El semanario Búsqueda del 25/04/24 informa que, el gobierno presentara el primer bono de impacto social en educación con “pago por resultados”. Este piloto es impulsado por el Mides y las Naciones Unidas implica inicialmente un fideicomiso de U$S 600.000 para el bachillerato ANIMA, un proyecto de formación dual para jóvenes de contextos desfavorecidos, financiado por empresas que se benefician del trabajo de estos jóvenes, formados según sus requerimientos de personal. Este proyecto es patrocinado por instituciones como el Banco Mundial, el Bid, la Unesco o la OIT y cuenta dentro de las empresas formadoras y socias a Katoen Natie, Banco Santander, Itaú, HSBC, BBVA, Teyma, Basf y una lista de más de 90 empresas según la información de su sitio web oficial.
Mientras sistemáticamente se reduce el presupuesto del Estado para la educación pública, el presupuesto que el mismo estado destina a subsidiar y financiar la educación privada aumenta considerablemente mediante distintos mecanismos. Es sabido que las empresas de educación privada reciben exoneraciones tributarias como el pago del aporte patronal a la seguridad social de sus trabajadores, el pago de tributos municipales o impuesto de primaria, además de subsidios para los gastos de servicios, etc.
La educación como mercancía que se comercializa y de la cual se obtiene lucro se extiende y desarrolla como una alternativa de las familias para zafar de las carencias de la educación pública, pero no sólo mediante el esfuerzo del pago de una cuota, sino con una fuerte contraparte del presupuesto del Estado. El próximo paso en este sentido es el llamado vaucher que se aplica en países como Chile, donde los estudiantes reciben un vale educativo para pagar sus estudios y deben competir por el mejor lugar. Este mecanismo no es ajeno a Uruguay, donde algunas familias reciben una suerte de vales de Inau o Mides para la cobertura de educación de primera infancia ante la insuficiente oferta pública para esa franja etaria en algunas zonas.
Por su parte, los capitalistas tienen grandes intereses involucrados en la educación. No sólo porque los centros educativos son por sí mismos empresas, sino porque en la educación está en juego la formación de la mano de obra que necesita para su desarrollo, tanto en la parte productiva material como sobre todo en la generación de conocimiento aplicado, sea ciencia o tecnología.
En este sentido, la llamada formación dual, que involucra prácticas y pasantías laborales para estudiantes y docentes es un campo fundamental de interés, donde con el perverso argumento de brindar una salida laboral a la juventud, las patronales se benefician con mano de obra formada o en formación, según su necesidad, sin los costos que le implica tener que capacitar y formar a sus técnicos y trabajadores, ya que las instituciones educativas (subsidiadas) se encargan de esto. Este mecanismo de intercambio entre las empresas y los centros educativos está bastante extendido en el interior del país, sobre todo para la educación técnica sea lechería, forestación, arroz o soja, tanto para la UTU como para la UTEC.
Este anuncio de financiación para el bachillerato dual de ANIMA constituye un negocio redondo o de economía circular como le llaman, donde grandes empresas “invierten” en educación para forman a los jóvenes que serán sus trabajadores y el Estado, además de los subsidios y exoneraciones ya mencionados, les reintegra la inversión, mediante un fideicomiso que es un préstamo internacional acordado con… los mismos organismos que patrocinan a esta institución educativa!
En simultáneo con la publicación de la nota en Búsqueda, el jueves 25 de abril, debido a las fuertes lluvias que se produjeron en el país, varios centros educativos se inundaron y padecieron copiosas cascadas de agua en el interior de los edificios abandonados de mantenimiento y mejoras desde hace años por falta de presupuesto y de interés de las autoridades de resolver estos problemas. Asistimos al derrumbe de la educación pública, literalmente.
Solo la movilización colectiva de docentes, trabajadores, estudiantes y familias puede poner freno a la destrucción de la educación pública, no hay salidas individuales, no hay negociación posible, o ponemos en pie un gran movimiento de lucha que conquiste los postergados reclamos, o estos proyectos mercantilizadores, disfrazados de soluciones a la pobreza y la marginación seguirán avanzando, aumentando sus cuentas bancarias conforme aumenta la miseria y la barbarie para las grandes mayorías explotadas.