La ex secretaria general del sindicato de municipales de Montevideo (ADEOM) denuncia una persecución política en su contra, que atribuye a una represalia por su ‘pase’ al Partido Nacional.
Ripoll había renunciado a sus responsabilidades en la dirección del sindicato, lo que no le ha impedido intervenir “tomando decisiones y dando órdenes” en la Fiesta de Reyes de ADEOM realizada en enero, según denunciaron sus ex compañeros de la lista 27. También es cuestionada por permanecer en el cargo de presidenta de la Federación Nacional de Municipales, a pesar de su renuncia a la directiva de la filial montevideana.
La ex secretaria general de ADEOM además de integrarse al PN, pasó “en comisión” a la secretaría de la diputada Fernanda Araújo (suplente del ministro Martín Lema). Ripoll está en campaña full time junto a Lema y Álvaro Delgado -el más que probable triunfador de la interna del PN. El mecanismo de los pases en comisión es usado y abusado por los partidos parlamentarios no solamente para conseguir asesores a sus bancadas, sino además para “liberar” militantes partidarios para que hagan campaña político-electoral. Es una forma disfrazada de financiar a los partidos políticos y también de generar ñoquis que no hacen otra cosa que cobrar a fin de mes. Parece claro que Ripoll pasa a la secretaría de Araújo no por sus cualidades como administrativa sino por ser una figura conocida y mediática, y para realizar actividades de campaña pública. La afirmación de Ripoll de que el suyo no es un “cargo político” si bien es formalmente correcta (sigue siendo funcionaria municipal) no se sostiene por lo que todos perciben en la práctica.
La suspensión en sus derechos como afiliada de Valeria Ripoll se toma -según lo que declararon los propios integrantes de la lista 27- en base a un antecedente aplicado por la propia ex secretaria general contra otra afiliada de ADEOM en junio de 2019 (la diaria, 9/2). Más allá de ese caso puntual, Ripoll se ha caracterizado por suspender los derechos como afiliado de otros dirigentes municipales, como fue el caso de Anibal Varela y Álvaro Soto, quienes fueron sancionados arbitrariamente por discrepancias políticas (y en ambos casos esa suspensión implicó que no pudieran participar como candidatos en las siguientes elecciones). Parece aplicarse el dicho: “el que a hierro mata…”
Ripoll se declara perseguida por su militancia política, pero su adhesión al PN fue bastante anterior a su actual suspensión. Fue a consecuencia del “pase en comisión” que se tomó la resolución, y también se ha señalado que ADEOM Montevideo no respalda a Ripoll en su cargo en la FNM. Con independencia de si es correcto o no suspender a un afiliado por ocupar un “cargo político” o por un “pase en comisión”, es evidente que la suspensión no obedeció a su adhesión al PN. En ADEOM parece haber un abuso de las suspensiones de afiliados (incluyendo dirigentes), pero la que menos autoridad tiene para cuestionar esa práctica es, precisamente, Valeria Ripoll.
Por otra parte, la ex secretaria general fue criticada por dirigentes que fueron electos por la lista 27 (a la cual finalmente renunciaron) por sus ataques al sindicato y en particular a sus ex compañeros de agrupación. Silvia Tejera, Martín Mangussi, Verónica Brum, Guillermo Bertrand y Vanessa Gallinares se desvincularon de la lista 27 “por la falta de respeto y calificativos con los que se ha referido, quien fuera cabeza de lista, hacia nuestras personas, sumado al camino alejado que ha tomado, es que decidimos desvincularnos de su agrupación, manteniendo nuestras responsabilidades para seguir trabajando por un mejor sindicato para todo el colectivo de trabajadores”. “Cuando algunos hablan de pluralidad, y a cinco de los seis miembros del Ejecutivo se nos trata de ‘ratas traidoras’ por el solo hecho de querer trabajar por un sindicato o por querer cuestionar, entendemos que no existe tal pluralidad, y se resume a que las ideas válidas son siempre las de una persona”.
Vanessa Gallinares declaró que “políticamente desmiente cosas que en el pasado votó en el Ejecutivo de Adeom. No compartimos ese lineamiento. Hicimos diversas reivindicaciones, como juntar firmas contra la LUC, en las cuales ella acompañó y estuvo de acuerdo, y ahora sale públicamente a expresarse en contra del movimiento sindical” (la diaria).
Ripoll comenzó su militancia en ADEOM en la lista 1980 dirigida por Álvaro Soto, de la cual se desvinculó cuando el gran conflicto sindical de 2010. Precisamente cuando la intendenta Ana Olivera (bajo el gobierno de Mujica) decretó los “servicios esenciales” y llevó al ejército a recoger basura para quebrar los paros del sindicato, Valeria Ripoll pasó al Partido Comunista, es decir, al partido del gobierno, que desconocía el derecho de huelga. Se integró a la lista del PCU y a través de ella fue ocupando un rol cada vez más destacado en el sindicato. La ruptura con el PCU (a cuyos dirigentes denunció públicamente por amenazas y violencia) la llevó a organizar una lista propia y a través de ella desarrolló un discurso que pretendía despegarse de las anteriores direcciones, y proclamaba querer “cambiar la imagen” del sindicato, no hacer tanto paro, y establecer una mejor relación y una negociación con la Intendencia montevideana. En el PIT-CNT, Ripoll se acercó a la corriente “En Lucha”, integrada por Joselo López (COFE) y Richard Read (FOEB) entre otros. En el Congreso del PIT-CNT de 2018, Ripoll hizo una arenga en la cual señaló que ese más parecía “un congreso del Frente Amplio” que un congreso sindical. El discurso de Ripoll, como el de Richard Read, comenzaba a tomar un tono “apolítico”, despegándose del Frente Amplio. Su adhesión al bloque “En Lucha” era significativo: Richard Read era uno de sus impulsores y también integraba “Eduy21” -un agrupamiento con la derecha sobre temas de educación, en la cual participaban el actual ministro Pablo Da Silveira, Juan Pedro Mir (ahora pasado al PI), Renato Opertti, y muchos otros impulsores de las reformas de la educación en los términos del BID. Read había apoyado la candidatura de Astori en 2009, y había encabezado una caravana de desagravio al ex ministro Fernando Lorenzo (procesado por el caso PLUNA), abiertamente alineado al ala derecha del FA. La repentina “independencia” de Read coincidía con la declinación del gobierno frenteamplista, en ese momento es que comenzó a enfatizar la “autonomía” sindical y a tender puentes hacia la derecha. Ripoll llevó adelante una trayectoria similar, aunque fue más lejos que el propio Richard Read, que ahora hará campaña por Yamandú Orsi. Cuando en el aire se olfatea que puede volver el FA al gobierno, el ex dirigente de la FOEB vuelve a dar un nuevo giro hacia la… ¿izquierda?. Joselo López, por su parte, integra el “Encuentro Federal Artiguista” que apoya la candidatura de Andrés Lima.
Ripoll borra con el codo todo lo que escribió con la mano. En el pasado incluso desarrolló algunas críticas “por izquierda” a los gobiernos (nacional y departamental) del Frente Amplio. Ahora se abraza al gobierno que protagonizó el saqueo más grande de las últimas décadas, la reforma jubilatoria. Al integrarse al PN, la ex secretaria general de ADEOM criticó al FA porque “no hizo una reforma educativa o de seguridad social para no enfrentarse al PIT-CNT, el costo fue haber perdido la elección” (Crónicas Económicas, 10/11/23).
Los militantes gremiales y políticos de izquierda, que protagonizaron grandes luchas bajo el actual gobierno e incluso bajo gobiernos del FA, deben sacar todas las conclusiones. El “gremialismo” separado de la lucha por la emancipación de los trabajadores, por el socialismo, no abre ninguna salida. La deriva de Ripoll hacia la derecha, pasando por el “gremialismo apolítico” hacia el PN, no es una sorpresa. Los choques de los trabajadores con el Frente Amplio, en particular en ADEOM donde este gobierna hace 34 años, en algunos casos han generado agrupaciones centristas y no clasistas, que pueden adoptar un discurso muy crítico y certero pero que carecen de un planteamiento realmente de clase. En ADEOM, la crisis de dirección ha llevado a la proliferación de listas sin mayor contenido ni claridad política, lo cual sucede en menor medida también en otros sindicatos. Es necesaria la superación por izquierda del Frente Amplio, lo cual requiere adoptar una estrategia clasista y revolucionaria, de lucha por un gobierno de trabajadores y por el socialismo.