¿Alguien puede sorprenderse por la caída en picada del gobierno en las encuestas? Tampoco es sorprendente que la derecha tradicional sea incapaz de aprovechar la declinación del Frente Amplio.
El intercambio epistolar entre Astori y Mujica, para adjudicarse mutuamente la debacle de Ancap, revela la agudeza de la crisis abierta en el oficialismo. Pero no debe distraer de lo esencial: están liquidando el ahorro nacional al servicio de las exoneraciones y subsidios al gran capital, y el pago de la deuda externa. ANCAP perdió 1.000 millones (casi 85% de su patrimonio) en tres años, el equivalente al crecimiento del PBI que el gobierno anuncia para este año.
Poco se habla del Banco de Seguros, única aseguradora que interviene en la cobertura de rentas previsionales porque es un ‘negocio’ ruinoso del que huyen las compañías privadas. Si se mantiene el actual régimen previsional, el BSE va a la bancarrota, en aras de mantener el curro de las AFAPs –que cobran comisiones millonarias y perjudican a los futuros jubilados.
La crisis de ABENGOA muestra que las ‘fabulosas’ inversiones anunciadas por el gobierno a través de “participaciones público-privadas”… son pura fábula. Pero el presidente sale a avalar a la empresa TEYMA, mientras desde el Ministerio de Economía paralizan inversiones estatales y recortan vacantes, lo que aumentará las privatizaciones en las empresas públicas. Los Consejos de Salarios bloquean los acuerdos bipartitos porque están para imponer la desindexación salarial, precisamente cuando la inflación tiende a dispararse. Crecen el desempleo, los envíos al seguro de paro, el cierre de empresas.
La crisis de las corrientes oficialistas en el PIT-CNT rompe los ojos. El más reciente síntoma fue el congreso de la federación de profesores (FENAPES), que descartó que estemos ante un “gobierno en disputa” y declaró que el gobierno del Frente Amplio es “enemigo de los trabajadores y de sus luchas”. En diversas elecciones sindicales hubo avances del clasismo (enseñanza, AEBU Banco de Seguros, etc.), que lucha por la independencia política de los sindicatos y del PIT-CNT.
Se precipitan los que pronostican un retorno de la derecha, a partir de las elecciones en Venezuela y Argentina, y las crisis en Brasil y Chile. Tanto los supuestos ‘progresistas’ como los partidos de derecha están divididos –como lo refleja en Uruguay la pelea en torno a la Concertación. Está por verse si podrán consolidarse, son apenas el receptáculo transitorio del desencanto popular. Los centroizquierdistas y los derechistas son dos variantes capitalistas que van a descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, en condiciones que provocarán crisis políticas y grandes luchas populares.
Hay sectores de izquierda que ya debaten abiertamente sobre la caducidad del Frente Amplio. Se han confirmado plenamente los pronósticos del PT sobre la crisis capitalista y el ajustazo que se preparaba contra el pueblo. Pongamos en pie una alternativa obrera y socialista, para luchar por un gobierno de trabajadores y por la unidad socialista de América Latina.
(publicado en Voces Semanario, 17 de diciembre de 2015)