El paro general nacional de 24 horas realizado en julio manifestó el potencial existente en la clase obrera y los trabajadores para quebrar el ajuste capitalista del gobierno, un millón de trabajadores acataron el paro paralizando el país. El paro general parcial del 15 de setiembre, de 9 a 13 horas y circunscrito a Montevideo, con una nutrida concurrencia en su concentración manifestaba la misma tendencia, pero ahora, bajo el bloqueo de la burocracia de los Pereira y Abdala.
El paro parcial fue colocado en oposición, a la votación mayoritaria en la mesa representativa a favor de la realización de otro paro general contra el gobierno.
Mientras el dirigente Bermudez, del PCU y de FUS declaraba: “el gobierno del Frente Amplio llegó con una agenda de cambios y paulatinamente la ha dejado de lado para, por momentos, asumir la agenda de las clases dominantes”, o el dirigente del SUNCA, Andrade, en el marco de un paro general de los obreros de la construcción, que reunió 10. 000 obreros en su asamblea general, prometía,“que los trabajadores no pagarán el ajuste”.
Abdala y Pereira, alineaban a sus seguidores saliendo a atacar públicamente el paro general de 24 horas planteado como propuesta mayoritaria de la Mesa representativa del PIT-CNT. Ataque que significó la repulsa de algunos sindicatos como Adeom, Affur, Fenapes Cofe y hasta el propio Reed, se quejó en twiter, por la incontinencia verbal antiparo de Pereira.
Están dejando pasar el ajustazo
Los esfuerzos notorios de Pereira, Abdala y los representantes sindicales del gobierno del ajuste, para frenar la fuerza contundente surgida del paro de julio, han dado sus frutos en el sentido de que han alineado “a su barra”. Han usado el argumento, de que será más adelante cuando hayan entrado ya en negociaciones el Sunca, Fuecys, etc. El argumento es insostenible, la conciencia de la burocracia sindical es total, con respecto a que el gobierno no va a resolver el tema de las AFAPs, que va a mantener las pautas de rebajas salariales, que van a aumentar los mecanismos confiscatorios a traves del IRPF, que las Camaras y el MTSS van a jugar con la desocupación para que cada gremio acepte convenios leoninos a favor de las empresas, que ya hay una rendición de cuentas votada en las dos cámaras que afecta a los trabajadores del estado y a todos los servicios públicos, que ya están aplicando las PPP y que la declaración de esencialidad se ha convertido en el caballo de batalla para quebrar las luchas obreras.
La Mesa Representativa última del 28 de setiembre, votó 30 contra 15 la no realización del paro general, debilitando de esta forma la lucha de conjunto que es necesaria para que la clase obrera pueda quebrar el acuerdo, la “agenda” -al decir de Bermudez- del gobierno, las cámaras patronales y los bancos.
La votación logró alinear a las ”barras” de Pereira y Abdala pero también retornó hacia ese lugar a la corriente de Reed (5 de Marzo) apartándose de la 41 y otros sindicatos no alineados que mantuvieron el paro de 24 horas y las críticas a la acción pública de Pereira.
Un salvavidas que no alcanza
El desvío a la lucha general contra el gobierno y su debilitamiento sin embargo, son “pan para hoy y hambre para mañana”, como dice el dicho popular. La clase obrera está enfrentando la descarga de la crisis capitalista sobre sus condiciones de vida progresivamente y los gremios se aprontan a dar lucha en varios sectores.
El tamaño del naufragio de la economía nacional e internacional va a replantear más temprano que tarde, no sólo la necesidad de un paro general contra el ajuste, por los reclamos inmediatos de los trabajadores, sino una agenda propia frente a esta y el gobierno y los partidos del ajuste.
A 50 años de la creación de la CNT,y su programa de “soluciones a la crisis” se reabre el mismo debate en su seno, debemos luchar por un congreso del movimiento obrero que recupere los sindicatos y a la izquierda y que plantee una salida, propia de los trabajadores, que no puede ser otra que una salida obrera y socialista.