Reforma Jubilatoria y Frente Amplio: El Partido “Socialista” defiende un frente con los defensores de las AFAP

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En momentos en que el gobierno estaría próximo a enviar el proyecto de ley de reforma jubilatoria –acorde a las exigencias del Fondo Monetario Internacional– se ha difundido en la prensa parte de un documento interno del Partido Socialista del Uruguay (PSU), elaborado por el dirigente sindical Gerardo Rodríguez (presidente del sindicato de la petrolera estatal ANCAP).

El documento es un informe de cara al Congreso del PSU reunido a comienzos de julio, y en él Rodríguez afirma que “somos conscientes de que en la propia interna del FA existen posicionamientos que parten del convencimiento que las AFAP llegaron para quedarse, que la reforma jubilatoria es inevitable, que debe incluir aumentos de la edad jubilatoria y reducción de la tasa de reemplazo“, “Nos gustaría que esta realidad no fuera así, pero ocultarla no soluciona nada”.

El ex presidente Julio María Sanguinetti ataca insistentemente al Frente Amplio, catalogándolo de “brazo político del PIT-CNT”. El dirigente colorado afirma que el FA “se ha ido más a la izquierda”, e incluso que “ha dejado de ser propiamente un partido político, para ser una estructura corporativa”: “El Frente hoy es el sindicalismo”, declaró. En el mismo sentido se ha lanzado desde la derecha una campaña en las redes hablando del FA-PITCNT, como si fueran la misma cosa.

No cabe duda que la dirección mayoritaria del PIT-CNT está subordinada al Frente Amplio, sin embargo, el tema de la seguridad social permite ejemplificar las diferencias entre una y otra organización. En el último Congreso del PIT-CNT se votó por unanimidad una resolución que rechaza la reforma jubilatoria, en particular el aumento de la edad de retiro y la rebaja de la tasa de reemplazo, y que exige la eliminación de las AFAP. Los dirigentes más vinculados al FA y sobre todo a su ala derecha buscan mediatizar esta resolución, pero tuvieron finalmente que votarla por la presión desde abajo, de las bases sindicales. Por el contrario, el Frente Amplio y sus gobiernos han perpetuado la jubilación privada, y como bien dice Gerardo Rodríguez existen sectores que son abiertos defensores de las AFAP y de la reforma fondomonetarista.

Si el FA fuera apenas una expresión electoral del sindicalismo, como pretende Sanguinetti, se habría producido un cambio en su carácter, sería algo así como un frente de trabajadores en el cual existen sectores obreros más conservadores y otros más combativos, dirigidos por una camarilla dirigente (burocracia sindical) y en el cual podría existir una deliberación o lucha política entre tendencias del movimiento obrero. Algo así como un “Partido Laborista” al estilo británico un siglo atrás, cuando había un vínculo incluso orgánico y financiero entre el PL y los sindicatos.

Las declaraciones de Gerardo Rodríguez sirven para contradecir, seguramente muy a su pesar, esta falsificación. Los sectores del Frente Amplio que defienden la continuidad de las administradoras privadas y que impulsan la reforma jubilatoria evidentemente representan a fracciones capitalistas e incluso del capital financiero. No representan a ningún grupo de trabajadores, porque ningún trabajador se ve beneficiado por la reforma jubilatoria que impulsa el FMI, por el aumento de la edad de retiro o la reducción de la tasa de reemplazo (cálculo de la jubilación inicial al retirarse), ni por la existencia de las Administradoras de fondos previsionales (Afap). No se puede por tanto decir que representan a algún sector obrero/conservador, sino claramente a sectores capitalistas que pretenden rebajar el salario diferido a los trabajadores (que de eso se trata el régimen jubilatorio).

Basta mencionar el ejemplo de la dirección del sindicato bancario AEBU: allí tienen mayoría los sectores políticos que vienen del astorismo y la derecha del PS. Como es de esperarse, estos dirigentes subordinados al ala derecha del FA buscan mediatizar sistemáticamente la posición del propio congreso del PIT-CNT contra las AFAP, y en lugar de enfrentar el aumento de la edad de retiro dicen que no hay que aumentarla “al barrer” (para todos igual), o que no hay que “extender” las AFAP (pero sin plantear eliminarlas). Pese a ello, cuando se refieren a la Caja de Jubilaciones Bancarias, estos mismos dirigentes se oponen a que ingresen las AFAP en el sector, lo que implicaría extender un certificado de defunción al sistema previsional de los bancarios. Desde una postura corporativa y desvinculada de la lucha obrera, pretenden evitar que los bancarios sean afectados por la reforma, lo cual denuncia la postura de los sectores políticos a los cuales adhieren, ya que de ser buena la reforma para el BPS (como ha dicho Astori una y mil veces), también sería buena para los trabajadores bancarios.

Es ridícula la pretensión de Sanguinetti de cambiarle el carácter al Frente Amplio, luego de quince años de gobiernos del FA en lo nacional, y más de treinta años de gobiernos departamentales (en Montevideo y otros departamentos). El pasaje por el gobierno ha derechizado en todo caso a toda la izquierda frenteamplista, que pretende hacer buena letra con el FMI y el gran capital para volver a ganar su visto bueno.

La existencia de un ala burguesa y fondomonetarista, que pone al desnudo el dirigente del PSU, deja en claro que el FA es un frente policlasista donde la clase obrera se subordina a una dirección burguesa y fondomonetarista. Los “posicionamientos” que menciona Rodríguez no son únicamente de algunos sectores vinculados al astorismo. El propio ex presidente José Mujica ha declarado con insistencia que debe aumentarse la edad de retiro. Durante 15 años de gobierno el Frente Amplio no tocó las AFAP. Los probables candidatos del FA en 2024 (Orsi, Cosse) han planteado utilizar los fondos de las AFAP para financiar obras de infraestructura, es decir, defienden la continuidad de estas administradoras privadas. ¡Gerardo Rodríguez seguramente va a votar por Carolina Cosse en una interna, es decir, por una defensora de las AFAP!

Existe una contradicción insalvable entre los intereses y las aspiraciones de los explotados y la dirección pequeño burguesa (y burguesa) del Frente Amplio. Los dirigentes como Gerardo Rodríguez (PSU) y Oscar Andrade (PCU) no plantean cambiar la condición del Frente Amplio (lo que exigiría una ruptura con su ala derecha) sino que incluso plantean “potenciar” política y electoralmente al sector astorista, con el argumento de que lo necesitan para ganar las elecciones. El “astorismo” (hoy menguado, y todavía no del todo unificado) tuvo la conducción de la política económica durante los gobiernos frenteamplistas, no es un florero de adorno para ganar votos del “centro”, es quien ha tenido la manija del FA aunque no tenga la mayoría de los votos ni mucho menos la mayoría de los militantes de izquierda.

Constituir un frente de trabajadores sólo sería posible sobre la base de la disolución del Frente Amplio, y requeriría superar la política de subordinación del movimiento obrero a fracciones capitalistas supuestamente “nacionalistas”, “democráticas” o “progresistas”.

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Author: Rafael Fernández