La lucha por una nueva dirección para el movimiento obrero
Las experiencias recorridas por el movimiento obrero muestran no sólo la necesidad sino ante todo la posibilidad de producir un cambio de estrategia y de dirección en los sindicatos.
Grandes sectores de trabajadores han chocado con la dirección oficialista del PIT-CNT, que subordina a los sindicatos frente al gobierno. Uno de los puntos más altos de esta tendencia a la superación de las direcciones burocráticas fue la lucha de los sindicatos de la educación en 2015: masivas asambleas enfrentaron al gobierno y su decretazo de “servicios esenciales”, así como a los que desde la cúpula sindical frenan la lucha y defienden la política de Vázquez y Astori. Las asambleas de maestros, profesores, trabajadores de la educación, reclamaron la renuncia de Fernando Pereira y Marcelo Abdala, marcando a fuego una conclusión: es imprescindible producir un cambio de dirección.
Una experiencia similar han recorrido otros sindicatos, como por ejemplo los bancarios oficiales. El choque entre las bases y la dirección se produjo también en asambleas donde la dirección fue desautorizada en varias ocasiones -algo que ya había sucedido con el convenio anterior. La constitución de una coordinación de agrupaciones clasistas permitió presentar una alternativa frente a la política de la burocracia sindical de AEBU.
Tanto en la educación como en la banca, el oficialismo sindical logró imponer transitoriamente los acuerdos con el gobierno que postergan todas las reivindicaciones o que incluso ceden en conquistas. Pero es una situación precaria y provisoria: una gran parte de la base sindical sabe que debe ir a nuevas luchas y que necesita producir un cambio en la conducción, para contar con sindicatos independientes del gobierno, donde decidan las asambleas y plenarios de delegados.
El gremio municipal de Montevideo ha vivido diversas luchas bajo gobiernos del Frente Amplio, y en las cuales los trabajadores dieron su voto en distintas oportunidades a las listas que aparecían menos vinculadas al gobierno departamental. Sin embargo, la fragmentación del activismo en distintas listas, y las vacilaciones de varias de esas listas ante los ataques y la presión política del gobierno (en un frente único anti-ADEOM junto a toda la ‘oposición’ de derecha), han facilitado esta ofensiva contra el gremio. Las luchas en distintos sectores del gremio muestran que la base no sólo no está derrotada sino que busca un camino de lucha consecuente para defender sus conquistas. ADEOM también necesita la unificación del activismo, de los delegados de base, y de los trabajadores, en torno a una estrategia independiente del Frente Amplio.
Las próximas elecciones en estos sindicatos tienen algo en común: plantean la posibilidad de fortalecer las agrupaciones clasistas y de constituir direcciones independientes del gobierno, produciendo un cambio cualitativo en la lucha por recuperar los sindicatos como herramientas de lucha independiente de los trabajadores. Para ello, es imprescindible desplazar a las direcciones oficialistas que atraviesan por su parte una crisis importante, no sólo porque pierden respaldo en las bases sino incluso por disputas internas. Algo así refleja un reciente artículo publicado en “La Diaria” (24/1), que señala que en AEBU “la lista 98 (Articulación) ha venido debilitándose en los últimos años”, algo que también podría aplicarse con tanta o mayor validez para la lista 17 (vinculada al PCU). El articulista señala que la conformación de un frente único entre varias listas opositoras (575, 319, 810 y 999) que tienen presencia en los distintos bancos estatales “reaviva la lucha por el sector banca oficial en las elecciones de AEBU”. El periódico no exagera: esta coordinación de agrupaciones está disputando con grandes posibilidades la conducción de AEBU Banca Oficial.
En ADES Montevideo ya desde 2013 las listas “frenteamplistas” perdieron la mayoría, lo que se reforzó en 2015. También en el resto de la federación de profesores, se han fortalecido regionales combativas y clasistas. La elección de 2017 puede ser el registro de un gran voto masivo de los docentes en oposición a la política del gobierno del Frente Amplio, que se expresaría en un crecimiento de la agrupación “Primero de Mayo”.
Para preparar las luchas futuras de la clase obrera, necesitamos sindicatos independientes del gobierno. Se está llevando adelante un ajuste anti-popular; frente a la agudización de la crisis, la política del gobierno será profundizar el ajuste, para que paguen los trabajadores y rescatar a los grandes capitalistas.
La lucha por una nueva dirección para el movimiento obrero se vincula forzosamente con la superación política del Frente Amplio y la estrategia de alianza con la burguesía supuestamente “progresista”, lo que implica poner en pie un gran partido de la clase obrera, para luchar por un gobierno de trabajadores. La posibilidad del desplazamiento de direcciones sometidas al gobierno frenteamplista sólo puede entenderse como parte de un proceso político en importantes fracciones del movimiento obrero, que tiende a la superación del propio Frente Amplio. El PT no hace otra cosa que dar expresión clara y conciente a esta tendencia, que debemos ayudar a desenvolver.