por Camilo Márquez y Emilano Mastrantono
En marzo y abril fueron enviados al seguro de desempleo 176 mil trabajadores. De estos unos doce mil lo fueron con causal de despido, es decir perdieron el empleo.
Ante un escenario que se deteriora con rapidez la bancada del Frente Amplio presentó un paquete de leyes bajo el slogan “Lo urgente es la gente”, en clara referencia antagónica al la Ley de Urgente Consideración que impulsa el gobierno. Este grupo de siete leyes van desde la suspensión de los cortes de suministro de los servicios, la moratoria por seis meses para los deudores de alquileres y la fijación de precios máximos de venta de los productos alimentarios que integran la canasta básica familiar, hasta la prohibición de despidos por 180 días a partir de declarada la emergencia sanitaria a nivel nacional, el pasado 13 de marzo. Es decir que tendría carácter retroactivo.
Fuego amigo
La exposición de motivos dice que de violarse traerá aparejado “a opción del trabajador”, el pago de la indemnización por el doble de la normal, o “el reintegro más el pago de los jornales caídos con los aportes a la seguridad social correspondiente.” De aprobarse sería de las mas avanzadas leyes de protección obrera del mundo en el marco de la pandemia, pero no tiene ninguna chance de transformarse en ley. Es que más allá de carecer de los votos en cualquiera de las cámaras, dentro de las siete leyes, el de prohibición de despidos fue el blanco especialmente elegido por figuras… del propio Frente Amplio. Y no es casual, el resto de los proyectos son, siendo generosos analgésicos. La prohibición de despidos tiene un limite que anuncia desde su encabezado “180 días”, así y todo, ni siquiera esto es tolerado por un Mujica que salió velozmente a bajarle el pulgar. “No creo que sea factible”, consultado por qué se proponía eso desde el FA dijo: “No sé por qué lo proponen. Están expresando una manera de pensar desde el punto de vista práctico”. La respuesta es al menos curiosa, entre los legisladores presentes en la conferencia que presento este paquete de leyes se encontraba el “Pacha” Sánchez, jefe de diputados del sector del propio Mujica, el más numeroso de todo el FA. Pero además antes que sus legisladores presentaran esta versión, el MPP como sector difundió un documento donde impulsaba la prohibición de despidos, pero por 120 días.
Cómo han apuntado distintos observadores más allá de voces que se escuchan por aquí o por allá, el frente amplio ha estado ausente como tal, y a esto hay que sumar que esas voces muchas veces en lugar de dirigirse a anatemizar con la coalición derechista se alzan para torpedear a sus mismos partidarios (Mujica) o para apoyar las medidas del gobierno (Astori). El analista Carlos Peláez con buen tino ha bautizado al FA en una reciente columna como “Coalición descolorida”. Las incursiones mediáticas de dos de sus principales líderes han acentuado este absurdo a tal extremo que en el FA se ha transformado en poco menos que un adefesio.
La prohibición de despidos es una medida que arrebata a la patronal el poder de administrar la mano de obra como mejor le convenga, así lo entiende la burguesía, por eso no tolera nada que se aproxime a eso. Así, en un empeño digno de mejores causas Olesker señaló que no se busca prohibir sino “limitar”, lo cual lo inculpa como un estafador a varias bandas. Ninguna medida de protección va a salir de estos juegos de palabras. La movilización no se puede suplantar por enjuagues. Es impostergable para arrancar esta y todas las reivindicaciones un plan de lucha.
Mano tendida
Una mención especial merece el aislamiento de Martínez, no por cuestiones sanitarias al menos hasta donde sabemos. Siendo el principal candidato para una elección departamental que ha quedado tan lejos como octubre no ha dedicado un tweet a esta crisis a varias bandas, en lo que se puede calificar como una defección política en toda la línea. El paradero del hombre va a contramano de lo que muchos militantes difunden en las redes el “VAMOS A VOLVER” emulando al peronismo en su versión K, Martínez parece no desear ya ni custodiar lo que conserva. Recordemos que cedió su cargo a Di Candia cuando decidió competir por la presidencia.
Para que el FA sea una oposición contra la LUC, el ajuste y los ataques de diversa naturaleza que se ejecutan y se preparan, debería tener un programa anticapitalista. No lo tiene, pero algo más grave aún, la proliferación de choques de cúpula desnuda que no tiene ningún programa, ya no su naturaleza. No es para menos que Astori, el hombre que manejó la economía durante los 15 años de gobierno del FA le dé el ok a la línea emprendida en este campo por Lacalle.
Nueva etapa
En contraste con esto ya se puede pulsar la ruptura del inmovilismo impuesto por la pandemia. El primero de mayo y la concentración contra la LUC frente al palacio legislativo marcan el comienzo de esta etapa. En la ultima la presencia de una numerosa base militante del FA fue notoria y no menos importante esa participación se da en rebeldía con sus direcciones, que en muchos centros de estudiante y sindicatos se excusaron de convocar o adherir en el mejor de los casos, cuando no directamente hicieron el vacío o eludieron una definición con pretextos mezquinos.
Hay que acelerar la evolución de los activistas de la clase obrera y la juventud explotando las contradicciones insalvables de un frente amplio agotado irremediablemente y de una coalición derechista que se muestra cada vez mas como un rejunte en demolición.
Hay que construir sobre el derrumbe de este viejo orden una organización socialista de los trabajadores, por medio de la propaganda y la agitación, por el gobierno obrero y la unidad socialista de américa latina.
