La construcción ocupa entre 42 mil y 46 mil trabajadores y se mantuvo en esa cifra durante toda la pandemia. El sindicato denuncia que se pretende ir a un recorte salarial cuando es un sector que se mantuvo constante y uno de los pocos con perspectiva de crecimiento a corto plazo.
El miércoles 15 el sindicato realizó una importante concentración frente al Palacio Legislativo. Bajo la consigna “Ni un paso atrás. Salario, pan y trabajo”. La burocracia denomina a estas instancias “asamblea” pero no lo son. Carecen de listas de oradores y suelen estar precedidas de una parafernalia festiva con actuación de murgas o similares. El micrófono es monopolizado por un puñado de dirigentes o incluso por uno sólo. El contenido de la resolución de la asamblea consta de cuatro breves puntos, en el que el tercero dice “Facultar al Comité Ejecutivo Nacional a delinear el plan de lucha a llevar adelante por el gremio para alcanzar el convenio colectivo y apoyar la lucha del conjunto de nuestro pueblo contra la LUC y contra un presupuesto de ajuste.” La estrechez bajo la que se presenta esta formulación no alcanza a disimular que el Sunca se escindió de la línea mayoritaria del PIT-CNT que viene de sellar un preacuerdo con el gobierno en que se resigna salario. El repudio a este pacto podrido cocinado por los Abdala y Pereira fue tan generalizado en las bases que la burocracia empezó a realizar piruetas verbales. En una entrevista realizada a Abdala el semanario del PCU en grandes caracteres destacaba “Presentan como un acuerdo lo que no lo es” pero cuando se va al contenido se puede leer “la delegación sindical dejó una constancia «reconociendo que hubo movimientos del Poder Ejecutivo que llevó algunas propuestas del PIT-CNT, en particular una ponderación mínima de los salarios más sumergidos»” (El Popular del 10/7).
A esta agachada se le puede contestar con lo que retruca el propio Daniel Diverio, secretario general del Sunca y miembro de la dirección del PCU al igual que Abdala “si nos dicen que no usemos la herramienta del consejo de salarios para no desgastarlo en esta coyuntura, entonces debemos prorrogar los convenios que finalizaron ahora por un año. Mantenemos los salarios y dentro de un año hablamos. Sin embargo, el planteo no es de mantener salario, sino una rebaja pura y dura” (…) y más: “Estas políticas salariales son criminales (…) Debemos rechazar de plano el ajuste del gobierno”
El Sunca viene de un congreso con dos mil delegados y de la elección sindical que con la excepción de Maldonado donde triunfo una lista departamental, el PCU se volvió a imponer ampliamente quedándose con 11 de los 15 cargos del Ejecutivo. Este éxito parejo se explica por la discrecionalidad con que la burocracia utiliza los recursos del aparato, no por alguna fortaleza política de la que carece.
Es este el telón de fondo en que se produce esta divergencia entre clanes de la burocracia hasta ayer siameses. Los Abdala y los Pereira han tolerado todo tipo de ataques, confiscación salarial, despidos, envíos al seguro, leyes para hacer impracticable la huelga.
La burocracia baraja un nuevo paro general parcial para el 30 de julio. Hay que quebrar este recurso de paros aislados, sin perspectiva.
Paro general y plan de lucha. Si no están a la talla que se vayan.