El pasado 22 de marzo el PIT-CNT se desarrolló el primer paro parcial, enmarcado en la ronda de negociación colectiva y la Rendición de Cuentas.
Bajo un conjunto de consignas, entre ellas la defensa de la negociación colectiva y la democracia, e incorporando algunos elementos progresivos como la campaña contra la Ley de Riego (denunciada desde el estrado por FOSSE), la burocracia sindical nuevamente buscó colocar la defensa del gobierno del FA en primer término.
Sin embargo, el paro tuvo expresiones más progresivas, como en el caso de los sindicatos de la educación, fundamentalmente a nivel metropolitano (y en el caso de las maestras a nivel nacional), definieron un paro de 24 hs, donde se colocó como eje el inicio del conflicto por Rendición de Cuentas, con una exigencia al gobierno de iniciar prontamente la discusión presupuestal.
Las pautas del hambre y el ajuste en marcha
El gobierno, nuevamente ha presentado unas pautas salariales de miseria, que no son otra cosa que una confiscación a la clase obrera. Con un 8,5% nominal (1,5% REAL, en el mejor de los casos), con una inflación que superó el 7%, que se muestra como insuficiente para cubrir el alza del costo de vida. Tampoco contempla el propio crecimiento de la economía que esta por encima del 3% según los datos del gobierno. La propuesta, que nada tiene de progresista, viene atada a un aumento del Salario Mínimo Nacional de $15.000 a partir de 2019, lo cual representa 1/5 de la canasta familiar. Los ajustes a 18 meses y el carácter decreciente de los convenios por sector, aseguran a las patronales la caída del salario.
Este planteo, se complementa con los anuncios de recorte del gasto, con el objetivo de reducir el déficit fiscal a 2,5%. Debemos augurar una Rendición de Cuentas que profundice el ajuste, esto es: menos escuelas, menos hospitales, menos viviendas dignas; más PPP, más tercerizaciones.
El paquete se anuda con la reforma laboral en curso, que implica la flexibilización laboral (tercerizaciones, contratos basura, pérdida de derechos laborales como la antigüedad), y la reforma de la seguridad social.
Todos estos elementos deben ser tomados integralmente, lo que implica superar el seguidismo a los plazos legales impuestos por el gobierno y sostenidos por la burocracia. Denunciamos el carácter restrictivo de los Consejos de Salario y del proceso de Rendición de Cuentas.
“Independientes no indiferentes”
Las diferencias expuestas en el Secretariado del PIT-CNT, por el grado de subordinación de la cúpula sindical a las exigencias del gobierno, no hacen más que poner en evidencia la fractura de la burocracia que no puede sostener un discurso único, y en la que algunos elementos deben salir a demarcarse de la línea más oficialista.
Los debates entre las distintas fracciones de la burocracia sindical, colocan a los trabajadores entre una falsa disputa y no ante una alternativa, estos representan intereses ajenos a la clase trabajadora.
Todos coinciden finalmente en el apoyo político a lo que llaman el “Bloque social y político de los cambios”, el cual es una cobertura para apoyar incondicionalmente al gobierno del FA, que continúa su sometimiento a los grandes capitales y a los organismos multinacionales de crédito.
Romper el sometimiento del movimiento obrero al FA
Estos debates son parte de la deliberación que se desarrollará en el Congreso del PIT-CNT, donde los trabajadores deberemos resolver una respuesta contundente. En primer lugar, se coloca la necesidad de terminar con el sometimiento político al FA y a esta dirección sindical, y el desarrollo de un plan de lucha para derrotar las pautas salariales y la Rendición de Cuentas que garantizan el ajuste capitalista.
El Partido de los Trabajadores llama a movilizarse contra esta política de ajuste y a redoblar la lucha por recuperar los sindicatos para los trabajadores.