La Banca Oficial comienza el camino hacia la renovación del Convenio Colectivo. El clasismo ante el desafío de estar al frente de la conducción del sector en esta negociación por primera vez. La burocracia sindical entre defender al gobierno en pleno período electoral o cumplir con lo dicho durante las elecciones para los consejos.
El proceso electoral en el sindicato fue marcado por propuestas hacia el Convenio Colectivo, de las cuales muchas de ellas venían siendo manejadas con bastante tiempo de anticipación.
La burocracia, en su desesperación por recuperar el espacio perdido, adoptó gran parte de las mismas, pretendiendo colocarse como sus impulsores. Ante el resultado final, proclamando nuevamente a la Coordinación para el Cambio con la presidencia a través de la compañera Lorena Lavecchia, y creciendo un cargo con respecto al período anterior, la burocracia quedó presa de sus propias palabras. Esto no solamente en lo que respecta directamente a los puntos en discusión, sino también a la propia metodología para llevar adelante la conformación de la plataforma, la negociación y la movilización.
De inmediato se aprobó, por unanimidad, la realización de regionales en todo el país, con el fin de discutir con la mayor cantidad de trabajadores posibles con respecto a los temas a incorporar en la negociación y la estrategia a llevar adelante. Desde el Consejo Central, mientras tanto, la mayoría absoluta de la agrupación 98 (PS y astoristas) declaró “la guerra” a la conducción de la Banca Oficial. Su más inmediato efecto fue la limitación en el uso de los espacios del sindicato y el bloqueo económico para llevar adelante las resoluciones votadas por unanimidad (incluida la propia 98) en la Banca Oficial. De esta forma se intentó boicotear centralmente los espacios de participación abiertos, intentando evitar el fortalecimiento del sindicato previo al enfrentamiento con el Poder Ejecutivo.
Pese a esto, se llevaron adelante los primeros 2 regionales con fondos propios de los compañeros que participaron, logrando una muy importante convocatoria tanto en cantidad de asistentes como de localidades presentes. El debate en sí, demostró el entusiasmo de los trabajadores en ser partícipes de la elaboración de la plataforma y el convencimiento de la importancia de estas instancias. El tercer regional se realizó en las condiciones marcadas por el Consejo Central, evidenciándose el boicot ante el fracaso en la participación. Esto agudizó los problemas internos dentro de la propia agrupación 98 que por un lado se expone aprobando la metodología y por otro la bloquea dejando a los primeros debilitados frente al colectivo. También agudizó, como era de esperar, el enfrentamiento del clasismo con la burocracia y con ello la respuesta de indignación de los trabajadores ante el bloqueo, volviendo a fortalecer la concepción de que quienes atacan a la Banca Oficial son agentes del gobierno en el movimiento sindical.
La Banca Oficial ganó en los últimos 3 años, más de 900 millones de dólares. Solamente el BROU en 2018 ganó 460 millones. A pesar de esto, se han cerrado parcialmente 26 dependencias en el interior del país, se precariza el empleo a través de la privatización, la contratación de becarios y con trabajadores realizando tareas por encima del cargo.
Entre los puntos en discusión de cara al Convenio se encuentra la reivindicación del salario mínimo igual a la media canasta familiar, la búsqueda de alternativas para solucionar el problema de la vivienda y el rechazo al decreto 401. Dentro de los temas programáticos a ser incorporados, se vuelve a colocar el rechazo a las privatizaciones y la defensa de las empresas públicas.
Estos dos últimos puntos fueron el eje de la discusión del 2017, con un duro enfrentamiento entre el sindicato y el gobierno. En aquella instancia, la movilización logró un amplio acuerdo con la sociedad en general, un importante compromiso de los trabajadores, y obligó al ministro de Economía a presentarse 2 veces ante el parlamento, con los trabajadores llenando las barras del Palacio. La finalización del mismo permitió suspender los cierres de dependencias, frenar alguna privatización y el ingreso de más de 500 trabajadores. De todas formas, esto no resolvió el conflicto, por más que la burocracia hizo lo que pudo por ponerle fin.
Esta renovación del Convenio Colectivo cae en un momento ideal para el avance de los trabajadores. El año electoral y la situación del oficialismo ante las elecciones difícilmente prefiera un enfrentamiento con los trabajadores, mucho menos recordando el 2017.
Es por ello que el proceso de fortalecimiento del sindicato, y la organización de los trabajadores toma suma importancia. Su bloqueo, para el gobierno y sus lacayos también.
El clasismo deberá demostrar una vez más su avance en la Banca Oficial. El gobierno deberá debatirse entre continuar con su política de privatización, precarización y ataque a los trabajadores o evitar el enfrentamiento con los trabajadores en un momento crucial por su ambición de seguir ocupando los sillones.
Los trabajadores debemos aprovechar la oportunidad abierta.