Día Mundial del Medio Ambiente: Socialismo o depredación ambiental

Cada nuevo año que pasa encontramos nuevas fechas para recordar la importancia del cuidado del ambiente, y para luchar contra la depredación de este. Sin embargo los grandes focos capitalistas de contaminación masiva siguen impunes, sin ser tocados en casi nada por los Estados. El monocultivo y los agro tóxicos siguen siendo la base del modelo productivo de muchos países. Los bosques son depredados y los campos privatizados, trayendo como consecuencia la desarticulación de comunidades humanas y la extinción de especies. Por último el cambio climático coloca un marco de desarrollo para la humanidad en el cual la catástrofe global es una opción para nada imposible. Todo esto demuestra que la lucha institucionalizada en defensa del ambiente expresa grandes limitaciones, la protección de la vida es incompatible con el capitalismo.

La pandemia de covid-19 expresa con precisión la incapacidad del Capital de proteger la vida, priorizando antes las ganancias que la salud de los trabajadores. Sin embargo esto no es otra cosa que la expresión general de la decadencia capitalista, la cual ha exacerbado el proceso de separación entre el humano y la naturaleza que ya caracteriza al capitalismo en su fase temprana. Si a esto le sumamos la tendencia a las guerras (también con consecuencias ambientales) que tiene este sistema, nos encontramos con una organización social cuya misma existencia pone en peligro la vida humana.

En Uruguay nos encontramos con un claro ejemplo de los efectos capitalistas sobre la naturaleza. Tras un aumento brutal de la extranjerización de la tierra, nos encontramos con un modelo productivo basado en la dependencia del mercado mundial y los organismos financieros, y dependiente enfermizamente de formas de producción contaminantes. Lo demuestra la falta de voluntad de todos los partidos del régimen para tratar el problema de los agro tóxicos. El ejemplo de UPM y la instalación de la nueva planta condensa en un solo caso la mayoría de los males que aquejan a las economías contaminantes, emisiones de fosforo que contaminarán irreversiblemente el Rio Negro, extensión del modelo forestal, tierras infértiles, cianobacterias, y para peor sometimiento a que sea el pueblo el que pague este combo depredatorio, con represión policial incluida a quien se levante y lo critique.

La superación de la crisis ecológica no tiene solución ni dentro del capitalismo, ni bajo las respetables pero limitadas formas alternativas de producir. La depredación ambiental a escala mundial, solo puede terminar con la toma del poder por los trabajadores, como punto de partida para comenzar un programa de desarrollo de las fuerzas sociales productivas, que tenga como objetivo el restablecimiento del equilibrio entre sociedad y naturaleza. Esto nos lleva a levantar los siguientes reclamos:

– Fuera UPM y su tren

– Prohibición de los agro tóxicos

– Por un plan de reconversión industrial bajo control obrero y con criterios ambientales

– Por un plan de trabajo agrícola bajo propiedad colectiva de la tierra, con el objetivo

 de mantener desarrollar la alimentación y otros factores sociales

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Author: Emiliano Mastrantono