Cuando asumió la presidencia Macri a finales del año pasado, el “progresismo” uruguayo y su contraparte “K” en Argentina hablaban del retorno de la “derecha neoliberal de los ’90”. Sería algo así como el inicio de los años oscuros, una especie de apocalipsis. De esta manera se eximía de responsabilidad al kirchnerismo y el estado calamitoso en que dejó al país: hiper endeudado, con altísima inflación, con casi un 40% de los trabajadores en negro y con una pobreza del 30 %.
Sin embargo, cuando empezó a sesionar el Congreso, el FPV (Frente Para la Victoria) de los Kirchner y aliados votó casi sin excepciones el pago a los famosos “fondos buitre” junto al macrismo. Esto supuso un endeudamiento colosal del país a tasas de interés altísimas. El “beneficio” sería la llegada de la tan ansiada “inversión extranjera”. No sólo no llovieron los dólares del exterior, sino que los que llegaron lo hicieron para especular en el mercado financiero con el negociado del dólar futuro ideado por el gobierno “K” y plasmado por el macrismo. Consiste básicamente en comprar dólares al precio anterior a la devaluación -que fue de casi un 50%- y venderlos al precio posterior. Este procedimiento que enriqueció sin riesgos a los especuladores llevó a que Cristina Fernández fuera procesada por perjuicio a la administración pública.
El tarifazo: marchas y contramarchas
El Ministro de Energía de Macri -Juan José Aranguren- que fue presidente de la Shell en Argentina hasta 2015 es el ariete del “tarifazo”. En principio implicaba una suba de tarifas de servicios públicos de ¡500 % o más! Uno de los argumentos era que las empresas privadas encargadas de los mismos no tenían rentabilidad con los precios de las tarifas al consumidor subsidiados por el Estado. Un estudio reciente publicado en Página 12 reveló que las empresas gasíferas TGN y TGS trucaban sus libros contables dando cuentas de pérdidas cuando en realidad giraban “por fuera” sus suculentas ganancias a sus accionistas en el exterior. En el caso de las energéticas Edenor y Edesur, cortaban el servicio a los consumidores aduciendo pérdidas e imposibilidad de invertir para ejorar los servicios, pero por otro lado compraron acciones de la brasileña Petrobras -en quiebra- por cifras centenarias en millones de dólares. Estas maniobras fraudulentas contaron con “la vista gorda” de los “K” durante años. Es decir que el tarifazo macrista completa el ataque a los usuarios en beneficio de estas empresas que se la “llevaron en pala”.
La reacción popular fue importante, supuso cacerolazos y movilizaciones masivas. Rápidamente se iniciaron recursos en la justicia que llevaron a una suspensión por parte de la Corte Suprema del tarifazo para las tarifas residenciales, no así para las comerciales e industriales. Lo que por una parte es un “freno”al tarifazo, por otra supone el traslado de los altos costos energéticos de industrias y comercios a los precios al consumidor. Los últimos datos de la inflación anualizada dan un 43,5 %. Con todo, Macri no ha podido imponer el tarifazo en la magnitud que pretendía.
La “oposición” K
El kirchnerismo está en una completa bancarrota. Envuelto en casos de corrupción de gran notoriedad y repercusión mediática, intenta sobrevivir sobre la base de la denuncia del “mal peor” -el macrismo-. Políticamente busca reagrupar al viejo peronismo a como dé lugar. En esa “bolsa de gatos” hay gobernadores peronistas que en sus provincias y distritos instrumentan el ajuste a lo Macri y reprimen a trabajadores, como en Tierra del Fuego y en la Santa Cruz de Alicia Kirchner. Scioli – candidato “K” en las elecciones presidenciales de 2015- ha expresado estar de acuerdo con las grandes líneas del macrismo diciendo que él hubiese actuado de manera similar.
La ex-presidente Cristina Fernández busca a partir de la creación de un “Frente Ciudadano” sobrevivir políticamente. En tanto esta idea no se ha podido consolidar, sus antiguos “compañeros” huyen en desbandada formando numerosos bloques en el Congreso y grupos políticos minoritarios. Recursos como el de salvar a Hebe de Bonafini -envuelta en casos de corrupción en la construcción de viviendas sociales- buscan forzar una grieta entre “la derecha” y los “nacionales y populares”. Esto tiene como objetivo político esconder la verdadera grieta que es entre los partidos del capital -los Macri, Massa, “K” y demás- y la izquierda socialista y revolucionaria que emerge como verdadera alternativa ante la descomposición política y económica del régimen capitalista.
La izquierda
El desarrollo del Frente de Izquierda y de los Trabajadores -FIT- ha alcanzado presencia nacional con la conquista de cuatro diputaciones nacionales obreras y presencia en siete legislaturas provinciales, así como decenas de concejales en distritos más pequeños. En particular el Partido Obrero plantea una absoluta delimitación política del peronismo en desbandada. Para esto es necesario evitar el absurdo seguidismo al kirchnerismo que ya ha mostrado sus limitaciones y caído en un enorme desprestigio ante los trabajadores por los casos de corrupción manifiesta en los que incurrió. La creciente incidencia de la izquierda en el movimiento obrero y en la juventud alumbra la imprescindible fusión de esa izquierda política con las masas explotadas. En esta síntesis y en la lucha por un gobierno de trabajadores está la salida superadora de la crisis para el pueblo argentino.
Docente de educación secundaria, militante de ADES Montevideo y del Partido de los Trabajadores.