La MUTUAL de Futbolistas (el sindicato de jugadores) ha decidido parar las actividades desde este viernes. En esta jornada debía comenzar la cuarta fecha del torneo Intermedio, con el partido entre Nacional y Plaza Colonia. El plantel patablanca se enteró de la medida a mitad de camino a Montevideo. La razón, según indican desde la MUTUAL, se debe al clima generado en el Club Villa Española. Este último emitió el mismo jueves un comunicado donde anuncia el retiro de su jugador emblema, Santiago “Bigote” López debido a las amenazas que viene sufriendo, no sólo él, sino la directiva y el resto del plantel. Las autoridades del club han sido desplazadas y el cuerpo técnico presentó renuncia en las últimas horas en solidaridad.
Villa Española se encuentra disputando el torneo de Segunda División Profesional igualado con Miramar Misiones en la segunda plaza para la disputa de un repechaje contra un equipo de Primera División Amateur (la antigua C) para definir un eventual descenso.
Intervención
La administración que hasta ayer estaba al frente de la institución fue denunciada ante el Ministerio de Educación y Cultura por irregularidades estatutarias, ausencia de balances y de elecciones. Las acusaciones son rechazadas y rebatidas por quienes dirigen el club desde 2018. Sostienen que se han saldado cifras millonarias de deudas, que el funcionamiento cotidiano está cubierto, que existen mejoras a nivel de infraestructura y un padrón social en crecimiento.
Entre quienes firman la denuncia ante el MEC se encuentran dos ex-presidentes del club. Quien aparece oficiando como vocero, Edgardo Ramos Verde, fue candidato a diputado por el FA, en la última elección en una lista de Casa Grande por el Departamento de Tacuarembó, y según él mismo se encargó de remarcar en cada entrevista, es militante del FA desde hace 30 años.
El Club se transformó en los últimos años en un revulsivo político y se posicionó ante cada debate de la esfera social, haciendo honor a sus fundadores, emigrados españoles provenientes del campo Republicano. El más destacado es el papel de denuncia de la impunidad de los crímenes y criminales de la última dictadura. Esta ha sido una apuesta fuerte, llegando a sacar una camiseta en homenaje a la lucha de Familiares de detenidos desaparecidos. Viene a la mente, salvando las distancias, la experiencia de la “Democracia Corintiana” contra la dictadura en el Brasil a principio de los 80’s. Si ese experimento tuvo un Sócrates, el de Villa Española tiene un Bigote López, es decir, un jugador con una determinada personalidad para ser el referente de un proceso para difundir o catalizar esa pelea presente en la sociedad de clases. En octubre del año pasado, y cuando ya se empezaba a olfatear en el aire que se gestaba algún tipo de ardid que pusiera un limite a las manifestaciones publicas del club, el Bigote realizó un descargo en sus redes sociales:
“Que es politizar al club? Si politizar al Club es hablar de diversidad, de derechos humanos, de homofobia, tener una biblioteca en el vestuario, generar una cuadrilla en la sede para entregar 5000 canastas al barrio en plena pandemia (…) Si a eso le llaman politizar el club, les quiero decir que el club está re politizado. Para tener un mundo mejor siempre hay que politizar (…) Nosotros siempre vamos a priorizar la política de la ayuda, la solidaridad, la defensa de los derechos …”
“Cultura de Barrio” es el registro en clave de la profunda integración del club a la comunidad que lo rodea, defendiendo una esencia contraria a la sociedad anónima y los fondos de inversión que se adueñan crecientemente de los clubes en todo el mundo. La experiencia del slogan ha sido muy positiva también en el terreno del marketing, actualmente es el club que vende más camisetas en Montevideo después de Peñarol y Nacional.
El plantel hizo ingresos al campo de juego con distintas reivindicaciones haciéndose eco de las luchas y en particular López tuvo la enorme virtud de ganarse el odio del medio, dominado por empresarios y periodistas ligados a los gerenciamientos deportivos, cuando se mostró en un partido ante Peñarol con una remera en alusión a la muerte de José Nino Gavazzo, uno de los principales represores de la dictadura, quien se encargaba de cazar militantes requeridos no solo en nuestro país sino también exiliados uruguayos en Argentina. El Bigote no sólo escandalizó a la derecha, también una parte del propio Frente Amplio, según admite el propio Ramos Verde
«¿Está bueno que un jugador de fútbol aparezca en un estadio diciendo ‘No a la LUC’? ¿Está bien que un jugador de fútbol aparezca con el uniforme de Villa Española saliendo a la cancha con una remera que diga ‘te fuiste sin hablar, cobarde’? Yo creo que no». Viniendo de alguien que se “autopercibe” como una persona de izquierda es una confesión francamente deshonrosa. Pero Ramos Verde dice más:
“ (…) tuve una charla con el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, y con el hijo de Tabaré Vázquez, Álvaro Vázquez, contándoles los pormenores de por qué se llega a esta situación” (!!)
Después de esto la defensa descansa.
Conclusiones
El gobierno aprovechó una disputa ante evidentes desprolijidades de orden formal (la directiva desplazada fue votada por unanimidad), para ir a un ajuste de cuentas contra el Villa. El objetivo es liquidar el proyecto, disciplinar a quienes intenten imitarlo y pasar a una etapa superior de privatización del fútbol. No hay que olvidar que se encuentran en disputa los derechos de televisación (el pedazo jugoso del negocio), con clubes quebrados económicamente, incluido y especialmente los grandes, que incluso realizando transferencias millonarias (Peñarol vendió por 50 millones de dólares en los últimos 8 años) se mantienen en estado comatoso. La AUF en este marco está pintada. Apenas atinó a refrendar que la fecha estaba suspendida para el resto del fin de semana, cosa que ya era un hecho por el paro de futbolistas.
La intervención en principio por seis meses debe ser rechazada por todos los que amamos este deporte.
En vísperas de un mundial que ha visto la muerte de miles de obreros migrantes en condiciones insoportables para la construcción de estadios lujosísimos a los que accederán sólo los mas acaudalados aficionados o, en el mejor de los casos, quienes tengan una capacidad de endeudamiento por encima de la media, el Villa en chiquito y en grande nos vino a recordar que las cosas no siempre fueron ni tienen que ser así.