El Comando Sur en Uruguay

+ posts

El periplo de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos por América Latina, Laura Richardson indudablemente está al servicio de restringir el avance de China en la región. Esto ha sido insistentemente señalado por todos los observadores, en primer lugar el PIT-CNT. El propio Comando Sur ha reconocido este objetivo innumerables veces. El ministro Javier García ha denunciado el comunicado de la central obrera como parte de una campaña de calumnias, y ha defendido la presencia del comando y la firma de un acuerdo por el cual Estado Unidos hará una donación de proyectos de “asistencia humanitaria”, consistente en buckets [baldes] que se usan en helicópteros para extinguir incendios. (La Diaria).

A contramano de la condena, Carolina Cosse, la candidata favorita de la burocracia sindical, recibió a la enviada del imperialismo, y para despejar cualquier duda indicó que el “tenor” de la reunión fue “oficial” (Montevideo Portal). Esta disparidad de criterios no pasó desapercibido para la prensa que metió el dedo en la llaga: “El Pit-Cnt es el Pit-Cnt, yo hoy cumplí una función oficial de la que no me voy a apartar” zanjó la intendenta (ídem). A Richardson la clase obrera no le da la bienvenida, pero el centro izquierda si.

El Frente Amplio se ha mantenido al margen, eludiendo un pronunciamiento. Este silencio se explica perfectamente. Durante los gobiernos del Frente Amplio tanto Tabaré Vázquez como Mujica propiciaron un acercamiento aún más estrecho con el imperialismo yanqui. Así por ejemplo, recuerda González Guyer en Brecha, en el año 2012 durante la administración Mujica, el Ejército, sin consultar al ministro, había acordado con el Comando Sur de Estados Unidos la construcción de instalaciones en Durazno. Fernández Huidobro, el ministro de defensa del momento, abortó la empresa pero al mismo tiempo “concretara la firma del US-UY-02 en abril de 2012”. Este acuerdo contemplaba el apoyo a operaciones en bases, la cooperación en despliegues logísticos, como desplazamientos, escalas y reparaciones en situaciones imprevistas o ante la demanda de apoyo en términos de suministros y servicios. Se trataba de la ratificación y continuidad de un acuerdo anterior, que data del año 2000, firmado en el Gobierno de Jorge Batlle (2000-2005), texto que no contaba con respaldo ni registro parlamentario, por lo cual para que fuera ratificado en 2012 tuvo que ser reemplazado con la venia del legislativo. La resolución de 2012 cuenta con la firma de Mujica, Huidobro y Luis Almagro, nada menos que el actual secretario general de la OEA, quien en ese entonces se desempeñaba como canciller.

El gobierno de la “coalición republicana” ha desempolvado el proyecto craneado por su antecesor para aprobarlo el pasado diciembre.

Detrás de estas diligencias asoma la pelea por la explotación de los recursos naturales, y el control del llamado triángulo del litio, que comprende a Chile, Bolivia y Argentina. Lacalle Pou se ha colocado del lado de la OTAN en Ucrania y con el estado genocida de Israel, negándose incluso a votar un alto el fuego humanitario. La llegada de la representante del Pentágono apunta también a reforzar este alineamiento en el marco de las guerras imperialistas.

El renovado interés por establecer bases en América Latina se da en medio de una guerra militar y comercial de alcance internacional. La convulsiva situación social y económica, donde pica en punta Argentina, encuentra a Uruguay más rezagado respecto a sus vecinos, un cálculo que la burguesía con seguridad valora como apropiado para establecer una cabeza de playa en el terreno. Uruguay entra de lleno en la crisis mundial dominada por la guerra.

Más que nunca, fuera yanquis.

Share:

Author: Camilo Márquez