Picanas policiales y encubrimiento político

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La detención de un hombre que intentaba robar un auto en Pocitos y la posterior denuncia del arrestado contra los policías a los que acuso de apremios por haber utilizado una picana eléctrica sobre él cuándo ya se encontraba esposado transformó un hecho policial a una controversia política por las declaraciones de Larrañaga, el ministro del Interior, quien afirmó que las picanas no forman parte del equipamiento policial pero que no existe prohibición de su uso, es decir que están autorizadas. En otras palabras para el ministro el delito no existe. Es una forma de dar carta blanca para las vejaciones en las comisarías. ¿Qué otros artilugios los agentes se pueden procurar por su cuenta para mortificar a quienes detienen?

“Yo no puedo saber exactamente qué porta cada uno de los más de 30.000 policías que tiene el Ministerio del Interior”, el pretexto es una improvisación para salir del paso, porque en realidad Larrañaga avala su uso, pero está en aprietos para blanquearlo. Erode Ruiz, jefe de policía, fue más claro aún “es un instrumento que tiene venta pública”, por lo cual “no está prohibido” que los policías lo utilicen. Esto no augura nada bueno, justo cuando los episodios de atropellos policiales han ido en aumento en un lapso muy breve. Constituye un verdadero escándalo, el mensaje es que se les garantiza impunidad judicial a los uniformados. La LUC le suministra un andamiaje legal a las tropelías y desmanes.

“¿Qué hace una picana en una comisaría en un país democrático?” Disparó Bergara desde su twitter. Los abusos policiales siempre son un campo propicio para la demagogia. Bergara no es la excepción. La ley de faltas aprobada durante administración del FA vehiculizó los aspectos más negativos de la LUC, actuó como un lubricante que ahora viene a reforzar la discrecionalidad policial en las calles y barrios.

En 2015, durante la desocupación del Codicen, un suboficial dejó caer de sus manos en medio de la represión una cachiporra extensible, un arma expresamente prohibida por la ley de procedimiento policial. Se especula que fue lo que se usó para golpear en la cabeza a uno de los manifestantes detenido esa noche, que perdió parte de su capacidad auditiva producto de la lesión. Ni que hablar que ningún legislador del en ese momento oficialismo pidió la investigación de nada: estos son mis principios, pero si no te gustan también tengo otros.

Uno de los ejes del gobierno pero que siendo estrictos es una continuidad de los anteriores es un enésimo reforzamiento represivo. La LUC le da letra al hostigamiento y persecución de una juventud cada vez más empobrecida.

Los torturadores podrán desplegar su “arte” sin limitaciones en dictadura, pero se adiestran en democracia.

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Author: Camilo Márquez