Hay quienes piensan que el apoyo de AEBU a la llamada “inclusión financiera” obedece a que así se preservan los empleos bancarios. Nada más alejado de la realidad. La bancarización obligatoria en realidad abre paso a la des-bancarización del empleo, porque los puestos de trabajo en la banca cada vez más son sustituidos por puestos de trabajo tercerizados -precarios y mal pagos.
La dirección oficialista de AEBU oculta esto, y presenta la perspectiva de achique de los bancos (estatales y privados) como un resultado inevitable del progreso tecnológico. En primer lugar, no hay tal “progreso” si redunda en contra del ser humano, y en beneficio exclusivo de los banqueros. La introducción de tecnología debería permitir reducir la jornada laboral, ahorrando el empleo de fuerza de trabajo, y eso redundaría en beneficio de la sociedad y no de un puñado de usureros. En segundo lugar, la transferencia de tareas bancarias a redes de pago (o supermercados, farmacias, etc.) implica explotar a trabajadores con salarios miserables a los cuales se les agregan las tareas que antes realizaban bancarios con mejor salario y condiciones de trabajo.
La misma dirigencia sindical frenteamplista que apoya la “bancarización”, es la que firma convenios colectivos en la banca privada que imponen las 8 horas de trabajo -abandonando la histórica reivindicación de la jornada de 6 horas y media. El gobierno logró imponer en el convenio de la banca estatal un principio de abandono de esta conquista, al introducir un régimen (por ahora excepcional) de 8 horas. Mientras avanza la tecnología, la patronal y el gobierno -con la colaboración de la burocracia sindical- aumentan la jornada de trabajo. No se puede llamar a esto progreso, es un gigantesco retroceso social.
El nuevo Consejo de Banca Oficial, que está presidido por la “Coordinación para el Cambio” que integra el PT, ha venido impulsando juntas de delegados en cada banco, y prepara una asamblea general para enfrentar el cierre de dependencias y la reestructura privatizadora. La recolección de firmas en defensa de la banca pública y las empresas estatales, es una medida que apunta a ganar un respaldo popular a la lucha del sindicato. En el interior del país, es unánime el rechazo a los cierres de agencias por parte del Directorio del Banco República.
La cúpula de AEBU, todavía en manos de la 98 (Frente Líber Seregni y Partido Socialista), sale sistemáticamente a la televisión a defender la “inclusión financiera” del gobierno, pero no a defender la lucha de los trabajadores del BROU y de la banca estatal. Los últimos años, mientras presidían el consejo de banca oficial, dejaron avanzar la reestructura privatizadora, permitiendo cierre de dependencias. El avance parcial en la banca oficial (la “Coordinación para el Cambio” tiene apenas 4 cargos en 11 en el Consejo de Sector) mostró la potencialidad que existe para construir una dirección clasista e independiente del gobierno. Una tarea que debemos continuar.