El fin de las vacas gordas ha dejado por el camino un vendaval de casos de corrupción que se expresan en todos los partidos del régimen. El caso más paradigmático ha sido el del ex vicepresidente Sendic, no sólo por su repercusión política y mediática, sino porque se trata de la punta del iceberg de toda una orientación general de negociados con empresarios amigos a partir de los recursos del Estado. El caso de ANCAP revela toda una red de negocios no rentables con un montón de empresas de capitales nacionales que se veían beneficiados a partir de los favores oficiales. Lo mismo sucede a nivel de todo el Estado, por eso no es de sorprender lo que ahora sale a la luz en ASSE, o en las Intendencias del interior del país; Soriano, San José y Maldonado. El esquema que se está viniendo abajo es el mismo que ya se derrumbó en Venezuela, dónde el Chavismo co-gobernó con la ‘boliburguesía’ amiga que se enriqueció durante todo su mandato.
La crisis mundial ha acicateado la disputa de las diferentes fracciones de los partidos del régimen por el control de las diversas cajas estatales, por eso emergen todo tipo de denuncias sobre la mala utilización de los recursos. De fondo lo que esta saltando por los aires son los manejos oficiales de los subsidios, exoneraciones, licitaciones y convenios con las grandes empresas.
Es que ahora en el marco del ajuste ya no se puede dejar contento a todos los sectores capitalistas que se enriquecieron a partir de esta orientación política.
La novedad política de todos estos casos de corrupción, es la manifestación pública de la completa integración del Frente Amplio al aparato del Estado. La ‘izquierda’ en el gobierno ha construido en todos estos años, a partir de altísimos salarios, el acomodo y el carrerismo, toda una burocracia propia, que se ha enriquecido a partir de la gestión estatal. Los grandes sueldos, y enormes subsidios que estos funcionarios políticos ganan abren una brecha inmensa con los trabajadores y el pueblo explotado. El subsidio que recibirá Sendic por U$$ 13000 por haber renunciado a la vicepresidencia es un privilegio inadmisible, pues ningún trabajador recibe un sólo peso si renuncia a su trabajo – y menos si desfalca una empresa- , y no sólo eso, son miles los uruguayos que han quedado desempleados y no reciben ningún tipo de ayuda o subsidio al parado.
Las trabajadoras de la Spezia –entre otros casos- que han sufrido el default patronal no reciben subsidio alguno para mantener a sus familias, muchas de ellas jefas de hogar. Por supuesto, con estructura impositiva que recae sobre los ingresos de los trabajadores, el subsidio a Sendic lo terminan pagando quienes viven de su trabajo.
El gobierno del Frente Amplio se ha convertido en una administradora de los negocios capitalistas, por eso se aumentan los salarios de los funcionarios políticos y mantienen bajos los salarios de los trabajadores, se trata de un problema de clase.
La salida a esta situación ya la marcaron con su práctica, hace más de un siglo los obreros parisinos en la primera experiencia de un gobierno de trabajadores en la Comuna de París: funcionarios revocables con un salario igual a un obrero calificado, en el marco de la lucha por el poder de la clase obrera.