Poco antes de bajar su precandidatura, Mario Bergara habló ante los empresarios en la “Asociación de Dirigentes de Marketing”. Allí volvió a atacar el plebiscito y afirmó que las AFAP “protegen los ahorros de los trabajadores”. Según la reseña de la diaria (10/4), «Bergara recordó que en la década de 1960 y 1970 “el Banco de Previsión Social que administraba el fondo previsional de reparto quebró, se agujereó, desapareció” por el manejo de la crisis y el “manejo clientelístico que se hacía con esos fondos”. Sin embargo, “tener las cuentas individuales con nombre y apellido de trabajador permitió que en la crisis de 2002 a nadie se le ocurriera decir ‘vamos a echar mano a esa plata porque estamos en la ruina’, porque estaba claro que esa plata no era del Estado uruguayo”». Lo que no dice Bergara es que en 2002 no había ninguna “plata” a la que echar mano, porque los fondos de las AFAP estaban colocados en títulos de deuda, o sea, había papeles pero no dinero. Por otra parte, reconoce que las crisis de la previsión social estatal obedecen a los manejos gubernamentales, no a que quebraran por su diseño. De hecho, el gobierno del Frente Amplio en 2008 no solamente rebajó el IRAE (impuesto a la renta de las empresas) del 30% al 25%, sino que en lo referente a los aportes patronales aprobó una rebaja del 12% al 7,5% (mientras los trabajadores seguían aportando el 15%), y el agujero así creado se cubría con el IVA, es decir, con un impuesto al consumo que pagan en gran medida los propios trabajadores. Además aprobaron nuevas zonas francas y exoneraciones a las grandes empresas, acentuando el desfinanciamiento del BPS.
Es oportuno recordar que al iniciarse el primer gobierno frenteamplista, Bergara se jactaba en una reunión ante el BID y el Banco Mundial que el FA iba a realizar reformas “Incluso similares a las que la izquierda vetó hasta hace poco mediante referendos como la asociación de la petrolera ANCAP con capitales privados y garantizó que la estrategia de trancar esos cambios con votaciones populares ya es cosa del pasado”. “Ahora [con el gobierno del FA] sería mucho más difícil pensar en que alguien pueda activar mecanismos de democracia directa. O sea que esto va a quedar un tanto de lado”. (Búsqueda, junio 2005)
El pronóstico del ex ministro de Economía se demostró acertado respecto a la “Ley de Riego” que privatizaba el agua: en aquel momento el FA logró impedir que prosperara el referéndum. Sin embargo, con el plebiscito de la seguridad social este vaticinio fue desmentido. Esta vez las presiones y maniobras de las cúpulas sindicales y políticas fracasaron, lo cual indica que la experiencia de quince años de gobierno no cayó en saco roto, y existe una inmensa desconfianza en el mal llamado “progresismo”. Es la hora de construir un frente de trabajadores.
