Reforma Jubilatoria: a Lacalle Pou no le dan los números

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Cuando parecía finalmente que existía humo blanco para aprobar la reforma jubilatoria, la coalición de gobierno vuelve a estar enfrascada en una nueva disputa, esta vez con el sector mayoritario del partido colorado. Las dilatada negociación con Manini Rios y Cabildo Abierto, cuyos parlamentarios se negaban a levantar la mano si antes no se les concedían una serie de demandas, obligó a posponer la votación en diputados y forzó a Lacalle Pou a contemplar una modificación de la cantidad de años tomados en cuenta para el cálculo jubilatorio: pasándolo de los mejores 25 años a los mejores 20 (Cabildo Abierto originalmente pedía que fueran los mejores 15). El acuerdo con uno de los socios disparó la protesta de los otros. Ahora según anunció Adrian Peña, senador y coordinador de Ciudadanos del Partido Colorado “Estamos trabajando para presentar alguna respuesta alternativa. Hoy nosotros no estamos en condiciones de votar el proyecto, esa es la realidad” (Montevideo Portal 10/04). Peña esgrime razones económicas para justificar la oposición de su sector a estos cambios de última hora pero el fondo del asunto es eminentemente político: “Con esta nueva postura y este acuerdo entre el Poder Ejecutivo y Cabildo Abierto hay una negociación que se estaría reabriendo” dice Peña. El proyecto de Ley estuvo a punto de zozobrar y aún está por verse si alcanza los votos, por eso Rodolfo Saldain, el principal redactor de la reforma no se engaña “Sobre la posibilidad de no hacer nada es una situación bastante mejor” (La Diaria). Hace referencia al cambio en la cantidad de años tenidos en cuenta para el cálculo de los haberes.

Se trata de un giro político de primera magnitud. En esta crisis todos los sectores patronales intervienen con absoluto desparpajo. Al mismo tiempo que Manini Ríos defiende las jubilaciones principescas de los mandos militares, los “fundamentos” para aumentar de 60 a 65 años la edad jubilatoria para el resto de los mortales es que se vive mucho más, que el déficit es insostenible y que se pagaron jubilaciones por encima de los aportes realizados. Pero a la situación actual nos han llevado los que decían hace dos décadas atrás que con las Afaps las personas tendrían dos jubilaciones, por ejemplo. Es el resultado de la aplicación a rajatabla de una reforma anterior que lo que demostró es que las Afaps constituyen, como en todo el mundo, un gigantesco mecanismo de confiscación de los ahorros de los trabajadores.

La arena del parlamento está poniendo de relieve una crisis profunda del gobierno, o más bien su completa incapacidad para seguir adelante. La coalición oficial está bajo la amenaza de un estallido.

La guerra militar y comercial, el quiebre de enormes bancos y la incertidumbre financiera minan todas estas falsas salidas. La guerra de clase contra los trabajadores –la destrucción de los sistemas laborales y previsionales– no ha levantado a la economía capitalista mundial de la hipoteca de la bancarrota anterior (2007-2008).

Recientemente en una entrevista muy instructiva concedida al canal 9 de Rocha el senador por el Partido Comunista Oscar Andrade definió que: “No estamos ante una reforma jubilatoria sino ante un enorme ajuste fiscal de dos mil millones de dólares”. El PIT-CNT y el FA sin embargo, no ven las cosas de esta manera. Ninguno está haciendo algo para enterrar este proyecto definitivamente. “Hay exoneraciones que se votan, sigue Andrade, para que el BPS no cobre, que no las vota el BPS” (Telerocha 22/3). Lo que el senador “olvida” en esta denuncia es que uno de los que rebajó los aportes patronales a la seguridad social fue precisamente el Frente Amplio y sus sucesivos gobiernos, entre otros.

El FA es una fuerza política que no ha podido sacar ventaja de un adversario en inmovilismo persistente que tiene su principal reforma en un cono de sombras. Distintos referentes han manifestado que de aprobarse esta reforma y si el FA accede al gobierno en 2024 habrá que modificarla, NO DEROGARLA. De estos hay muchos antecedentes, en 2020 recién arrancando el gobierno de Lacalle, el hoy candidato a Presidente por el FA Yamandú Orsi decía al semanario Búsqueda: “ (…) el Frente tuvo la opción de no votar la LUC, votar todo en contra, y sin embargo se decidió votar punto por punto e intentar conseguir las mejores cosas oportunas. Así hay que seguir. Está demás decirlo, pero la oposición tiene que ser constructiva.”

Lacalle Pou y su armado revelan a cada paso no tener los medios para llevar adelante este ataque, la coalición “multicolor” es un amasijo incoherente que ha sobrevivido a sus numerosas limitaciones por la invalorable colaboración del Frente Amplio, que busca por todas las formas una transición política indolora. Así como el FA tenía su propia LUC tiene también su propia reforma jubilatoria.

Estamos ante un proyecto rechazado por una mayoría de la población. Como muestra América Latina y Francia, del rechazo a la resistencia hay unos pocos pasos.

Ante un gobierno empantanado, movilización y huelga general.

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Author: Camilo Marquez