Drones y misiles: un nuevo escalón de la guerra mundial

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El ataque de Irán contra Israel el sábado pasado, bautizado “Promesa Verdadera” consistió en la utilización de unos 300 artefactos de distinta naturaleza, entre drones, y misiles de al menos dos variedades. El daño ocasionado fue modesto, apenas media decena de estos impactó dentro de Israel. Como se sabe, la decisión de lanzar esta ofensiva es la respuesta al ataque al consulado Iraní en Damasco, el pasado 1 de abril. Teherán se tomó dos semanas para devolver el golpe, algo que no volverá a ocurrir, según ha advertido el viceministro iraní de Asuntos Exteriores, quien afirmó a la televisión estatal el lunes por la noche que ante cualquier contraataque israelí la respuesta será “En cuestión de segundos”. Irán no esperará otros 12 días”. (Reuters)

Como informan todos los medios, la casi totalidad de los drones y misiles fueron interceptados antes de alcanzar el espacio aéreo israelí, esto se logró con el concurso de una fuerza combinada de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Jordania, más los sistemas multicapa del propio Israel. Así y todo, algunos drones llegaron a impactar en las cercanías de una base militar en el desierto, presumiblemente, el lugar de donde salieron los aviones israelíes que atacaron el consulado iraní en Damasco. Biden en conversación con Netanyahu pocos instantes después de concluido el ataque, le dijo que se abstuviera de escalar el conflicto y que se contentara con presentar la interceptación del 99% de los artefactos como un triunfo inapelable. Sucede que ese resultado no es producto de una mera acción de Israel, sino, como acabamos de describir, de un conjunto de ejércitos aliados, y no menos importante, probablemente estemos ante el ataque más anunciado de toda la historia. La diplomacia iraní llegó a avisar a Washington –y otros países de la región– de que sus ataques serían “limitados y en defensa propia”. Según algunos medios, Irán había comunicado la hora y envergadura del ataque no sólo a Estados Unidos, sino a Arabia Saudita, y los Emiratos. En estas condiciones el ataque no podía, ni tenía el objetivo de producir un daño serio. Permitió a Estados Unidos desplegar un gran número de activos y hacer preparativos coordinados con sus aliados.

Otro ángulo es el económico “Se calcula que el coste del ataque iraní fue muy inferior –alrededor del 10%– a la defensa que tuvo que desplegar el Estado hebreo –que habría costado 1.3 mil millones de dólares–.” (descifrandolaguerra.com)

Y lo más importante: “En términos militares Teherán no ha revelado ninguna capacidad nueva, mientras que Israel se ha visto obligado mostrar la disposición que puede tener su defensa antiaérea.” (ídem).

Estados Unidos ha reiterado que no apoyará un contraataque Israelí, cosa que aparentemente no ha persuadido a Netanyahu de aumentar la apuesta y lanzar una contraofensiva diferida contra Teherán. “Sabemos que viven en un vecindario muy difícil” dijo el lunes a la CNN el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby. “No queremos que las cosas se intensifiquen”.(Reuters 15/4).

Netanyahu ha convocado para este martes a los principales líderes de la oposición, entre ellos, el anterior primer ministro israelí, Yair Lapid, para tratar de recabar el máximo apoyo interno para los próximos pasos.” (El País de Madrid, 15/4). Francia y Gran Bretaña, que han tenido un papel central para detener el ataque, se hicieron eco de la postura del gobierno de Biden. Han hecho énfasis en que Israel debe desistir de una respuesta militar y acompañar un camino de sanciones económicas para aislar al país persa. “Los llamamientos a la contención que, de alguna manera, sitúan a Israel y a Irán en el mismo plano simbólico son un revés para el Gobierno de Netanyahu.” dice un lúcido corresponsal de El País de Madrid.

Los peligros de una escalada son obvios, y la preocupación clave para Estados Unidos será el riesgo de que Irán pueda cerrar efectivamente el Estrecho de Ormuz –donde ya ha comenzado a apoderarse de barcos “vinculados a Israel”. Cualquier interrupción en el Estrecho sería catastrófica porque alrededor de 17 millones de barriles de petróleo viajan a través de la zona cada día, lo que representa el 30% del consumo total mundial.

Rusia por su lado intenta contener a su socio: “Putin alertó a Irán que una escalada con Israel tendría «consecuencias catastróficas»” (Ámbito 16/4) “Tras el ataque iraní y en medio de una posible profundización del conflicto bélico, Vladimir Putin se comunicó telefónicamente con Raisi para advertirle sobre las posibles consecuencias que tendría la escalada armada.” (ídem).

Al imperialismo yanqui no se le escapa que los misiles y drones iraníes ni siquiera se habían acercado al espacio aéreo israelí cuando Teherán ya había declarado el asunto como concluido. Como dijo alguien, fue una coreografía para tener mucho simbolismo y poca destrucción.

Aunque una guerra más amplia con Irán es exactamente lo que el primer ministro israelí, ha estado buscando durante todo este tiempo.

 

El imperialismo en su laberinto

Israel sigue en un punto muerto insostenible en Gaza: No ha derrotado a Hamas, todavía se desconoce el paradero de alrededor de 130 rehenes israelíes, mientras sus aliados se sienten cada vez más incómodos con su prosecución del conflicto y sin un acuerdo sobre rehenes ni mecanismos de alto el fuego próximos o encaminados.

Un enfrentamiento directo con Irán es consistente con una guerra contra Rusia, a su vez, un compromiso militar más profundo de Estados Unidos con Oriente Medio restaría recursos a lo que consideran una cuestión estratégica más apremiante: el ascenso de China.

Estados Unidos se ha autoarrinconado, porque ha manifestado su oposición a una guerra regional, al tiempo que proclama un apoyo férreo a Israel en caso de guerra, incluso si Israel la inicia. Biden declaró que Estados Unidos no participaría ni apoyaría una acción militar ofensiva contra Irán por parte de Israel, pero que proporcionaría apoyo defensivo en caso de que Israel fuera atacado nuevamente. La distinción entre ofensivo y defensivo deja de tener sentido en el momento en que estalla una contienda. Estas contradicciones son las que ha explotado Netanyahu para dar el pasó de bombardear el consulado Irani en Siria, cruzando todas las líneas rojas. No importa que Washington no participe en el ataque, se verá arrastrado a los combates en el momento en que Irán responda a la ofensiva de Israel. Es el fracaso de lo que algunos analistas yanquis han denominado el enfoque de “abrazo de oso” de Biden hacia Israel.

Según información de ultima hora publicada por un diario árabe que recoge el País de Madrid “La posible invasión de Rafah podría convertirse en una moneda de cambio (…) Esta publicación cita a una fuente egipcia que asegura que la Administración de Joe Biden ha aceptado el plan israelí para invadir Rafah, a cambio de que el Estado judío no lleve a cabo un ataque a gran escala contra Irán.” (El País de Madrid 18/4)

El escenario más probable es el de un recrudecimiento serio del conflicto, nunca el de una vuelta a la situación anterior. “Fuentes israelíes han dicho este jueves a la cadena estadounidense ABC News que Israel preparó y luego abortó ataques de represalia contra Irán al menos dos noches de esta semana.” (ídem)

Mientras tanto Irán plantea ahora un “nuevo paradigma”, en palabras de Hossein Salami, comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria: “Hemos decidido crear una nueva ecuación, de ahora en adelante, si Israel ataca intereses, figuras o ciudadanos iraníes en cualquier lugar, tomaremos represalias desde Irán”. (descifrandolaguerra.com).

 

Uruguay

La totalidad del espectro político del país se ha solidarizado con el estado sionista. El Partido Nacional, y su candidato a presidente, Alvaro Delgado se expresaron en la red social X (anteriormente twitter). Delgado condenó “fuertemente” el ataque de Irán y envió “Toda [su] solidaridad con la población y compatriotas” que viven en Israel.

El precandidato del Frente Amplio Yamandú Orsi escribió en la misma red social “Condeno el ataque de Irán. Ningún bombardeo es solución”. Luego, consultado en rueda de prensa dijo que el ataque con drones “fue terrible” y que “los muertos se van a contar por decenas de miles”, se lamentó. Orsi parece no estar enterado que los muertos se cuentan de esa forma hace seis meses. Solo si se suman los niños gazaties, la cifra asciende a 13.500, un verdadero infanticidio que se trasmite en tiempo real.

Llamativamente el presidente Lacalle Pou no se ha expresado personalmente, limitándose a replicar el comunicado de cancillería, un breve y mesurado texto que condena el “uso de la fuerza” por parte de Irán y que lamenta el “agravamiento del conflicto” así como “las consecuencias que pudiera implicar la trágica situación humanitaria y de víctimas civiles en la región”.

También hay que subrayar el silencio de la otra candidata del Frente Amplio, Carolina Cosse, quien ha hecho del disimulo un método para eludir las cuestiones espinosas. Esta omisión de todas formas no debe dejar pasar que como intendenta de Montevideo, recibió a la embajadora de Israel en nuestro país Michal Hershkovitz, mientras Israel bombardeaba Gaza y las protestas movilizaban a miles en el mundo entero.

Guerra

Para terminar con la guerra, hay que acabar con el imperialismo. El recrudecimiento de los choques en medio oriente pone en juego la existencia misma de la raza humana sobre el planeta, en el conflicto Israel-Irán más que nunca, por que se trata de la primera gran guerra entre estados que no comparten frontera, es decir, que plantea la utilización a gran escala de todo tipo de armamento, incluido el nuclear. Los llamados a la paz son una estafa. El sábado pasado hemos subido un escalón más de la escalera de una guerra mundial que abre frentes permanentemente. Hay que prepararse para este escenario convulsivo.

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Author: Camilo Márquez