Publicado en el semanario Voces el 30/4
Según encuesta de Cifra, la principal preocupación de los uruguayos es la situación sanitaria y el Covid-19. El 44% considera que el principal problema es este y un tema recurrente es el temor a un posible colapso del sistema de salud. El podio de preocupaciones lo completan la desocupación y cierres de empresas (20%) y la situación económica del país (17%). El factor inseguridad que en noviembre representaba más de un 50%, cayó hasta un residual 5%.
La situación política tiene un nuevo eje. El plan económico del gobierno esta dinamitado. El envió de la LUC al parlamento persigue el objetivo de retomar una iniciativa política que se le escurrió de las manos. El ingreso del mamotrético proyecto al parlamento implica chispazos y choques a la interna de la coalición gobernante: “Cabildantes y colorados se distancian del gobierno por Ley de Urgencia” resumió un portal. Las diferencias abarcan toda la gama de colores. Desde el problema de la vivienda a la liberalización de combustibles (desmonopolización). En el medio, Guido Manini Ríos lanzó que su partido tiene “todo el derecho” a comunicarle a sus votantes que hicieron propuestas que fueron descartadas. “Me importa poco lo que alguien entienda que eso significa”, sentenció el exComandante en jefe, quien se quejó de la cantidad de aportes de Cabildo Abierto que no fueron tenidos en cuenta. A la tropa de Manini y los colorados se suma el Partido Independiente que manifestó que el proyecto definitivo supera “largamente” el “compromiso país” firmado antes del balotaje entre los cinco partidos. Lo cual no aprueba.
En resumen, la LUC sólo es válida para quien la redacto, es decir, un pedazo del partido nacional. Obligado por las circunstancias, Lacalle rompe el precario equilibrio sobre el que se apoyaba mientras ensaya una caricatura de bonapartismo. El hecho de que Lacalle se apoye sólo en una débil minoría de la burguesía se pretende subsanar con unilateralidad, aunque tenga los brazos demasiado cortos para la tarea.
En este marco la gran ausente es la clase obrera. Lacalle, ante una pregunta en conferencia de prensa, respondió que las manifestaciones no estaban prohibidas e incluso que Israel se habían producido algunas muy numerosas manteniendo las distancias. El presidente le tiró la pelota a la dirigencia del PIT-CNT que se retiró pateando piedritas. Que el cuquito te corra por izquierda no suele algo frecuente y tampoco tan sencillo y esto justo cuando la combinación que permitió el ascenso a la presidencia del Lacalle esta visiblemente deshilachada, es decir que no está para esos lujos.
El episodio resume como se posicionan las fuerzas políticas en el nuevo escenario. La política del FA y especialmente la del P “C” U está costando muy caro a los explotados. Mantiene al movimiento obrero en un estado de dispersión e impotencia permanente, embarulla, levanta medidas ya decididas, como los actos hacia el primero de mayo. Aquí conviene detenerse un momento. El remplazo de actos por una caravana y aplausos, no ha suscitado un debate publico de la amplitud y altura que requiere el hecho entre las corrientes presentes en la mesa representativa del PIT-CNT, incluso con las limitaciones numerosas que tendrían dichos actos y sus sombras chinescas. Esto indica una adaptación intensa a la opinión pública de la burguesía y pequeñoburguesía del conjunto de las tendencias presentes en el aparato sindical.
Plantear medidas más osadas para cuando pase lo peor (cuando sería esto?) significa reducir la crisis a un incidente sanitario. Un despropósito, pero que además la realidad desmiente, pues en los barrios no se espera nada. La negativa a movilizarse subestima el alcance de la crisis política, subestima la crisis del capitalismo, subestima la crisis de la burocracia, subestima las acciones que con tapabocas y distancia se producen en los barrios, es decir desarrolla un angulo político conservador, aunque se empaquete con una terminología incendiaria. La lucha contra la LUC es entendida como un llanto a distancia, cuidando el ancho de banda y con abundantes hashtags. No existe otro camino para salir de esto que con los métodos históricos. La movilización, el paro, el plan de lucha, la asamblea y el piquete. Todo lo demás es acompañamiento.
La pandemia se acopló con una crisis capitalista que ya se las traía, conmocionó a todas las clases. ¿Alguien puede pensar que de esto se puede salir juntado firmas? ¿Discutiendo en el parlamento? ¿Presentando “recursos” legales?
La cuarentena fue siempre un espejismo en vastas zonas del país, ahora comienzan a desmantelarla donde se alcanzó algún grado de confinamiento más o menos serio. En esto multicolores y FA van en yunta.
La crisis sanitaria-política-económica diseña una perspectiva política nueva.
El orden del día es: cuarentena asegurando el cierre de toda actividad económica no indispensable, garantizando el 100% de los salarios; prohibición de los despidos; reducción de la jornada y rotación del personal de salud, dejando sin efecto todos los envíos al seguro de paro; cuarentenas en las barriadas con protocolos que contemplen el hacinamiento habitacional: ningún rescate al capital, nacionalización bajo control obrero, y destinar el dinero a la salud, a la vivienda, a la alimentación y a la medicina; no a los desalojos: total apoyo a los que luchan por la vivienda; salario mínimo igual al costo de la canasta familiar para todo el mundo de trabajo incluyendo a los trabajadores no registrados, monotributistas, desocupados, precarios, jefas de hogar, y finalmente poner fin a todo pago de la deuda externa. Por un plan de lucha para conquistar el retiro de la reaccionaria LUC y todo el programa que representa.