El pasado 22 de agosto, la asamblea del sindicato bancario aprobó por mayoría la propuesta presentada de acuerdo entre la burocracia sindical, el gobierno y las patronales para modificar la ley de caja bancaria.
La asamblea tuvo una participación de más de 3600 afiliados entre activos y jubilados, estos últimos marcando una diferencia clara a la hora de la votación tanto del corte de la lista de oradores como de la resolución que finalmente fue de 7 a 3 aproximadamente.
La burocracia sindical utilizó todos los recursos posibles para lograr aprobar la resolución, desde cancelar las asambleas informativas previas, viendo que era cuestionado el planteo que realizaban, hasta mantener propaganda audiovisual permanente hasta el inicio de la propia asamblea, limitar la cantidad de oradores de la única agrupación con un planteo diferente, tomarse más de una hora para dar el informe, dividido en 2 partes, repetitivo y con una intervención por fuera de este y finalmente impulsando el corte de la lista de oradores luego del sexto orador, evitando un segunda intervención de la Coordinación para el Cambio. Era evidente que el planteo que tenían era muy difícil de digerir para la gran masa de trabajadores y que por más que no estuviera en riesgo perder la asamblea, no podían permitirse que se extendiera la lista y con ello las dudas en la gente.
La votación final, marca un crecimiento importante en el rechazo al planteo de la burocracia, considerando que la fuerza de la Coordinación para el Cambio en el Consejo Central es de 1 en 11 y el resultado de la asamblea de 7 a 3. Esto marca además una creciente desconfianza en la dirección y el desprestigio de esta, que a solo 15 años de la última reforma de la caja, que tuvo los mismos elementos, volvieron a insistir en lo mismo y con la misma estrategia. De a poco los trabajadores van perdiendo el miedo que se les trata siempre de imponer por parte de las direcciones burocráticas.
El planteo de la burocracia era de derrota absoluta y de alineamiento total con el gobierno, y en el nombre de salvar la caja, no hacen más que terminar de liquidarla y empeorar las condiciones de los trabajadores y jubilados, y encima con la incertidumbre de que la resolución final puede ser aún peor que la que defendieron en la propia asamblea, cambiando las condiciones, pero con la coartada de que ya habían avisado que no era el acuerdo definitivo. Una maniobra tras otra para entrampar a los trabajadores y para una vez más salir a transar con quien sea para seguir siendo los cerradores de acuerdos que finalmente no hacen más que agregar una derrota más.
Las condiciones establecidas por el gobierno para la reforma general de la seguridad social, y rechazadas por el conjunto de los sindicatos, fue en el caso del sindicato bancario e impulsada por la burocracia, no solamente aprobada sino que se acelera su aplicación, tanto en el aumento de la edad de retiro como en la baja de la tasa de remplazo, agregándose además impuesto a los jubilados. Con la promesa de que si las cosas mejoran para la caja en el correr de los próximos años, nada de esto se aplicaría. Para ello lo que necesitan es defender los puestos de trabajo y el salario, cosa que no van a hacer, ya que el problema del déficit actual de la caja se da en gran parte por haber permitido la eliminación de personal y la rebaja salarial en ambos sectores.
En definitiva, se llega a una fórmula inacabada a la asamblea, sin haber dado la pelea necesaria para lograr que las patronales pongan lo que la propia ley les obligaba a poner, y divide en partes iguales el aporte de los trabajadores y patronales a la salida para el mantenimiento por algunos años más, lo que no hace otra cosa que confirmar que la burocracia a quién defendió en esta negociación fue a las propias patronales, ya que la eximió de mayor contribución y aceptó las pautas de la ley general, entre otras, la incorporación del régimen mixto. Hay que recordar que la propia ley de 2008 establecía una “Partida Complementaria Permanente” en 0,4% de los activos de las empresas, pero desde el inicio apenas se impuso el 0,25%, lo cual les permitió ahorrar varias decenas de millones de dólares al año a las patronales. La burocracia de AEBU se bajó del reclamo de aplicar el 0,4% de la PCP.
Como si esto fuera poco, no permitieron poner a consideración la moción complementaria de la coordinación para el cambio, apoyando el impulso de reforma constitucional aprobado en mayoría en el PIT-CNT, para luego salir rápidamente a declarar públicamente que no lo van a apoyar, decidiendo por si y ante sí, habiendo tenido una asamblea general para dirimir. Esta última resolución viene en línea con el planteo del ala derecha del FA que se ha colocado en contra del plebiscito y que anteriormente se había declarado también a favor del aumento de la edad y a favor de las AFAPs. La corriente “Articulación” se ha embanderado con la defensa de la ley del gobierno pretendiendo hacer creer que un nuevo gobierno del FA iría a cambiar las condiciones.
La realidad es que el frente amplio debe garantizarle al capital financiero y al FMI que va a mantener el ataque a los trabajadores y seguir siendo serviles a sus intereses, por lo que la discusión del plebiscito debe llevarse con la mayor profundidad posible, formar comisiones en todos los sindicatos, comisiones barriales, regionales para alcanzar las firmas, los votos y para preparar la lucha que será necesaria para lograr esas conquistas.
No al aumento de la edad de retiro
Aumento de la jubilación mínima
Eliminación de las AFAPs
A firmar por el plebiscito y a preparar la huelga general.
