“Esta es una de esas situaciones en las que las cosas pueden salirse de control rápidamente”
Ex funcionario de inteligencia de Estados Unidos, (Newsweek)
La operación combinada con la que Hámas golpeó a Israel, “Tormenta de Al-Aqsa”, consistió en arrojar en un breve lapso de tiempo miles de cohetes de corta y mediana distancia que saturaron el sistema Cúpula de Hierro, la defensa anti misiles de múltiples capas Israelí.
“La cúpula de hierro ha sido muy eficaz contra ataques a pequeña escala, que son la norma”, agrega un asesor militar. Lo del sábado no estaba en los radares, Hámas afirma que lanzó cinco mil cohetes dirigidos al sur y el centro de Israel, incluidos Tel Aviv y Jerusalén “Así que las matemáticas siguen estando del lado del atacante”, (ídem). Como ya puso de relieve la guerra entre Rusia y la OTAN, “Los interceptores de defensa aérea son generalmente mucho más caros que la mayoría de las capacidades que deben interceptar, y la aparición de nuevas formas de amenaza aérea, como los vehículos aéreos no tripulados comparativamente baratos, no hace más que agravar esta situación” (rusi.org). Los costes de este sistema están ahora bajo escrutinio, cada interceptor disparado por la Cúpula de Hierro genera una factura de entre 40 mil y 50 mil dólares por cohete disparado.
“Israel afirma que la Cúpula de Hierro ha tenido una eficacia de alrededor del 90% en la interceptación de cohetes durante los últimos 12 años. Pero han surgido dudas sobre por qué no pudo detener los ataques del sábado.” (businessinsider.com)
Una lectura poco difundida señala que la incursión de este sábado no sólo sorprendió a las fuerzas de seguridad israelíes sino probablemente al mismo Hámas. La repercusión y la crisis que ha ocasionado en el conjunto del régimen, así como la conmoción de la sociedad israelí toda expuso en carne viva el impasse completo en el que ha entrado la pretensión de imponer un estado con fórceps durante los últimos 75 años.
Al bombardeo de la aviación de Israel sobre la Franja de Gaza que está provocando una mortandad de civiles completamente criminal, y escenas dantescas que inundan las redes sociales se suma un asedio terrestre en ciernes. La convocatoria a reservistas ya alcanza los 350 mil soldados, lo que indica que el alto mando israelí tiene en vista un conflicto al menos en tres frentes: al norte en los Altos del Golán y la frontera libanesa, Cisjordania, y la propia Franja de Gaza. Netanyahu ha armado un gobierno de emergencia y un gabinete de guerra donde incluyó a la oposición. Por lo pronto ha logrado encapsular la crisis interna que amenazaba al propio Netanyahu y su entorno detrás del objetivo de aniquilar al enemigo común.
Las escaramuzas con Hezbollah en la frontera norte han avivado lo temores de que la guerra mute en un conflicto regional. El grupo libanés es el actor “no estatal” más fuertemente armado del mundo. Tiene un poder de fuego muy superior a Hámas. Su arsenal de cohetes de artillería se cuenta por decenas de miles, cuenta con misiles balísticos, misiles antitanques y misiles de barcos.
Una invasión terrestre de Gaza presenta otros problemas: desde lo militar, pelear en un terreno extraño, y al mismo tiempo conocido por el enemigo. En la memoria colectiva israelí todavía está fresco el recuerdo de la Segunda guerra del Líbano, cuando precisamente Hezbollah hizo morder el polvo a las fuerzas de “defensa” israelíes, enterrando la reputación del cuarto ejército más poderoso del planeta.
El noventa y ocho por ciento de los observadores coinciden en que los ataques de Hámas estaban destinados a descarrilar las negociaciones de alto riesgo, respaldadas por Estado Unidos, que se encontraban en marcha para normalizar las relaciones de Israel con Arabia Saudita. En síntesis apretada, la hostilidad entre estos dos se remonta a la guerra arabe-israelí de 1948. El acercamiento entre Riad y Tel Aviv es una respuesta patrocinada por el imperialismo yanqui a la creciente gravitación de China en la región. En marzo de este año en el marco de una escalada de las tensiones en Oriente Medio, Irán y Arabia Saudita sellaron un sorpresivo acuerdo bajo los auspicios de China. Más recientemente ingresaron en tándem a los BRICS, junto a otro grupo de países. Desde 1979, año en que irrumpió la revolución islámica, Irán y Arabia Saudita están enfrentados. El terreno de hostilidades entre estas dos potencias regionales se extiende a Siria, Líbano, Irak y especialmente Yemen. Las razones para una reconciliación está estrechamente vinculada a una declinación creciente de Estados Unidos como potencia que ha deteriorado su relación con Arabia Saudita, a lo que se suma una costosísima guerra en Yemen donde se calcula que han muerto cerca de 400 mil personas y en la que el Reino de Arabia se encuentra empantanado desde 2015. Todos estos movimientos están condicionados por la crisis y en definitiva por la propia guerra.
Estados Unidos desplegó en el mediterráneo oriental su portaaviones más avanzado. Una nave a propulsión nuclear pensada para plantar cara a China en su zona de influencia inmediata.
El movimiento tiene por fin, en este caso, disuadir a Irán de una intervención directa en el conflicto, aunque esto aparece como altamente improbable.
Las cosas para Estados Unidos no están mejor. El estallido de un nuevo conflicto en Israel-Palestina no sólo amenaza con perpetuar y profundizar la inestabilidad en la región sino que desvía a la Casa Blanca de su objetivo de estrechar el cerco sobre China, ya bastante descuidado por la guerra europea, que es un eje de debate en la campaña electoral por los enormes gastos en apoyo militar a Ucrania.
“La ONU estima que casi 300.000 palestinos han sido desplazados dentro de Gaza, y muchos de ellos se apresuraron a ir a escuelas y campos de refugiados administrados por la ONU para buscar refugio de los bombardeos israelís” (Financial Times). En las últimas horas se ha comprobado la utilización de fósforo blanco por parte de Israel, un arma prohibida por la Convención de Armas Químicas de 1997. El empleo de fósforo blanco es especialmente criminal porque Gaza es un enclave costero densamente poblado. El ejército israelí está cumpliendo al pie de la letra la orden del Ministro de Defensa Yoav Gallant “No habrá electricidad, ni alimentos, ni gas. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. Israel viola abiertamente las disposiciones del convenio de Ginebra que estipula en lo que respecta al abastecimiento de la población civil: “En toda la medida la potencia ocupante tiene el deber de abastecer a la población en víveres y productos médicos; deberá, especialmente, importar víveres, medicamentos y cualquier otro artículo necesario cuando sean insuficientes los recursos del territorio ocupado”. (publico.es)
La Organización Mundial de la Salud está reclamando que se abra un corredor humanitario para permitir a los civiles salir de Gaza. Los sectores mas reaccionarios del sionismo (y no tanto) reclaman una incursión terrestre y que se mantengan los bombardeos ciegos contra la población gazatí.
El senado en nuestro país aprobó una declaración de extrema complicidad con el sionismo donde levanta el “derecho y la obligación de Israel a defenderse”. El senador Da Silva, haciendo gala de su miseria personal, declaró, apuntando hacia el Frente Amplio “No hay lugar para tibieza o para un análisis equivocado de la realidad. Israel es la víctima”. Una grosería que no acompañaron sus socios de Cabildo Abierto. En tanto el FA emitió un primer comunicado el sábado mismo, en donde condenaba los ataques “perpetrados desde Gaza” y llamaba a “las partes” a suspender la escalada. El comunicado fue atacado tanto desde el gobierno como internamente, por no señalar la acción terrorista ni mencionar a Hámas. Fernando Pereira, presidente del FA se hizo cargo personal de ese texto y el lunes 9 la Mesa Política emitió otro comunicado donde incorpora esta linea pro-sionista a la vez que “rechaza” las “acciones” del gobierno Israelí que esta “ provocando un creciente número de muertos y heridos”. El anti-imperialismo del FA tiene un carácter evanescente. El comunicado cierra pidiéndole al gobierno que se sume a este llamado de paz. Una vergüenza. Israel está ultimando detalles para llevar la carnicería a una altura desconocida. Los militantes anti-imperialistas del FA deberían sublevarse ante esta simulación grotesca.
Por mas que el sionismo hace esfuerzos gigantescos para incidir en la opinión publica, incluida la contratación de influencers en redes sociales, las muestras de solidaridad y repudio a la masacre sionista se expresa en todos los terrenos, en especial en las tribunas de los estadios de futbol y las movilizaciones y concentraciones frente a las embajadas Israelíes del mundo. Es difícil pasar por víctima cuando se es una potencia nuclear, y se cuenta con el respaldo de la OTAN y Estados Unidos, y enfrente hay una población desarmada que vive hace quince años penurias y privaciones de todo tipo. No se puede tapar el sol con las manos.
FUERA SIONISTAS DE GAZA Y TODA PALESTINA