El domingo en un acto en el Cerro el candidato Lacalle Pou sostuvo que “a nadie de bien le va a caer mal que le pidan la cedula” y que si era electo presidente dirigirá un gobierno “en el que los móviles anden en la vuelta” “que la policía esté presente” (El Observador). El discurso que no tiene nada de novedoso viniendo de la derecha clásica uruguaya generó un movimiento colosal en el oficialismo. Rápidamente salieron a replicar al nacionalista, lejos de los que se puede pensar de una fuerza que se reclama de izquierda los asesores del candidato en la materia aumentaron la apuesta:
“debería estar informado de que la ley de procedimiento policial habilita a pedir la cedula y la identificación a los ciudadanos”, le objetó Gustavo Leal pieza clave en la política represiva llevada adelante por el gobierno en el último periodo. Un sociólogo que ha ido ganando peso ante la opinión pública y que ha visto multiplicada sus responsabilidades en los últimos meses. Actualmente es el principal asesor en seguridad del candidato del oficialismo, por tanto, en Leal habla Martínez.
Pero hay más: “Hay un operativo sistemático de la policía que se llama Aruera, (cuenta Leal) que lo que hace es controlar la identidad de personas que viajan en motos, en puntos críticos” (…) “Se hace por miles diariamente y yo le puedo traer los números”. Lejos de amilanarse horas más tarde publicó los datos en su cuenta de twitter:
“En 2018 la policía solicitó cédula a 477.620 personas y en lo que va de 2019 a 337.061 ciudadanos. Lo que para usted es una “novedad” la Policía ya lo hace todos los días en el Uruguay…”
Los números del sociólogo devenido en divulgador de la cachiporra cierran definitivamente cualquier debate sobre la progresividad del FA en este terreno en oposición a blancos y colorados. La competencia por quien se posiciona con un perfil más represivo frente al electorado es ya obscena.
Trampa
Detrás de la campaña “vivir sin miedo” impulsada por Larrañaga se levanta toda una red de complicidades políticas que abarca al propio partido de gobierno.
La misma clase social que apoyó, financió y organizó el golpe del 73 gobierna ahora bajo una forma política diferente.
Los pactos que se mantienen con los genocidas de ayer, la inexistente depuración de las fuerzas armadas, el ascenso de Manini a la política con su partido salido de las entrañas mismas del Estado, la desfachatez de un Gustavo Leal son hechos y circunstancias que se encuentran unidos, el régimen político que mantiene en pie la impunidad se refuerza en la represión social a la juventud, pero mañana se utilizara en tareas más bastas.
El amplio abanico de organizaciones, colectivos y jóvenes individualmente que se encuentra movilizada contra la reforma “vivir sin miedo” debe advertir que se la pretende llevar a una encerrona, mientras pone en movimiento una basta capacidad de acción contra Larrañaga y compañía, dentro del clan frenteamplista conspiran contra esa misma juventud los Larrañagas “progresistas”.
En este escenario, aunque la reforma sufra un revés en las urnas como sucedió en 2009 con el intento de bajar la edad de imputabilidad, la victoria que significaría tal resultado sería confiscada en forma inminente pues, Leal no se fue de boca, habló en sintonía con las 12 medidas presentadas por Daniel Martínez una semana antes, en donde destacan: ampliar el sistema de patrullaje PADO; más equipos de policías encubiertos; extender a 10 mil las cámaras de videovigilancia de identificación facial. Todo esto siempre condimentado con el palabrerío de costumbre “atacar las bocas de pasta base” (que todos saben dónde se encuentran) “retejer la fractura social” (después de 15 años de gobierno parece un chiste), etc.
Es fundamental que saquemos todas las conclusiones, la campaña electoral se transformó en una competencia entre fuerzas políticamente conservadores y represivas. Llevan todos la marca de la gorra.
El frente amplio ha entrado en su etapa de declinación, hace agua y lejos de virar hacia la izquierda posa su mirada en la derecha. Ya no puede darle a la juventud absolutamente nada que no sea perjudicial.
Abajo la reforma “vivir sin miedo”
Presupuesto para educación, vivienda y salud, no para la represión
Abajo la impunidad – Cárcel común y efectiva para todos los genocidas