El Comité Central del Partido Obrero rompe con la CRCI

La dirección actual del Partido Obrero de Argentina ha lanzado una convocatoria para una conferencia latinoamericana. El llamado está dirigido en especial (sic) a los partidos que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U). Mas sobre el final los redactores modifican un “pelo” el boleto de entrada, llamando a todas “las corrientes de la izquierda revolucionaria, como el PSTU de Brasil, y al movimiento obrero combativo, a la convocatoria en común de una Conferencia latinoamericana sobre la base de la defensa de la independencia de clase. La invitación es un llamado al amuchamiento con la mirada posada en las variantes del morenismo continental. Este es el segundo capítulo. El primero fue el “Pronunciamiento internacional en apoyo al Frente de Izquierda-Unidad” un texto que recolectó las firmas de todas las “secciones” nacionales de las diferentes corrientes que se reclaman de la cuarta internacional con asiento en Argentina. El pronunciamiento no sumó, sin embargo, la firma de los integrantes ni simpatizantes de la CRCI, salvo el DIP de Turquía, que en un hecho insólito firmó tres declaraciones distintas llamando a votar por un frente de partidos argentinos.

El Partido de los Trabajadores no firmó la declaración pues consideramos que se desdibujaba el programa de nuestra corriente para flirtear con organizaciones democratizantes y se hacían concesiones de principios al frentepopulismo de todo pelo. La irrelevancia de este pronunciamiento fue tan marcada que las organizaciones firmantes de Uruguay, un mes después convocaban en nuestro país a apoyar al candidato del oficialista Frente Amplio en el balotaje presidencial. Al elegir a sus aliados internacionales son menos cuidadosos aún que en su propio país.
La convocatoria a una conferencia continental que se centra en organizaciones del mismo país constituye una caricatura.

Hay que tener en cuenta, además, algo adicional: el pronunciamiento por el voto al FIT-U con fecha 3 de octubre, decía que el gobierno de Macri era uno “acabado”. Es decir que luego de expulsar a una parte sustancial de su cuerpo militante y numerosos dirigentes probados por supuestamente levantar una consigna que “rompía” con las resoluciones congresales, (Fuera Macri), la dirección actual del PO le daba la razón a la Tendencia de forma, digamos, sigilosa y vergonzante.

Iniciativa estratégica o caminando por los pretiles

El debate que surcó todo el congreso último del PO (abril 2019) fue (y es), si la iniciativa estratégica había pasado potencialmente a la izquierda revolucionaria. Esta caracterización fue tomada por un dirigente de la actual dirección para poner el grito en el cielo. A él le siguieron otros. El punto desencadenó una lucha encarnizada. Visto en retrospectiva, ya pasado un tiempo, ¿Alguien puede pensar que la caracterización de Altamira aparecida en la revista de la CRCI es muy diferente a otros desarrollos hechos hasta entonces? ¿Qué es lo que desentona?

El troskismo argentino es relevante, quizás tanto o más que en su momento en Francia. El PO es un partido fuerte entre las corrientes que se reclaman de la cuarta internacional, allí y en el continente. Política y organizativamente es gravitante, electoralmente arañó el millón y medio de votos en 2013, en alianza a otros grupos. Estas ventajas se transformaron en desventajas cuando los partidos que conforman el FIT se fueron revelando paulatinamente incapaces de hacer frente a las presiones conservadoras de la política burguesa (Estado/parlamento). El anquilosamiento de organizaciones revolucionarias es un clásico, lo que no lo es tanto es la reacción a ese creciente atrofiamiento, desvio o derechización. Aquí reside la importancia de la Tendencia pública que surge al seno del PO y la CRCI. Los documentos, llamémosle, fundacionales de la corriente interna del Partido Obrero clarificaron enormemente, no sólo en relación a la crisis del PO sino más ampliamente sobre el impasse de la izquierda en general.

Chile, el conejo saca un mago del sombrero

Chile vive un proceso que ya alcanza las once semanas. Las protestas no pararon ni en navidad ni en vísperas de año nuevo y arrancó 2020 con mas enfrentamientos en las calles. Los organismos de DDHH contabilizan casi diez mil heridos desde que comenzó esta escalada y una veintena de asesinados. Las revueltas no han fracturado a las fuerzas represivas, más que nada Carabineros que es quien se encarga de la represión de amplio espectro y tampoco ha producido un recambio presidencial. Estos últimos elementos son esenciales para matizar el alcance de la crisis.

La situación en Chile como en Bolivia, dieron lugar a otra controversia pero derivada de la anterior (la iniciativa estratégica), la “ausencia” del factor consciente (el partido). Es un tema complejo, no se trata de la presencia sobre el terreno de un aparato o embrión de aparato, se trata de la envergadura de la crisis que atraviesa América Latina, un pronóstico y el planteo de una alternativa. Están fuera de lugar, por tanto, todo tipo de recetas. El problema de la “crisis de dirección” está mal planteado. Si el problema es ese entonces Chile está perdido, no hay que investigar si hay o no hay partido. Los que existen han colocado un riguroso cerrojo a la insurrección, pactando un blindaje del régimen, al menos hasta abril. Dicho esto, dar vuelta la noria sobre la crisis de dirección, se revela como un ropaje para esconder el derrotismo propio. La filosofía del fatalismo y la postración mientras se hacen gárgaras con el “partido de combate”, que por el contario es el de la acción revolucionaria. En el fondo revela una inclinación al foquismo, esto es, la exaltación de los medios técnicos, porque incluso tampoco es suficiente con un partido (2001 Argentina), también debe existir una madurez. Si existiera un partido en Chile, tampoco esto garantiza nada, por que no se conjugó esa presencia con otros factores, la tarea del revolucionario es trabajar para que converjan, no señalar lo que falta.
Por ejemplo, por Prensa Obrera nos enteramos de los esfuerzos por poner en pie un partido (“Comité de enlace”): “El concurso del Partido Obrero en este proceso es consecuencia, por un lado, del pedido expreso realizado por el Frente Anticapitalista de Concepción, que cuenta con una extendida intervención política y social y que reconoce en el PO una coherencia revolucionaria y una gran capacidad organizativa. Y del otro lado, del internacionalismo del propio Partido Obrero, que envió más de una decena de misiones militantes a apoyar la rebelión (…)”
Todo esto suena muy imponente. La presentación constituye un bombardeo de información. Viniendo de quienes no tienen por costumbre rendir cuentas la forma trasmite teatralidad o mejor, falsedad. Además, hay algo impresionante, no se menciona una sola vez a la CRCI, es decir, sus desarrollos teóricos, sin ir más lejos las conferencias de 2016 y 2018, que pronosticaron muy especialmente los acontecimientos en Bolivia, Ecuador y Chile. El señalamiento no es menor, pues el firmante de la nota es el mismo que pidió una “indagatoria” sobre el desarrollo de nuestra CRCI, que salvo el PO y “en menor medida” el PT, el resto son grupos “embrionarios”. En otras palabras, el oficialismo del PO ha pasado raya y desecha más de dos décadas (al menos desde Génova -1997- para acá) de esfuerzos por construir la internacional revolucionaria.

El espacio es llenado con “misiones militantes”, algo parecido a una cruzada extraña (?). El oficialismo endurece sus rasgos para figurar, presentada la ocasión, como internacionalistas intransigentes. En verdad es un propagandismo al cubo, mientas le pega esa etiqueta a todo lo que lo rodea.
Quienes sienten un soberano desprecio por mantener entre sus filas a un millar de compañeros y despreciaron la CRCI para proyectar más ampliamente este debate fundamental, no pueden ofrecer ninguna “coherencia revolucionaria” (algo que, dicho por uno mismo resulta arrogantemente estúpido e intragable).
El llamado para una conferencia intramuros del FIT nos dice mientras tanto: “Llamamos a reforzar la lucha para que se vaya Piñera mediante el impulso de una huelga general indefinida y la convocatoria, por parte de las organizaciones de las masas en lucha, de una Asamblea Constituyente libre y soberana”. Parece joda. Digamos, todo lo que se rechazó en el hogar es adecuado en lo del vecino. Mientras se les permita llevar una existencia tranquila en su propio feudo la dirección oficial esta dispuesta a impulsar el “Fuera Piñera” y de ahí para arriba.

Aquí viene otro problema; es un lugar común en los textos del oficialismo la especie que Argentina ocupa un lugar excepcional en la crisis mundial por la envergadura de la izquierda revolucionaria: “Una de las pocas excepciones es la experiencia recorrida por el Frente de Izquierda en Argentina. Rescatamos al FIT, y ahora al FIT-U, como un campo de independencia de clase que contrasta con el escenario reinante.” No es lo que ocurriría en, por caso, Chile. Nada es más peligroso que exagerar las propias fuerzas, la realidad no tarda en poner las cosas en su lugar. Contradictoriamente, donde la dirección revolucionaria no se vislumbra están a la orden del día las consignas de poder, no así en el país de la “excepción” y de la izquierda más desarrollada, etc. Digamos que esta “dialéctica” made in Buenos Aires, es un completo divague, pero lo que vale para Argentina vale para el resto: sucede que según el oficialismo, citamos:

Una mirada más o menos incisiva de la situación de la izquierda latinoamericana, en términos de ubicación e intervención política y programática y de desarrollo organizativo, hubiera bastado para descartar de plano esa afirmación. Pues, con la relativa excepción de Argentina, la izquierda independiente de los bloques capitalistas en América Latina no sólo no tiene -ni potencialmente– la iniciativa estratégica, dado su escaso desarrollo y nivel de influencia; sino que, en la mayoría de los casos, ni siquiera existe como tal.” (Pablo Giachello – En defensa del Marxismo Nº53 – negritas nuestras) El oficialismo invierte el método, en lugar de caracterizar para intervenir en la fenomenal crisis existente y superarla, propone obrar al revés, primero hay que ver cuantos somos, y después ver que podemos pedir. Esta concepción no tiene ni la madurez para calificar como centrismo. Quienes comulgan con esto de ser consecuentes deberían estar en sus casas practicando algún pasatiempo provechoso, la vida es un instante.

Derrotismo pronunciado disfrazado de coherencia política y perfección organizativa. Coherencia que no se aplica a Chile, pues allí está dispuesto a levantar las consignas mas radicales, aunque no tenga con quien difundirlas.

La crisis del PO ha parido una corriente ecléctica que se desacredita a si misma.
La fraseología revolucionaria solo se utiliza para llenar un vacío político. Estamos en presencia sólo de un viraje no la asimilación de una orientación consistente. No es una dirección carente de talento para orientarse en una situación convulsiva. Es una línea política que dentro de sus fronteras nacionales humedece la pólvora pero que se vuelve incendiaria cuando las traspasa.

Propagandismo

Campea en las réplicas a la Tendencia (algo que también le cabría al PT): que nos habríamos transformados en sectas “propagandísticas”. Simplemente escupen para arriba. Quienes desvirtuaron Prensa Obrera hasta convertirlo en un magazine de notas inconexas de dudosa calidad son quienes actualmente controlan ese medio en sus distintos formatos. La web del PO es crecientemente un portal de comentario periodístico, no hay ningún crimen en tal cosa, pero tampoco mérito. Y que significa esto de descalificar etiquetando a todo el que no aprueba sus extravagancias como “propagandista” (¿?). Si, si, mil veces sí. EL PO incluso con su influencia sigue siendo una expresión minoritaria (diría, muy minoritaria) en el escenario político. Dicho sea de paso, las organizaciones francesas -LCR y LO- supieron agrupar miles de militantes y tener votaciones superiores al FIT, hace tan sólo un par de lustros atrás, tanto en términos porcentuales como absolutos, y eso no evitó que terminaran donde se encuentran. No obstante no se puede negar a nadie el derecho a ser ambicioso.

Camino a la mutación

Es natural cuando una organización atraviesa una crisis, que los adversarios mantengan cierto talante en busca de separar la cabeza del cuerpo. En el desarrollo de este texto, desde el título me referí al CC o dirección del PO. Pasado un tiempo prudencial desde el estallido público de la crisis, es claro que no hay espacio para ambivalencias. Quienes hoy se encuentran al frente del oficialismo han persistido estoicamente en un camino sin retorno, y retroceder significa, además, firmar su carta de defunción. Ahora es esperable un revolucionarismo histérico, como las historias fantásticas sobre el envío de misioneros al convulsionado Chile. Por otro lado, la Tendencia del PO ha reunido una conferencia nacional con delegados de los más diversos lugares de estudio y trabajo, y se pudo ver en ella el alcance nacional que tiene. Esto lo pude presenciar en primera persona, pues fui elegido por el PT como parte de la delegación invitada. Esta instancia dio como primer fruto la salida dos veces al mes del periódico Política Obrera. Un comienzo modesto, pero serio y meditado, que con su tercer número ya en la calle ha demostrado un alto nivel.
La cristalización de dos fracciones obliga a sacar conclusiones a todos los militantes de ambos lados y a los simpatizantes que siguen el debate con atención de diversas partes del continente. Llegados a este punto, nadie puede alegar falta de informes para pronunciarse.

El FIT es un bloque de partidos de la clase obrera que ya tenía sus limitaciones, estas se han acentuado con la incorporación del MST, (un grupo carente de escrúpulos que se ha caído del troskysmo hace ya tiempo) y con la expulsión del ala que presentó una crítica sistemática a esta desviación. Cuando se reúnen ambas piezas, que se sucedieron casi inmediatamente en el tiempo, tenemos la consolidación de un acuerdo para capturar puestos parlamentarios, para lo cual se apoyan mutuamente. La otra pata complementaria, es el esfuerzo por enganchar el vagón del PO a las modas de toda índole, en las que los aliados le llevan una considerable ventaja. Con la purga contra el sector que advertía sobre esto, mientras se abren las puertas de par en par a organizaciones empedernidamente anti-revolucionarias, el resultado es un frente popular sui generis en pañales, un Frente Amplio corrido a izquierda, pues de palabra sigue levantando el gobierno de trabajadores, aunque ahora acompañado de “el pueblo”.
La Tendencia tiene una ventaja muy importante: ha presentado una caracterización de la crisis del PO, aún incompleta, pues falta saber cómo se consolidó en un sector tan importante de la dirección esta ausencia de principios y defensa del status quo. Y lo mas importante, la viga maestra de su delimitación (“la iniciativa estratégica ha pasado potencialmente a la izquierda revolucionaria”) se confirmó en todos los sentidos. En otras palabras, la importancia de preocuparse por la temperatura de las masas (no sólo el oído pegado) y no de las camarillas parlamentarias.
Por el contrario, del lado oficial se trata a los compañeros de la Tendencia como una banda de delincuentes políticos con afán destructor, combinando los improperios con el exitismo y la autojustificación. Como tarea nos debemos una explicación de cómo se llegó a un estado de cosas en la que un grupo tan anémico moral y políticamente se hizo con la dirección del partido troskysta mas importante del continente.

No es posible alimentar mas ilusiones en algún tipo de entendimiento.

Respuesta a un contradictor benévolo

En nuestras cartas anteriores consultamos al Comité Nacional del PO sobre cuál era su lectura de la crisis. La respuesta fue poco reconfortante: en lugar de abrir una polémica, respondieron con la provocación por medio de artículos firmados por un compañero que se esfuerza por presentar balances de las elecciones en Uruguay sin haberse preparado para salir airoso. Sucede que el firmante desconoce el sistema electoral uruguayo y hace comparaciones entre los dos países que no tienen ni pies ni cabeza, para terminar afirmando que “la dirección del PT boicoteó los compromisos establecidos con el PO argentino de una campaña común (actos en Buenos Aires y en Montevideo con el PO y el FIT) aprovechando que las elecciones se realizaron incluso en la misma fecha.” ¿Pruebas? Nada por aquí, nada por allá. Obviamente este verso sólo tiene por fin engañar a la propia base del PO, pues es evidente que quié más boicoteo la campaña del FIT fue la misma dirección del PO que se autoamputó de una forma que no tiene antecedentes en toda la historia una parte increíblemente significativa de su propia militancia. La dirección del PO debería dar la cara y dejar de inmolar militantes para defender sus tropelías. Por lo que se refiere al PT preferimos la claridad, y a otra cosa buterfly.

Camilo Márquez 5.01.2020

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Author: Camilo Márquez

5 thoughts on “El Comité Central del Partido Obrero rompe con la CRCI

  1. Cros, hay que ser contestatarios en el momento justo, romper con la obsecuencia hacia cualquier dirigente de turno, para no haber llegado a esta etapa tan.siniestra para , fundamentalmente los militantes. Pregguntarnos a que se le. Llama dirigente. Hoy todos esos en un aparato burocratico. Ahora con P.O tendencia seamos cautos y luchemos por consolidar un pdo y no a diriigentes. Esteban Zoric.
    .

  2. La respuesta a todas las preguntas es Altamira. El método que muestra la dirección del Po es la que imprimió Altamira mientras era Dios al interior del partido. Todo lo que hay es una lucha por el aparato, no hay diferencias reales en el origen de la discusión. Ahora sí, buscan diferenciarse para cerrar filas frente a la otra fracción.

  3. La derechizscion del Po viene desde hace 10 años por lo menos ( aún espero la respuesta del cc de porque me separaron del partido), no quiero profundizar el tema, pero es más anterior aún que lo que pasó el año pasado

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