La lucha de AEBU Banca Oficial ha despertado el apoyo de la población -sobre todo en las localidades afectadas por los cierres parciales- e impactado en el parlamento y en todos los partidos políticos.
Blancos y colorados pretenden capitalizar el descontento de los pobladores del interior, colocándose a contrapelo de su discurso tradicional de “bajar el peso del Estado”. El Frente Amplio, por su parte, se coloca en la defensa de Polgar -aunque algunos diputados, sobre todo del interior, se colocan en una postura crítica temiendo perder su electorado. El caso más notorio es la “Liga Federal” del diputado Darío Pérez, que se ha pronunciado contra los cierres parciales y las privatizaciones en el BROU.
“Comunistas”… del Banco Mundial
El discurso más llamativo en el parlamento fue el del diputado Gerardo Nuñez, del PCU, que realizó una alabanza al astorismo y a su gestión en el Banco de la República. Nuñez señaló las enormes ganancias obtenidas por el BROU durante los gobiernos del Frente Amplio (más de 1.700 millones de dólares). El diputado de la 1001 no se preguntó de dónde viene esa ganancia (la inmensa mayoría proviene del llamado “crédito social”, es decir, de los elevados intereses a los trabajadores y jubilados). Tampoco se preguntó a qué se destinan dichas ganancias que van a Rentas Generales (pago de la deuda externa, subsidios al gran capital). La fijación de altas tasas de interés por parte del banco estatal es una forma de contribuir con los bancos privados, que han aumentado su participación en el mercado local y obtuvieron este año por primera vez mayores ganancias que el Banco de la República. Mientras tanto, un alto porcentaje del ahorro que capta el BROU es colocado en el exterior (recibiendo tasas de interés bajísimas). Es una expresión del agotamiento del “capitalismo nacional”, ya que no es posible colocar esa gran masa de dinero en inversiones productivas. El resultado de la gestión “popular” del Frente Amplio es la concentración y extranjerización de la tierra, la desindustrialización, la creciente privatización de la banca y el aumento de la deuda externa. En el pasado, el PCU justificaba las alianzas con la burguesía “democrática” exactamente en el programa opuesto: reforma agraria, nacionalización de la banca, industrialización, liberación nacional. La conquista de esos objetivos es incompatible con la alianza con la burguesía, cosa que no pueden ya comprender los “comunistas” que aplauden a un gobierno que se arrodilla frente a UPM y apoyan la “bancarización obligatoria” impulsada por el Banco Mundial.
Hace ya más de dos décadas, cuando nacía el llamado “Encuentro Progresista” de la mano de Nin Novoa, el PCU a través de su dirigente Eduardo Viera defendió eliminar del programa del Frente Amplio la “estatización de la banca”. La dirección que emergía de la crisis de 1991, rompiendo con Jaime Pérez y el planteo de disolución en el “socialismo democrático”, profundizaba así su “frenteamplismo” (la política de alianzas con la burguesía) incluso a expensas del programa “antioligárquico y antiimperialista” que decía defender.
El diputado Nuñez dijo que daba “apoyo crítico” a la reestructura de Polgar, pero no pudo señalar una sola “crítica”… salvo que se refiriera a su “programa” de instalar dos cajeros automáticos allí donde había sólo uno.
Burocracia sindical
Las listas oficialistas de AEBU salieron a atacar la lucha de la banca oficial en todos los medios de prensa, y a defender a Polgar. El caso más evidente fue el del presidente de AEBU, Pedro Stéfano, que salió en la televisión apoyando al presidente del Banco y cuestionando las ocupaciones de agencias y sucursales por parte del sindicato.
Según diversas versiones, en las reuniones de la bancada y de la Mesa Política del Frente Amplio, los representantes de la lista 98 se opusieron a una salida que mantuviera abierta la Agencia Mercado Modelo y las cinco sucursales del interior que van a cerrar varios días a la semana. “No van a hacer morcillas con la sangre de la 98”, dijo un dirigente del PS. En otras palabras: un paso atrás del gobierno dejaría muy mal parada a la burocracia sindical que viene avalando la reestructura. Los dirigentes de la lista 17, y en particular los del PCU, también presionaron para que el gobierno no cediera. No se trata únicamente de una burocracia subordinada al gobierno; además está jugada a llevar adelante la “bancarización” a sabiendas que implica el achique de puestos de trabajo, precariedad laboral a través de corresponsalías, y beneficios para las empresas privadas.
Esta orientación los condujo a una derrota histórica: en las elecciones de Comisión Representativa del BROU las listas 98 y 17 recogieron el repudio de las bases del sindicato. La Coordinación para el Cambio (CxC) obtuvo 801 votos, mientras que las dos listas que sabotearon la lucha apenas sumaron 728 votos. La presidencia y la mayoría absoluta (6 de 11 cargos) fue para la lista combativa e independiente del gobierno.
La CxC mantuvo además las Presidencias en las Comisiones Representativas del Banco de Seguros y el Banco Hipotecario. La lista 17 (del PCU, aunque también la integran otros frenteamplistas vinculados al FLS) está al borde de la extinción. Ya no pudo presentarse en forma independiente en el BSE, y apenas obtuvo un cargo en el BROU y uno en el BHU (en la Agencia de la Vivienda quedó sin representación). Otra lista que ve amenazada su existencia es la 1955 (MPP-PVP), que sólo logró representación en el Banco de Seguros.
Conclusiones
Las elecciones en la banca oficial tienen un alcance que va más allá de AEBU y del propio movimiento sindical. Son un reflejo del malestar político de los trabajadores con el Frente Amplio, como ya sucedió en otros sindicatos (enseñanza pública y privada, gráficos, Casmu, municipales, etc.). Es importante recordar que la burocracia sindical en AEBU realizó una campaña pública contra el Partido de los Trabajadores, pretendiendo asustar a los afiliados y atribuir la lucha de la banca oficial a un operativo contra el Frente Amplio. Esta campaña reaccionaria fracasó. La lucha de AEBU Banca Oficial introdujo una clarificación política.
La experiencia de la CxC de AEBU es fundamental, porque en primer lugar supera la fragmentación de listas “combativas” que se plantean en diversos sindicatos (como por ejemplo, Adeom), pero no se trata de cualquier “unidad” sino de una basada en una caracterización del gobierno y de la burocracia sindical oficialista. Tampoco se trata de una “unidad” basada sólo en críticas al gobierno, sino en la movilización. Es necesario impulsar en todo el movimiento obrero una campaña anti-burocrática y por la independencia política: que el PIT-CNT rompa con el gobierno, construyamos agrupaciones clasistas, y una gran “Coordinación para el Cambio” en todo el movimiento obrero.