El parlamento aprobó recientemente el ingreso de instructores militares estadounidenses para el entrenamiento de personal del ejército nacional.
«Autorizase el ingreso al territorio nacional de una delegación integrada por 12 (doce) militares integrantes de las fuerzas especiales de los Estados Unidos, con su armamento individual, a efectos de entrenar en operaciones defensivas militares a personal del Ejército Nacional, en el período comprendido entre el 6 de abril y el 15 de mayo de 2022».
En la comisión de Defensa del Senado la votación fue unánime 7 en 7 con los votos de los senadores del Frente Amplio Mario Bergara y Alejandro Pacha Sánchez. La cobertura para este operativo es el de adiestrar en maniobras SAR, “búsqueda y rescate” por sus siglas en inglés. Según explica el mismo ministro García, serían ejercicios combinados con Fuerzas de Operaciones Especiales estadounidenses junto a las tres fuerzas de nuestro país. Este tipo de operaciones conjuntas no es nuevo, viene de lejos, incluido y sobre todo en los períodos de gobierno del FA. En el pleno del senado la votación repitió la unanimidad de la comisión, 29 en 29. En la cámara de representantes hubo “disidencias”, Gonzalo Civila del Partido Socialista y Daniel Gerhard, del PVP. Quien busque la fundamentación de su retiro de sala fracasará totalmente. Es decir, no estamos ante una oposición ni siquiera descafeinada sino ante una huida sigilosa. No deja de sorprender que el FA haya votado esto, sobre todo teniendo en cuenta que los votos del oficialismo alcanzaban para aprobar el proyecto. Estas maniobras militares conjuntas son propiciadas nada menos que en medio de la guerra que se desarrolla en Ucrania, es decir, la venia por parte de fuerzas que se reclaman de la izquierda y hasta comunistas opera como un aporte a la injerencia nada menos que del imperialismo yanqui. Quizás confiando que su proceder pasaría desapercibido, en una demostración de duplicidad grotesca, el sitio web del PCU reproduce una columna de opinión de Luis Vignolo, titulada “El huevo de la serpiente” donde hace una vigorosa denuncia del proceder de la bancada del FA. Lo que sería necesario saber es si al replicar esta nota el PCU enmienda la plana a sus propios legisladores, Oscar Andrade y Micaela Melgar. Como no existe ningún texto de crítica al proceder de sus legisladores hay dos caminos, o a este partido le nació una fracción pro-Civila o estamos ante un fraude que busca disimular ante su militancia un comportamiento reñido con cualquier tradición comunista. Sea como sea, algo se pudre en Dinamarca.
Guerra
El Frente Amplio con todas sus fracciones ha tomado partido activo por la OTAN a inicios de marzo cuando votaron junto al oficialismo una declaración de condena a la “invasión rusa”. El texto no dice una palabra del instigador de la confrontación que es el mismo de siempre, es decir el imperialismo yanqui y la OTAN. En el seno de Ucrania actúan milicias fascistas. Ni un parlamentario pidió la palabra para denunciar algo sobradamente probado, ya que las unidades territoriales llevan la esvástica en sus banderas y cuerpos. Independientemente de los objetivos reaccionarios de Putin, el diseño de la guerra corresponde enteramente al imperialismo que domina a escala planetaria.
El camino de mimetizarse con los multicolores se repite en otros terrenos, a saber, el acompañamiento a medidas ridículas como la exoneración del IVA por un mes de los fideos o a un asado de dudosa calidad. Sistemáticamente se coloca como segundo violín de las improvisaciones de Lacalle, en lugar de denunciarlas como demagógicas y estériles las alienta con “reparos” con el pretexto de que “cualquier monedita sirve” (Bergara dixit). Muchos simpatizantes han expresado en las redes su disconformidad con este estado de cosas. Incluso con Civila al que le reclaman no haberse quedado en sala. Una demanda elemental de diferenciación para una pretendida oposición política. El FA, “no commets”. Ningún sector de esa coalición ha justificado la votación de sus legisladores.
La conclusión es clara debemos movilizarnos contra esta guerra del imperialismo, que no es otra cosa que una guerra mundial. Los militantes antimperialistas del PS, el MPP, y el PCU tienen la palabra.
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