los liceos que se caen a pedazos (el año pasado se ocuparon varios centros educativos por inundaciones, desmoronamiento de muros, porque había más grupos que salones, por recortes de grupos, etc.). Tampoco nada dice del plan para licuar los conocimientos, rebajar los aprendizajes y atentar contra la educación de los estudiantes de la enseñanza pública, acompañado con una fuerte privatización, a lo que el gobierno del FA llama “reforma educativa”.
Esta campaña de desprestigio, olvida que lo poco que se obtuvo, fue gracias a la tenacidad de los trabajadores en lucha, que dejaron horas de su vida en las enormes movilizaciones, salario en más de un mes de paro y se enfrentaron con valentía a la prohibición del derecho a huelga (mediante “el decreto de esencialidad” más trucho de la historia). Todo esto fue sistemáticamente obstaculizado por la burocracia sindical, a pesar de que varios sindicatos de base se solidarizaron con la huelga, comprendiendo que estaba en juego la educación pública.
Las tareas pendientes
Este año, es fundamental lograr un plan de lucha que logre trascender la fijación en conjunto de una plataforma (un logro importante, pero insuficiente), alcanzando verdaderas coordinaciones de medidas de lucha que permitan que los trabajadores golpeemos juntos. Es imperioso que, en las primeras asambleas de este año, se comience a discutir cómo desarrollar una lucha superadora de la de 2015, que permita quebrar el cerco que la burocracia establece con el resto de los sindicatos.
En este sentido, las elecciones sindicales que se desarrollarán en el seno del movimiento obrero, son un primer paso para reconquistar la herramienta para la lucha, por lo que es prioritario fortalecer al clasismo en los sindicatos, con direcciones independientes del gobierno y que defiendan los intereses de la clase trabajadora.
Al tiempo, exigir al PIT-CNT que desarrolle verdaderas acciones para unificar las luchas deberá ser un eje central, dado que la táctica del aislamiento de los conflictos lleva, sistemáticamente, a la derrota de los luchadores. La defensa de la educación pública, es una tarea que debe comprometer a todos los trabajadores organizados, por lo que es necesario extender y fortalecer la solidaridad demostrada por varios sectores y sindicatos en otras instancias.
¡Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro!
Natalia Leiva
Andrés Mancioni