El Acto del 1° de Mayo: una tribuna política


El escándalo que se produjo con el veto a la propuesta de V. Ripoll como oradora del acto del 1° de Mayo, produjo un sacudón en la escena política, dejando en manifiesto que la burocracia sindical (no el PIT-CNT en su conjunto), busca mantener el status quo pre-electoral: para decirlo sencillamente “no hacer olas”.

En este cuadro, la denuncia de Ripoll coloca un problema objetivo: la corriente oficialista no teme pasar la “aplanadora” sobre cualquier manifestación discrepante, transformando al acto de los trabajadores, en un acto pro-gobierno (en palabras de Pereira pro “revolución” de los últimos años). El sindicato de municipales ha tenido un papel muy activo en denunciar el entramado de privatización y precarización del gobierno municipal del FA, y de su principal candidato Daniel Martínez (cómo Ana Olivera años atrás). En plena campaña electoral, está claro que se produjo una censura, con el objetivo de ocultar que la política municipal es una muestra de la política de gobierno nacional, dónde sin dudas, se plantea agudizar los ataques a los trabajadores y sus condiciones de vida.

El otro punto “candente” es la denuncia que pesa sobre integrantes de la “Intersocial Feminista”, el nuevo sello con el que se busca reforzar la conciliación de clases, esta vez desde el feminismo. Ante la denuncia que realiza SINTEP ¿Pueden patrones hacer uso de la palabra en un acto del 1° de Mayo? ¿Pueden organizaciones denunciadas por precarización laboral, formar parte de la decisión de quién va a hacer uso de la palabra en una movilización obrera? La respuesta es claramente no y el PITCNT no debería ni ignorar este problema, ni colocar la “política de alianzas” por encima de los derechos de nuestros compañeros/as.

La lucha contra la privatización del Estado, es la lucha por la erradicación de todas las empresas que lucran con el presupuesto estatal y los usurarios préstamos internacionales, entre ellas, las ONG, de sustituyendo su intervención con funcionarios bien remunerados, que accedan a sus puestos por concurso y con carácter efectivo, en instituciones con un presupuesto acorde a las necesidades.

Hacia una intervención de la clase trabajadora en el 1° de Mayo

¿Esto significa que no hay que asistir al acto del PIT-CNT como anunció Ripoll? No, porque hacerlo, sería convalidar las maniobras de contención, dividiendo a los trabajadores como ocurrió con la lucha presupuestal.

Desde el Partido de los Trabajadores, llamamos a la conformación de una columna y una gran agitación, con pancartas que denuncien al gobierno y su burocracia adscripta, con materiales que busquen hacer lo que se niega desde el estrado: colocar la urgente necesidad de que el PIT-CNT sea independiente del gobierno, que desarrolle un plan propio de lucha contra los despidos y el aumento de la edad de retiro, por el financiamiento del BPS con aumento de aportes patronales, por salario, apertura de los libros contables y ocupación de toda fábrica que cierre o despida, contra UPM y la privatización del Estado.

Es decir, un programa que enfrente la agenda del capital y de sus partidos para que la crisis la paguen los capitalistas, con medidas de paro y ocupaciones, a partir de asambleas en todos los lugares de trabajo.

Por todo esto, se hace fundamental un acto posterior, que permita a los militantes y trabajadores hacer uso de la palabra, denunciando la política pro imperialista del gobierno y el papel divisionista de la burocracia, que en nombre de una pretendida mayoría, busca silenciar a quienes discrepan. Buscar desarrollar este espacio, es un deber de los militantes clasistas.

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Author: Natalia Leiva

1 thought on “El Acto del 1° de Mayo: una tribuna política

  1. Saludo a Compañeras/os que hacen claridad en la confusión que intentan los agentes y sirvientes de la patronal -y del imperialismo, claro está.

    La acción conjunta, el homenaje unitario, al la Jornada del 1° de mayo, es um aspecto crucial de la táctica de la Vanguardia de las/os Trabajadores.

    La delimitación política no sólo debe prescindir de actitudes sectarias, sino que se potencia en la acción conjunta.

    La oposición al FA -como a toda forma de ‘frente popular’-, no debe prescindir de la Táctica del Frente Único. El desafío es evitar los ‘frentes proletarios’, en la perspectiva del Frente Antiimperialista.

    La forma de transitar ese camino está en el espíritu del Programa de Transcición: Serán los Trabajadores y Pueblo los que obliguen a las direcciones inconsecuentes (o las superen), en la constitución del movimiento de masas que permita acceder a las reivindicaciones -por un lado- y a la única forma de hacerlas definitivas: El gobierno de Trabajadores y el Pueblo.

    Desde Buenos Aires, deseándo el mayor de los éxitos

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