Balance del XII° Congreso del PIT-CNT
Rafael Fernández
El Congreso del PIT-CNT fue abierto con una oratoria del presidente de la República, y cerrado con un discurso del ministro de Trabajo. Esto en sí mismo ya permite sintetizar el carácter del congreso, en el que las corrientes mayoritarias (Articulación, PCU, Lista 41 y Corriente 5 de Marzo de R. Read) pactaron un documento de consenso y la composición de la dirección.
El desarrollo del Congreso permitió, sin embargo, comprobar que existió un amplio sector de delegados muy críticos con el gobierno y con estos acuerdos “por arriba” entre las corrientes. Esto se manifestó en los aplausos a diversas intervenciones de delegados que atacaban al gobierno así como reclamaban una central obrera independiente y no oficialista. Esto fue especialmente notorio cuando intervino el delegado de UTAA, Jorge Rodas, quien criticó duramente al gobierno y caracterizó que defiende los intereses de los grandes capitalistas y ataca a los trabajadores.
El único sindicato que había presentado resoluciones que chocaban con el documento de consenso fue UFC (Funcionarios del CODICEN). Entre otros aspectos, UFC mocionó que ante la declaración de “esencialidad” contra una huelga el PIT-CNT aprobara un plan de lucha consecuente que comenzaba con un paro de 24 horas y conducía a la huelga general. Las distintas corrientes mayoritarias pactaron también que esta y otras mociones fueran derivadas a la Mesa Representativa, lo cual es violatorio del régimen de funcionamiento de los congresos, dado que fue presentada en tiempo y forma según los Estatutos.
La única comisión que funcionó durante el Congreso fue la de “candidatos”, es decir, la elección de la Mesa Representativa. Previamente al congreso, las corrientes dirigentes habían hecho un acuerdo donde 43 sindicatos tendrían presencia en la M.R., y se establecía un Secretariado de 13 miembros (donde los cargos habían sido repartidos prolijamente). Este acuerdo estuvo en jaque durante el Congreso por la intervención de UFC y ATES, que exigían que todos los sindicatos tuvieran representación en la Representativa (al menos, los 52 que habían presentado candidaturas). Finalmente, la presión desde la cúpula hizo que 8 de esos sindicatos se auto-excluyeran, y se elevó el número de integrantes a 44, lo cual evitó la convocatoria a elecciones con listas (ver declaración de UFC y ATES).
El congreso funcionó en forma “relámpago”. Se permitió la expresión de algunas minorías, pero esto no generaba riesgos para la dirección, dado que muchas de esas minorías no podían mocionar, y porque existía un pacto que fue llevado en forma íntegra por las cuatro corrientes mayoritarias.
Lo que queda de la lista 41 ha abandonado completamente los postulados que había levantado en el Congreso anterior. Previo al XII° congreso, sus dirigentes habían acordado incluso una reforma de Estatutos que legalizaba la existencia de un Secretariado prácticamente inamovible hasta el siguiente congreso, y extendía el período entre congresos a 3 años (hoy el Estatuto exige un Congreso cada 2 años, cosa que en los hechos no se cumple).
Durante el Congreso, más de 70 delegados, y dos sindicatos (UFC y ATES), firmaron una declaración que plantea la necesidad de un PIT-CNT independiente del gobierno, para luchar por las reivindicaciones de los trabajadores y que la crisis la paguen los capitalistas. En torno a esta declaración debe estructurarse una coordinación que se constituya en oposición sindical y política, tanto al gobierno como a las corrientes oficialistas que maniatan a los sindicatos.