“Estaba procesado por privación de libertad y abuso de autoridad contra detenidos que pertenecían a la Unión de Jóvenes Comunistas. El juez dejó constancia de que los denunciantes expresaron “haber sido sometidos en su generalidad a las peores torturas, tanto físicas como psicológicas y a inhumanas condiciones de detención”, y que fueron objeto de “‘submarinos’ (en agua con excrementos o seco con capuchas), picanas, agresiones sexuales (violaciones, introducción de objetos, manoseos), simulacros de ejecución y de violación (propias, de amigos o familiares), ‘colgadas’, ‘plantones’, quemaduras, golpizas, suministro de sustancias alucinógenas, ‘caballete’, ‘teléfono’, privación del sueño, etcétera”.
“Pereira asistió a cursos de formación policial en Estados Unidos en 1973. En 1976 fue distinguido por participar en la guardia del dictador Augusto Pinochet en una visita a Uruguay. A fines de los 70, ingresó a la Guardia Republicana. Se retiró de la Policía con el grado máximo: comisario general.” (La Diaria 23/1).
Este fue el prontuario por el que fue procesado Ayelmiro Pereira y por el cual cumplía sentencia en la cárcel VIP de Domingo Arena.
La comisaría de Cerro Largo puso su bandera a media asta y también le brindó homenaje el director de Cárceles a cargo en Domingo Arena.
No hubo ningún rechazo a este homenaje a un torturador y violador juzgado y preso, desde el Ministerio del Interior, ni de presidencia, tampoco de los que piden “volver a los viejitos a la casa”.
Estos hechos se producen al unísono con el vejamen a la muchacha en el barrio Cordón, en una violación en manada, que recorrió todos los medios de prensa y que provocó una gran indignación y una masiva movilización en todo el país, de organizaciones feministas y disidencias bajo el lema “QUE ARDA”, haciendo referencia al pacto cínico e hipócrita que existe en nuestra sociedad, respecto a justificar la violencia y las violaciones de los derechos de las mujeres, y otros, ya que las noticias daban cuenta de las violación y prostitución de menores, y también del empantanamiento de la causa de “Operación Océano”.
Es decir, hay un gran repudio popular sobre la hipocresía de un régimen que se asienta en un estado y un régimen político que tiene como “Pacto” la legitimación de estos crímenes y bestialidades humanas. Este régimen político habilidad y colaboración de los medios, los coloca, como hechos aislados cuando golpean y surgen a la luz. Según los que participan del “Pacto”, cada tanto surgen porque hay gente desviada, y hasta Lacalle pide justicia. Que no la pidió nunca contra violadores torturadores de ayer y de hoy, como por ejemplo en la masacre de Jacinto Vera que lidero su padre y Gianola.
La hipocresía de estos seres es ilimitada, defienden cobardemente el régimen de violaciones seriales existentes porque es el ADN del régimen emanado del Club Naval y la impunidad.
¿Alguien puede contestar con cierta honestidad intelectual como un régimen que desde los ´70 practica la tortura y la violación, y que es el aguante de los delincuentes de la manda azul y verde, que está defendido por el parlamento y la ley de impunidad, va a garantizarnos nuestros derechos humanos?
Como dice el dicho popular, “dios no quiere cosas chanchas”, y a veces las situaciones cotidianas trágicas de la vida, ponen en evidencia el olor pestilente que sale de las alcantarillas donde se edifican las bases sociales y morales de la sociedad capitalista que vivimos y sus mentores de todo tipo.
“Esta Boca es mía”, derrama moralidad por la violación de la muchacha del Cordón, no habla de Operación Océano e invita a los familiares de los torturadores que piden su liberación por considerarlos presos políticos, pero no le preguntan ni una sola vez, ni a ellos ni al ministro Heber ni al presidente, del homenaje al torturador y violador recientemente fallecido.
En paralelo tenemos la noticia del jugador de futbol Schiappacasse y su involucramiento con el traslado de un arma de fuego. El secretario nacional de deporte y ex presidente de la AUF, Sebastián Bauza, dijo que era incompatible un deportista con esa actitud, pero para que sacaran de la selección nacional como jefe de seguridad de ella, al torturador Zuluaga pasaron años y resistió una campaña publica con dicho reclamo.
Ruglio presidente de Peñarol dijo que Schiappacasse no podía estar en Peñarol, a pesar que todavía no hay sentencia definitiva, sin embargo, como bien denuncian la gente de la campaña de un “gol a la impunidad”, nunca se pronunciaron sobre la expulsión de los padrones de socios del CAP a Gavazzo y a Cordero.
Que más decir, hay que luchar día a día contra todas las injusticias, vejámenes y barbaries a la que nos vemos expuestos los trabajadores y oprimidos todos. Pero no hay que olvidar y debemos esforzarnos en esto, que la única forma de acabar con esto, es acabar con el huevo de la serpiente, con el régimen, social y político que engendra esto, el capitalismo y sus defensores, políticos y armados.
Hay que luchar por el gobierno de los trabajadores. Socialismo o barbarie.