El gobierno está decidido a aplicar la agenda de la burguesía en todos sus términos. A la licuación de los salarios mediante el aumento de la inflación, ya hoy por encima del 11%, y los tarifazos, se suman los despidos y seguros de desempleos, que aún no arrojan los números definitivos, aunque se estiman de enormes proporciones. Si eso se considera junto con los más de 400.000.- trabajadores informales, estamos hablando de más de medio millón de trabajadores en una situación de precariedad y hambre tremenda.
El castillo de naipes que dejó armado el pasado gobierno, rápidamente se derrumbó instalada la emergencia sanitaria. Las acciones del actual gobierno tienden a profundizar el problema.
El desempleo creciente tenderá a empujar los salarios a la baja, al tiempo que los recortes en los presupuestos del estado, en particular la eliminación de todas la vacantes generadas en 2019 y de 2/3 de las generadas en adelante, abonarán a más privatizaciones, acrecentando la precarización laboral y tirando al suelo los salarios.
El anuncio del Ministro de trabajo (de ajuste de 3%) fue la frutilla en la torta en cuanto al ataque a los trabajadores. La intención de desindexar los salarios presentada desde hace años por la burguesía y las cámaras patronales, cristalizada en una propuesta concreta del ahora Director de OPP Isaac Alfie en 2019, es puesta sobre la mesa por Mieres, otrora integrante del FA.
El ajuste planteado por debajo de la inflación marcará una enorme pérdida salarial para toda la clase trabajadora, impactando a su vez en las jubilaciones. Al mismo tiempo, las cámaras patronales intentan plantear diferencias entre las ramas de actividad buscando ahondar aún más en el ataque a los salarios.
La condicionante de esperar a la reactivación económica intenta entrampar a los trabajadores como una excusa para aguantar, con los magros salarios ya de por si deprimidos, mientras las patronales continúan llenándose los bolsillos.
No hay salida dentro de este sistema. El ataque es en todos los frentes, seguros de desempleo, despidos, tarifazos, ajuste por debajo de la inflación, pérdida salarial y limitación del derecho de huelga. Todo el combo armado para una gran ofensiva a los trabajadores.
El gobierno avanza ante la parálisis asegurada por la burocracia sindical y las votaciones a escondidas del FA en el parlamento.
Ante este escenario es absolutamente necesario una respuesta de los trabajadores. Hay que romper con el freno impuesto por las direcciones sindicales, más preocupadas por volver a colocar al FA en el gobierno que en enfrentar esta guerra declarada por la burguesía y sus partidos a la clase trabajadora.
La mayoría en la dirección del PIT-CNT pone sobre la mesa la falsa contradicción de salario o empleo, haciendo los mandados para las patronales. Se preparan para aceptar la rebaja salarial, sumándose algunos actores que se pretendían posicionar de oposición a quienes se embanderaban con el bloque social y político de los cambio.
Los trabajadores debemos forzar un paro general de 24hs y un plan de lucha para derrotar la LUC y el programa antiobrero anteponiéndolo al programa de nuestra clase. Reducción de la jornada laboral sin pérdida salarial, repartir las horas entre ocupados y desocupados, salario mínimo igual a media canasta, subsidio a los desempleados, prohibición de los despidos, estatización de toda empresa que cierre bajo control obrero.
