De Manini a Feola: Crónica de un mes de crisis

La crisis abierta desde el 12 de marzo, cuando el presidente Vázquez decidió remover al jefe del ejército Manini Ríos no ha parado de crecer y mutar en una crisis política en regla.

Gomensoro

Roberto Gomensoro era miembro del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros. Su militancia estaba centrada en la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, (era docente en la Facultad de Agronomía) el 12 de marzo del 1973 (tres meses antes del golpe de Estado), Gomensoro fue detenido por el ejército como establece el periodista Leonardo Haberkorn

Seis días después su cadáver apareció flotando en el Rio Negro. Estaba envuelto en una malla de alambre y tenía atadas tres grandes piedras” (el Observador 30/3).

Haberkorn va a tener un papel central en toda esta crisis, porque es el periodista que ventila toda la podredumbre del caso.

“El cadáver de Gomensoro fue sometido a autopsia, pero no pudo ser identificado. Luego de ser enterrado en Tacuarembó, alguien lo volvió a desaparecer en fecha incierta” (ídem)

El ejército no admitió nunca que aquel cuerpo que apareció en el Rio Negro era de Gomensoro, como era costumbre en estos casos;

hasta 1985 mantuvieron una orden de captura. Pero el forense que había analizado el cadáver cuando apareció flotando, se guardó para si su cráneo” Eso permitió que en 2002 se confirmara que el cuerpo era el de Gomensoro.

Juan Carlos Gomez
En 2009 aparece Valerio Blanco, un ex tupamaro, personaje oscuro que acusa por el asesinato de Gomensoro al coronel Juan Carlos Gomez, quien en ese momento era capitán en el cuartel de Paso de los Toros (departamento de Tacuarembó donde apareció el cuerpo de “Tito” Gomensoro). Blanco declara que estuvo preso junto a Gomensoro en Paso de los Toros y que Gómez en determinado momento del interrogatorio lo capo con una bayoneta lo que produjo, siempre según Blanco, que el militante de izquierda muriera desangrado en las instalaciones de ese cuartel.

“Gómez permaneció en prisión por casi tres años, ya que existía una denuncia por su presunta participación en la tortura y muerte de Gomensoro en un cuartel militar de Paso de los Toros, cuando era capitán de la Región 3” (La Republica 21/12/2013)

Entonces: ¿quién asesino a Gomensoro y dónde lo hicieron?

“En agosto de 2012, Montevideo Portal dio a conocer una carta del ministro Eleuterio Fernández Huidobro en la que expresaba su convencimiento de que Gómez no había participado en el homicidio.”. “Tengo la convicción personal por motivo de información que me llegó durante la prisión y luego de mi liberación que Roberto Gomensoro fue asesinado en el Grupo de Artillería Nº1 en 1973”

Dice en su carta el líder Tupamaro y en ese momento ministro de defensa Fernández Huidobro. El grupo de Artillería 1 (mejor conocido como cuartel de la Paloma) se encuentra detrás de la populosa barrida del Cerro de montevideo, bastante lejos de Paso de los Toros.

A todo esto, el coronel Gómez, acusado de torturar hasta la muerte a Gomensoro, es liberado en 2013 por falta de pruebas. José Gavazzo, que había sido condenado junto al primero como co-autor, va a seguir preso por otros homicidios

En resumen, lo que afirmaba Blanco termino siendo falso. Todo indicaba que Gomensoro había sido asesinado en el cuartel de montevideo y no en Paso de los Toros (donde fue encontrado el cadáver), pocas horas después de ser detenido y trasladado su cuerpo (que según forense y medico no presentaba amputación de sus órganos genitales) al Rio Negro donde se lo intento fondear con grandes piedras para hacerlo desaparecer sin éxito. El cuerpo salió a la superficie y fue encontrado. El ahora coronel Gómez va a pasar tres años en prisión antes que se compruebe que el testimonio del testigo que lo acusaba era un embuste.

Esta larga explicación es clave para entender porque y cómo se precipitaron los hechos de los últimos quince días.

“Tribunal de Honor”

Manini Ríos máxima autoridad militar presentó el 12 de marzo los resultados y dictámenes del tribunal de Honor realizado a los terroristas de estado José Gavazzo y Jorge “Pajarito” Silveira, dos de los mas sanguinarios represores de la dictadura.

En ellos Manini Ríos manifiesta:

“(…) entre los integrantes del Ejército existe la convicción de que “la Justicia uruguaya en muchas oportunidades se apartó de los más elementales principios del derecho, no dando garantías a los acusados. En definitiva, aplicó una suerte de derecho para el enemigo”

“ (…) los militares indagados muchas veces son considerados culpables antes de ser juzgados, sin las “garantías del debido proceso”, [y condenados de acuerdo a] “conjeturas o convicciones inadmisibles, sin pruebas fehacientes, y en muchos casos “fraguadas o inventadas”. [Por lo tanto, opinó que] “no ha habido juicios imparciales” a los uniformados, y que “muchos de los imputados han sido condenados sin pruebas” (La Diaria 13/3)

Luego de estas afirmaciones del militar rebelde, Tabaré Vázquez lo remueve del cargo. Se generan toda una serie de especulaciones. La oposición de derecha (blancos, colorados y demas formaciones menores) defienden al comandante caído en desgracia y algunos partidos minúsculos de retirados militares que añoran los años de plomo lo cortejan para que se transforme en candidato presidencial con vistas a octubre.

Vázquez designa como remplazo para el cargo a José González.

Todos hasta las manos

Aquí es donde entra en escena el periodista Leonardo Haberkorn quien divulga en nota de El Observador del 30 de marzo que, en las actas del Tribunal de Honor que Manini le entregó a Vázquez el 12 de marzo, el represor Gavazzo quien era el segundo al mando en el cuartel de la Paloma en 1973, admite que él personalmente se encargó de desaparecer el cuerpo de Gomensoro:

“Yo lo cargué al vehículo, yo manejé el vehículo, lo llevé al lugar, lo bajé, lo puse en un bote y lo tiré del bote. Yo solo” (el observador 30/3)

En un relato inverosímil dice, que:

Todo lo que sabía Gomensoro ya era sabido por el ejército. Por eso (…) dio la orden de que no se lo interrogara y de que solo lo dejaran esposado en una silla. Era de madrugada. Al amanecer, Gomensoro estaba en la misma silla…pero muerto” (idem)

Quien contradice esto es el otro represor juzgado por el tribunal de honor, “pajarito” Silveira, quien era subordinado de Gavazzo en esas fechas.

“Nosotros sabemos que se le muere a Gavazzo”

Consignan las actas difundidas por Haberkorn.

“El testimonio de Silveira coincide con otros que también apuntan a Gavazzo como el responsable de torturar y matar a Gomensoro” (idem)

Lo que el periodista de El Observador ventila generando una cadena de destituciones en los días posteriores es que:

“A pesar de estas confesiones y acusaciones, siete generales del Ejército (tres integrantes del Tribunal de Honor, otros tres de un tribunal de alzada y el excomandante Guido Manini Rios) entendieron que los acusados no afectaron el honor del ejército. Y que sólo afectaron el honor del Cuerpo de Oficiales y el suyo propio por haber permitido que el coronel Juan Carlos Gomez [el jefe militar de Paso de los Toros] permaneciera tres años preso por el asesinato de Gomensoro, siendo que ellos sabían que era inocente”

sigue el periodista:

“La muerte de prisioneros indefensos, la desaparición de sus cuerpos y las mentiras reiteradas no fueron consideradas”

Ahora bien, ¿Qué papel viene a cumplir aquí el nuevo comandante en jefe nombrado por Vázquez?

“Uno de los generales que integró el tribunal de Honor es el actual comandante del ejército, José González, designado por el presidente Tabaré Vázquez tras cesar a Manini Ríos”

El nuevo comandante, designado quince días antes salió eyectado junto al Ministro de Defensa Menendez (Partido Socialista), el vice ministro Montiel (MPP) y una larga cadena de remociones en el generalato (que suman seis destituciones).
Pero la crisis no hizo más que profundizarse:

“La razón oficial fue que Vázquez terminó firmando, sin advertirlo, el decreto que homologó el fallo, cuyas actas daban cuenta del testimonio de Gavazzo, admitiendo que se había encargado de hacer desaparecer el cuerpo de Gomensoro” (Ecos 1/04)

El punto es que González, ascendido por Vázquez y colocado como jefe máximo del ejercito venía de integrar un tribunal donde dos torturadores reconocían crímenes de lesa humanidad y concluía que éstos ¡no habían afectado el honor del ejercito!

Ya con el agua al cuello, Vázquez descabezó al ministerio y la plana mayor de la oficialidad.

Nuevos capítulos

La conmoción política no cesa, al punto que ha quitado del debate y de los medios la pulverización del partido de Novick y el despadazamiento de la efimera alianza entre Mieres y Valenti. Nadie discute otra cosa. El miércoles 3 el ministro de defensa depuesto, Menendez, divulgó una misiva donde afirma que el presidente Vázquez estaba en conocimiento de los fallos:

“interiorizamos de los antecedentes del contenido del Tribunal de Honor y la necesidad de hacer la denuncia ante la Justicia”.

Vázquez afirmó un día antes a la prensa, contradiciendo a Menendez, que él había encargado a Defensa

“dar pase a la Justicia tal como había sido acordado (…) el tema salió a luz a través del diario El Observador, y no se había dado pase a la Justicia.”

Todo esto resulta de una precariedad evidente.
Según un observador:

“el de estos días es el escenario más complicado”que ha debido enfrentar Tabaré Vázquez desde que es presidente. Incluso más que el cierre de los puentes sobre el río Uruguay durante su primer gobierno.”

Como no hay dos sin tres, minutos después de asumir su cargo, el nuevo jefe de las fuerzas armadas, Claudio Feola ante la consulta de un periodista de si rechazaba los hechos ocurridos durante el periodo del terrorismo de Estado confesados por Gavazzo respondió:

“No los voy a repudiar porque no sé si están confirmados o no”

ante tamaña salida se produjo un tsunami de pronunciamientos de organizaciones de derechos humanos, familiares y usuarios en las redes sociales rechazando sus palabras. Es que, llegados a un punto, todo lo que pueda salir mal saldrá mal.

Veinticuatro horas después el flamante comandante en jefe emitía un comunicado aclarando que se habían mal interpretado sus dichos. El hecho, siendo patético, refleja que el poder político se ve obligado a echar lastre, aunque luego no mueva un dedo por castigar a los responsables necesita mantener un mascaron formal de rechazo a los crímenes cometidos en dictadura.

Mientras tanto el PIT-CNT ha convocado para las próximas horas una movilización “en defensa de la democracia” un despropósito, porque no hay en escena ningún actor que aliente un golpe de ninguna naturaleza. Este anti-golpismo a destiempo busca correr el eje de la crisis, encubriendo la responsabilidad política del gobierno del FA y de Vázquez en el mantenimiento de la impunidad de los represores.

A la calle

Los gobiernos del FA se esforzaron denodadamente por mantener a los represores entre algodones durante los últimos tres gobiernos, esto los tiene sin cuidado a los burócratas del PIT-CNT. Lo mismo puede decirse de los cuatro candidatos del Frente Amplio, que se abroquelaron junto al poder ejecutivo. No hay fisuras.

Es que el asunto viene a recordar, si es que hacía falta, que la impunidad en Uruguay goza de buena salud. El puñado de represores de la última dictadura procesados es ridículamente pequeño y muchos gozan de los beneficios de la prisión domiciliaria. El propio Gavazzo está en su casa. Vázquez y Mujica (Huidobro y Semproni mediante) trabajaron activamente por la rehabilitación y reinserción de las fuerzas armadas a la vez que entorpecían los pocos juicios que se abrían paso a cuenta gotas. Recordar el “Punto final”, el sabotaje a la campaña por la papeleta rosada y la remoción de la Jueza Mota.

La denuncia a los represores y la “derecha” no puede hacerse a la sombra de quienes desde el Club Naval y luego de tres periodos de gobierno gobernaron junto a los Manini. Es un camino contrario a la lucha por la “verdad y justicia” que la cúpula del PIT-CNT reserva para los 20 de mayo.

Vamos a la concentración del jueves 11 y convocamos a todos a marchar junto a la columna del Partido de los Trabajadores

-Abajo el pacto con los milicos
-Basta de impunidad
-Apertura de los archivos
-Cárcel común y efectiva a todos los torturadores

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Author: Camilo Marquez