El PIT-CNT y el gobierno del Frente Amplio

Los trabajadores necesitamos una alternativa política propia

El Primero de Mayo expuso públicamente la lucha de tendencias existente en el movimiento sindical uruguayo. El discurso de un orador provocó el retiro de una ministra y de algún legislador oficialista, que hicieron público su enojo. El hecho puede ser anecdótico, pero muestra que la relación entre el PIT-CNT y el gobierno está en el centro de la discusión -lo cual se refleja en los documentos presentados al Congreso de la central sindical. La columna del Partido de los Trabajadores estaba presidida por una pancarta donde se leía: “Que el PIT-CNT rompa con el gobierno”.

 

Bloque social y político

La posición mayoritaria en el PIT-CNT está expresada por el documento de las corrientes Articulación y PCU (firmado por los sindicatos bancario, del comercio, de la construcción y metalúrgico). Se trata de un planteo expreso de colaboración de clases y subordinación al gobierno del Frente Amplio; “Actualmente está en el gobierno una fuerza política con la cual hemos compartido muchos avances. Es la que promovió el conjunto de leyes laborales y de derechos civiles. Es también la unión compleja y contradictoria de los intereses de los trabajadores, las capas medias más o menos tradicionales y de sectores del pequeño y mediano capital de la ciudad y el campo. Dicha composición es parte de un mismo bloque social y refleja la estrategia histórica de unidad y amplitud del movimiento obrero, intentar seguir avanzando y profundizando los cambios naturalmente aumenta las contradicciones, pero también las posibilidades de superarlas.”

 

La tesis del oficialismo implica extender por anticipado un cheque en blanco al Frente Amplio en las próximas elecciones, incluso sin saber cuál será el candidato que impulsará la coalición de centroizquierda, ya que el FA sería la expresión política de ese “bloque social” -policlasista.

 

Oposición sindical

En oposición al oficialismo confeso, se presentaron dos documentos que cuestionan la orientación mayoritaria. Uno de ellos fue firmado por el sindicato de funcionarios públicos (COFE) y el otro por 8 sindicatos -también mayoritariamente estatales. Con matices, ambos textos cuestionan la idea de un “bloque social y político” que incluya al gobierno frenteamplista y al movimiento obrero.

 

Ambos señalan con diferentes formulaciones el “agotamiento” del progresismo en América Latina y en Uruguay, y declaran defender la independencia de clase frente al gobierno.
Se ha planteado que existe de un ‘bloque político social para los cambios’ que se contrapone al proyecto de ‘restauración conservadora’ de la derecha”, afirma el documento de COFE.

(…) ese llamado ‘bloque de los cambios’ incluye sectores que defienden los intereses del capital y que han predominado en la conducción económica del país. Quiere decir que rechazar la ‘restauración conservadora’ no implica, como contrapartida, el apoyo irrestricto al llamado ‘bloque político social de los cambios’, como si fuera una fuerza homogénea cuyo objetivo es defender los intereses de los trabajadores. Hoy más que nunca se impone que nuestra clase rediscuta la política de alianzas y, en particular, el papel que cumple dicho ‘bloque’ en esta etapa y cuál es el papel que le corresponde a los trabajadores en el mismo.”

 

El mismo documento sostiene que

los gobiernos progresistas del cono sur, en el marco de la conciliación de clases, profundizaron el proyecto del capital (…) y si no han podido avanzar más (…) es por la resistencia que impuso el movimiento sindical, sus aliados en el campo popular y, por supuesto, sectores minoritarios del propio gobierno”.

 

Oposición II

 

En el acto del PIT-CNT, el discurso de Gonzalo Castelgrande (dirigente del sindicato de la energía eléctrica, AUTE), uno de los firmantes del segundo documento de oposición al sindicalismo abiertamente oficialista, describió al gobierno del Frente Amplio señalando que impulsa un ajuste contra los trabajadores, privatiza, aplica medidas represivas contra el derecho de huelga, y beneficia a los capitalistas. Recientemente, el compañero Castelgrande fue entrevistado y afirmó:

Hay una serie de clichés que se utilizan permanentemente como que ‘somos todos parte de un bloque social y político de los cambios’, o que acá hay ‘dos proyectos de país’. (…) A mi entender, de lo que se trata es de tomar conciencia de la necesidad de enfrentar como clase los ajustes y el recorte de derechos, y cuál va a ser el rol del Pit-Cnt para acometer dichas tareas”. “La derecha no tiene como único objetivo la recuperación de la administración del aparato de Estado sino que, y principalmente, viene a ajustar con fuerza a la clase trabajadora. En Uruguay, se da la peculiaridad que no es tras el advenimiento de la derecha tradicional al gobierno en que se procesa el ajuste sino que lo llevan gobiernos del FA. Se expresa con recortes de inversión y funcionamiento en Empresas Públicas, se expresa con políticas de privatización en sectores públicos estratégicos, se expresa en un agotamiento más general de las políticas más redistributivas.” (entrevista en Hemisferio Izquierdo, abril de 2018).

 

Castelgrande afirmó que

nos hace mucho daño como movimiento sindical enroscarnos en que hay un ‘bloque social y político’ donde el Pit-Cnt es una parte constitutiva junto con el gobierno”,

“hay dos proyectos de sociedad: el capitalismo y una sociedad futura, sin explotados ni explotadores. Por esa segunda sociedad, es por la que debemos pelear como trabajadoras y trabajadores. Esto no quiere decir que se deba ser indistinto a los gobiernos de turno, pero la independencia de clase y el objetivo por transformar la sociedad tiene que ser nuestra orientación estratégica, no subordinada a ningún gobierno ni partido. Claro que habrá gobiernos más cercanos y más lejanos, pero los ‘modelos de país’ que se nos plantean, sea el oligárquico tradicional o el de los gobiernos del FA tienen como presupuesto perpetuar el modo de producción capitalista. Como Pit-Cnt, deberíamos afirmar una estrategia propia de superación del capitalismo y, con ese proyecto de sociedad en mente, pensar posibles alianzas. Lo otro nos toma de rehenes en cada instancia electoral y nos hace perder la razón de ser como clase trabajadora”.

 

“Agotamiento”

 

El distanciamiento de sectores sindicales con el gobierno, en particular entre los trabajadores estatales que tienen de patronal al Frente Amplio, se da en un contexto político de caída de la coalición en las encuestas, expresión del descontento del electorado con el FA. Gran parte de los que se apartan de la coalición de centroizquierda se niegan a apoyar a blancos y colorados, porque constituyen más bien una fuga por izquierda. Por eso, la derecha no sólo no crece sino que por momentos cae también en los sondeos de opinión pública.

 

La única caracterización que se desprende de la descripción que hizo el compañero Castelgrande en el acto del Primero de Mayo es que estamos ante un gobierno capitalista, y sometido al capital financiero internacional. Eso es lo que explica las privatizaciones, el pago de la deuda externa, el ajuste contra los trabajadores y la represión y violación del derecho de huelga.

 

Por ello, “ante una disyuntiva de tensión ha optado por el capital en contra del trabajo”, según afirmó el dirigente de AUTE (HI, abril).

Si el movimiento obrero no está en el mismo “bloque social y político” con el gobierno, entonces el Frente Amplio no es su representación política, ni siquiera deformadamente. No se puede denunciar el ajuste y los ataques gubernamentales contra los trabajadores, y salvar al Frente Amplio -que es la expresión política de la subordinación de la clase obrera a los sectores burgueses “progresistas”.

 

Independencia de clase

 

Al seno del PIT-CNT no hay sólo una lucha de ideas. El planteamiento político que critican los documentos de la oposición sindical es la justificación de la subordinación al gobierno, con el pretexto de “cerrar el paso a la derecha”. El documento firmado por 8 sindicatos afirma: “El juego a la derecha no se lo hacemos nosotros, se lo ha hecho el propio gobierno”.

 

El bloque de Articulación y el PCU constituye una polea de transmisión del gobierno al seno de los sindicatos y la central obrera. La lucha de tendencias debe conducir a la constitución de una nueva dirección para el movimiento obrero, basada en la independencia de clase, en el mandato de las asambleas de base, y la unificación de la lucha de los trabajadores contra el ajuste.

 

Muchas veces se confunde la “independencia” con la “autonomía” sindical frente a los partidos y el gobierno de turno. La discusión debe ir un paso más allá. Si el movimiento obrero no está en el mismo bloque social y político con el gobierno, y por lo tanto el Frente Amplio no es su expresión política, entonces la clase obrera carece de representación política, la debe construir. En su discurso, el compañero Castelgrande mencionó a los aliados del movimiento sindical: los estudiantes, las cooperativas de vivienda, es decir, un “bloque social” de los explotados. Ese bloque “social” no es “político”, porque las direcciones están integradas al Frente Amplio, es decir, votan contra los intereses de su “bloque social”.

 

El documento de COFE sostiene que, con el paso de los gobiernos de derecha o centroizquierda, “lo que ha permanecido como sostenido a lo largo de la historia es el hecho que sean siempre los trabajadores la variable de ajuste. No fueron lo mismo los gobiernos progresistas de estos últimos 12 años que los gobiernos de los partidos tradicionales, pero el progresismo no empoderó a los movimientos sociales, estos han arrancado conquistas y crecido en número pero lejos se está de tener un gobierno de los trabajadores y para los trabajadores”. No se puede pedir peras al olmo. El Frente Amplio no puede “empoderar” a los trabajadores, tiene la función opuesta: regimentar la lucha del movimiento obrero, subordinar políticamente a la clase obrera para llevar adelante un programa de contenido capitalista. Para obtener peras, hay que plantar un peral.

 

COFE también afirma que la crisis

“genera condiciones objetivas para la agudización de la lucha de clases, pero no existen condiciones subjetivas tales como conciencia, organización y dirección para poner en cuestión el dominio del capital”.

Esas condiciones subjetivas sólo pueden surgir si el movimiento obrero rompe la subordinación al gobierno y la integración al Frente Amplio (“bloque social y político”), nunca antes.

 

Candidatos propios de los trabajadores

El debate del XIII Congreso del PIT-CNT tiene como trasfondo el proceso electoral que está prácticamente abierto.

 

Actualmente, el escenario se encuentra falsamente polarizado entre dos variantes burguesas y ajustadoras. La corriente mayoritaria adelanta su apoyo al Frente Amplio cuando proclama ser parte del mismo “bloque político” con el gobierno. Se chantajea a los trabajadores diciendo que si no se apoya al FA vendrán los viejos partidos de derecha. La oposición sindical rechaza que los trabajadores sean “rehenes” de este chantaje, pero no saca todas las conclusiones de su propio planteamiento.

 

La experiencia de los gobiernos derechistas muestra que son precarios y pese a las privaciones impuestas al pueblo explotado no han abierto una salida, sino que en el cuadro de una crisis que se profundiza van ellos mismos a la crisis. Es lo que ya vimos en Perú con Kuczynski, y estamos viendo en la bancarrota del macrismo y en la agudización de la lucha contra el golpista Temer y su ajuste. La debacle de estos gobiernos reabre una etapa de grandes luchas populares, donde la clase obrera debe intervenir en forma independiente a los falsos “progresismos” en decadencia.

 

Para que la clase obrera no tenga que elegir qué gobierno le va a aplicar el ajuste, sino construir una alternativa propia que luche contra los capitalistas y por un gobierno de trabajadores, es necesario que el PIT-CNT presente candidaturas obreras propias, independientes del Frente Amplio, discutidos y elegidos en un Congreso de bases: ¿Hay que seguir apoyando al gobierno del FA o impulsar candidatos propios que convoque a las fuerzas populares bajo un liderazgo obrero y de izquierda? La participación en un frente político con el astorismo y otras fracciones burguesas, es la negación de la lucha “por una sociedad sin explotados ni explotadores”, es la perpetuación del capitalismo que critican tanto el documento de COFE como el bloque de 8 sindicatos.
Con este planteo, el Partido de los Trabajadores comienza una campaña política para que desde el movimiento obrero salga una respuesta a la necesidad de impulsar las luchas en curso por salario, trabajo, educación y vivienda construyendo una oposición política de izquierda, una oposición entrelazada con el activismo obrero, estudiantil y popular.

 

Sin una alternativa obrera, la enorme crisis capitalista que se desarrolla en el mundo entero, se llevará puestas las conquistas sociales más elementales de los trabajadores y la propia independencia nacional.

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Author: Rafael Fernández