EL QUE SE QUEMÓ CON LECHE CUANDO VE LA VACA LLORA
La autoproclamada ‘verdadera izquierda’ nucleada en la Unidad Popular (UP) votó en diputados el subsidio a los lecheros propuesto por el FA… que se financiará con el aumento del precio de la leche.
El diputado del 26 de Marzo-UP, Eduardo Rubio, sumó su voto a los del ‘FraudeAmplio’ -tal como denominan desde su sector al FA-, blancos, colorados, independientes y Novick. Esta unanimidad del arco político para subsidiar por 30 millones de dólares a los tamberos endeudados es toda una señal política. Supone más apalancamiento al capital y un ataque directo al bolsillo de los trabajadores asalariados y sus familias -que son la enorme mayoría de los consumidores-. La UP da un nuevo paso en su adaptación al régimen -en 2017 acompañó artículos del presupuesto de ajuste en la Rendición de Cuentas-.
La presencia de varios referentes de la UP en el acto de Durazno -junto a la ARU, FRU, Laetitia d’Arenberg y demás- ha significado un enorme problema dentro de esta formación política. Todo da a entender que la correlación de fuerzas interna llevó a que la votación de la UP en diputados fuera favorable a un subsidio que supone una regalía al capital a expensas de los asalariados. La crisis de endeudamiento del sector lechero responde a la caída de los precios y volúmenes exportados. Es decir que se enmarca en la crisis capitalista mundial. Ante esta situación el ajuste debería ir hacia el interior de la clase capitalista, no hacia la clase trabajadora. Los 30 millones de dólares de subsidio a los lecheros deberían pagarlo -como mínimo- los grandes capitales oligopólicos -nacionales y extranjeros- que usufructúan como sociedades anónimas unas 6 millones de hectáreas del territorio nacional -cerca del 40% de la tierra-. Cortar la cadena por el eslabón más débil de la explotación capitalista no condice con reclamarse de izquierda.
Este derrape de los sectores mayoritarios de la UP demuestra la desorientación política en que se ven envueltos. Reclamar una devaluación gradual -‘des-pa-cito’- supone descargar la crisis sobre los sectores que viven de ingresos fijos en moneda nacional -mayoritariamente los trabajadores y jubilados-, perjudicar a los productores familiares y pequeños que dicen defender -endeudados en dólares-, así como a los trabajadores y capas medias con deudas en esa moneda por la adquisición de bienes de consumo, viviendas o vehículos. Es más, supone encarecer el precio del arrendamiento de la tierra, perjudicando al 50% de los lecheros y beneficiando a los grandes arrendatarios -terratenientes ‘oligarcas’-. Los atajos para la acumulación política suelen concluir en esto, basta mirar al FA en el gobierno y el camino que recorre gran parte de ‘la verdadera izquierda’ nucleada en la UP.
Los productores familiares y pequeños son asfixiados por el gran capital -principalmente el financiero y especulativo-. La tendencia del capital a la concentración -desarrollada por Marx hace 150 años- es una verdadera ley de la economía. Pretender la supervivencia ‘in extremis’ de la pequeña propiedad es un problema en el desarrollo de una política socialista (desarrollado ampliamente en ‘Marxismo y cuestión agraria’, publicado en nuestra web el 3/2). La izquierda obrera y socialista debe plantear impuestos progresivos a las grandes fortunas, la expropiación de los latifundios y la explotación colectiva de la tierras confiscadas a los terratenientes nacionales y extranjeros. A desalambrar!
Docente de educación secundaria, militante de ADES Montevideo y del Partido de los Trabajadores.