Declaración de la comisión sindical del Paro Internacional de Mujeres-Uruguay.

Este 8 de marzo nos encuentra juntas y organizadas en este Paro Internacional de Mujeres. Porque como mujeres trabajadoras nuestras realidades nos recuerdan que somos las más explotadas y esto se agrava cuando con la clase se conjugan las múltiples opresiones y discriminaciones que sufrimos por motivo de raza, etnia, nacionalidad, identidad de género u orientación sexual.

Paramos este Día Internacional de la Mujer Trabajadora para denunciar que:

Somos trabajadoras las jefas de hogar de la mayoría de los hogares más pobres cuando ganamos salarios de hasta un 50 % menos que los varones, y de 30 % menos en función de nuestro nivel educativo.

Paramos porque la mayoría (el 52 %) de nosotras trabajamos en el sector de servicios lo que implica también los salarios más sumergidos, las peores condiciones, y la mayor precarización laboral, incluido las tercerizaciones. Esto incluye áreas como:

· Trabajo doméstico: 16.3 %
· Salud: 12.6 %
· Educación: 10.3 %
· Administración pública: 5.3 %
· Otras actividades : 5.5 %

Dentro del trabajo doméstico el 99,4% del sector son mujeres, la mayoría afrodescendientes, y sólo el 51,8% de los trabajadoras se encuentra aportando a la seguridad social.

Paramos y nos movilizamos también porque el desempleo es una realidad que afecta fuertemente a las mujeres de los hogares pobres. Porque somos las últimas en entrar al mercado laboral, pero las primeras en ser echadas.

Porque las mujeres afrodescendientes presentan la tasa más alta de desempleo, lo que constituye una mayor racialización y feminización de la pobreza. Porque habiendo trabajado toda su vida, las mujeres afro reciben menor jubilación en comparación con mujeres no afro.

Porque destinamos más del doble de horas semanales a las tareas domésticas y de cuidado lo que limita nuestra participación en el mercado laboral y actividades políticas.

Paramos para denunciar que estas situaciones de explotación precarizan nuestras condiciones de vida, nos marginan y empobrecen exponiéndonos aún más a situaciones de violencia, a redes de trata y atándonos aún más a nuestros agresores de quienes muchas veces dependemos económicamente.

Paramos porque las mujeres inmigrantes se hallan siendo explotadas en los trabajos peores pagos en las peores condiciones, y en muchos casos también habiendo llegado al país como víctimas de redes de trata.

Paramos porque nuestras compañeras trans y travestis son discriminadas por sus familias, y expulsadas del sistema educativo desde temprana edad, para luego ser excluidas también del mercado laboral.

Paramos porque las mujeres rurales tienen menor acceso a la tierra y a otros recursos productivos como asistencia técnica, financiamiento y políticas públicas productivas, mientras siguen trabajando en empleos de mala calidad, de bajos ingresos y con poca o ninguna protección social.

Paramos porque nuestras compañeras con discapacidades también son discriminadas y excluidas del mercado laboral.

Paramos porque este sistema, bajo la responsabilidad de las patronales, del Estado y de la indiferencia de este último, nos somete a condiciones de explotación y violencia que nos enferman dejándonos secuelas de por vida, o incluso llevándonos a la muerte.

En este marco, paramos para reclamarle al Estado:

Más refugios, garantías judiciales, y atención psicológica para nuestras compañeras víctimas de violencia y abusos, porque Uruguay es el país con mayor tasa de feminicidios de la región y no es suficiente una ley que lo tipifique cuando la mujer ya fue asesinada, mientras nuestras compañeras son sometidas a años de violaciones por familiares varones por carecer de garantías institucionales o independencia económica.

Exigimos presupuesto para la ley integral contra toda violencia basada en género para que no se configure como otra política de demagogia. Nosotras paramos porque no queremos más feminicidios, y para ello es fundamental que el Estado destine el presupuesto que corresponde para el poder judicial – sistemáticamente desfinanciado durante los últimos 8 años – y capacitación para las y los trabajadores, con el fin de que existan los recursos para que se pueda actuar con celeridad sobre esta problemática en la que se nos van las vidas de nuestras compañeras.

También reclamamos presupuesto para los sectores con salarios más sumergidos y peores condiciones que al mismo tiempo son los más feminizados, como la salud, la educación, y la administración pública. En este marco rechazamos enérgicamente las privatizaciones y tercerizaciones dirigidos a estos sectores y empresas del Estado por implicar una mayor precarización laboral en un contexto de claro avance neoliberal.

Exigimos que se actúe para que se garanticen las condiciones y derecho laborales para las compañeras que se dedican al trabajo doméstico, dado que más de la mitad se encuentra trabajando de manera informal exponiéndose a las peores condiciones de trabajo y violencia por parte de los empleadores.

Es también responsabilidad del Estado instalar guarderías y salas lactancia en los lugares de trabajo y estudio costeadas por los empleadores en pos de promover nuestra participación en el mercado laboral.

Por todo esto, también nos vemos limitadas para participar de un movimiento sindical que en muchos sentidos no contempla nuestras realidades, y es por esa razón también que necesitamos participar: le exigimos al movimiento sindical que haga suyos nuestros reclamos con independencia de clase, del gobierno y del Estado.

Por todo esto y más, este 8 de marzo, nosotras paramos.

Porque si nuestras vidas no valen, ¡produzcan sin nosotras!

Paro Internacional de Mujeres – Uruguay

PIM – UY Sindical

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Author: Corresponsal