El Indice de Precios Selectivo de Acciones (IPSA), el principal indicador de la Bolsa de Santiago, había cerrado la semana pasada con su mejor rendimiento del año; sobraban motivos, pues el precio internacional del cobre batía récords. Los resultados electorales, finalmente, arrojaron que ni la coalición derechista ‘Vamos por Chile’ de Piñera, ni la oposición que gobernó los últimos 30 años, consiguió, cada una, un tercio de los escaños. Esto significaba que no pueden, por separado, bloquear ninguna reforma constitucional que obtenga mayoría simple. El oficialismo, que fue en una misma lista con los ultra derecha del Partido Republicano, consiguió sólo 39 escaños de los 52 que necesitaba. La derecha perdió, además, las alcaidías más importantes del país, pues se votaba también autoridades municipales y gobernadores. El Municipio de Santiago Centro se lo arrebató nada menos que el partido comunista. La rebelión popular de octubre de 2019 sigue picando carne.
La lista ‘Apruebo’ de la ex Concertación sólo consiguió meter 25 constituyentes, tres escaños menos que la coalición del ‘Apruebo Dignidad’ del Frente Amplio y el Partido Comunista.
El batacazo de los independientes
La rebelión popular fue capitalizada en términos electorales por las listas independientes, una novedad que fue introducida por la ley de convocatoria a la Convención, a las cuales los medios las caracterizan de izquierda. El Frente Amplio y el PC consiguieron primacía en la elección de alcaldes de la Región Metropolitana y regiones como Valparaíso.
Los independientes mayoritariamente de izquierda, aunque atomizados y sin dirección, consiguieron 48 escaños. 23 de estos escaños losobtuvo la ‘lista del Pueblo’, conformada principalmente por referentes de extracción popular vinculados casi en su mayoría a organizaciones de pobladores y de los Derechos Humanos, los movimientos más movilizados desde el 18O. Es realmente inédito que listas reclutadas en corto tiempo se impongan en una elección controlada por el estado a todo el inmenso aparataje de los partidos del sistema. El régimen sigue intacto en la cúspide que ha sido dinamitado en la base tradicional. Es un proceso de delimitación política que tiene, por un lado, ejes democráticos y, por el otro, reivindicaciones que exigirán mayores movilizaciones políticas y acciones de masas. Nos referimos a la liquidación de la jubilación privada y de la privatización educativa, y al montaje de un sistema previsional y de educación alternativo. Un lugar relevante lo ocupará el reclamo de una renta universal mínima, que supere la línea de pobreza. Esto es así porque los retiros de dinero de sus cuentas particulares por parte de los aportistas de las AFP, ha creado una crisis de financiación para el pago del retiro laboral. La conquista entera de este planteo mínimo es incompatible con el cuadro capitalista presente.
El MIT (PSTU) consiguió un escaño constituyente con la candidata María Rivera, activista por los derechos humanos, aunque se presentó de otro modo – como independiente en la Lista del Pueblo. Por su parte, el PTR (PTS), que se presentó en una lista propia junto al Movimiento Anticapitalista (MST), no obtuvo ningún constituyente, pero superó los 10 mil votos en la comuna norteña de Antofagasta, ciudad minera, lo cual le otorga un concejal.
Los partidos trotskistas han sido beneficiados por un ascenso político que ellos dicen, sin embargo, que no es tal. Los ‘mercados’ reaccionaron con pánico, porque advierten lo lejos que ha llegado el desplome del sistema capitalista implantado por el pinochetismo. La Bolsa de Santiago despertó con una caída de casi 10%, la mayor desde el 2020, perdiendo todo lo rentado en lo que va del 2021, y el peso chileno se devaluó este lunes un 3,3% en plena subida histórica del precio del cobre.
Vamos Chie, carajo.