La IMM deja 35 familias en la calle
Si algo faltaba para confirmar la completa descomposición política a la que ha llegado la izquierda uruguaya en el gobierno es lo sucedido hace unos días en el parque guaraní. Allí se habían asentado unas 30 familias que se organizaron para construir una serie de viviendas precarias (asentamientos). Estas familias con más de 90 niños, carecían de un lugar para vivir, por lo cual habían tomado esos terrenos municipales. Lejos de otorgarles una solución, la IMM realizó la denuncia para que las familias sean desalojadas. La orden judicial llegó, junto a la amenaza de desalojo por la fuerza pública. El intendente socialista no tuvo ningún empacho en mandar a desalojar con la policía a estas familias pauperizadas, que son una expresión de lo que gran parte de la población trabajadora y la juventud sufren; la carencia de viviendas propias.
Una política al servicio de la especulación inmobiliaria
No se trata de una casualidad, es la consecuencia de una política que se viene implementando por los sucesivos gobiernos municipales, y por el gobierno nacional del FA, que tiene como centro la especulación inmobiliaria, a partir de los negociados con las grandes constructoras (Corredor Garzón, y Gral Flores).
Las viviendas abandonadas en Montevideo ascienden a un total de 46 mil según un informe de 2011, frente a esta situación la IMM no ha adoptado una política de expropiación y refacción de las mismas para incluirlas en un plan de vivienda popular. Por el contrario, el gobierno del FA aprobó una ley que criminaliza con prisión a aquellos que ocupen viviendas desocupadas o terrenos. Esta orientación es acompañada con un plan de viviendas ‘sociales’, que no es otra cosa que un subsidio a través de las exoneraciones impositivas a las empresas constructoras, que las venden a precios exorbitantes, imposibles para una familia trabajadora media. La gran especulación inmobiliaria ha sido un gran negocio para los capitalistas, negando la posibilidad de gran parte de la población explotada al acceso de la vivienda propia, desarrollando un gran negocio a partir de altos precios de alquileres. Por este motivo para gran parte de la juventud, la perspectiva de independizarse de sus padres es nula, lo que lleva a que bajo un mismo techo vivan varias generaciones de una misma familia.
El problema de la vivienda se ha transformado en un problema fundamental para los trabajadores y la juventud, debemos luchar por un plan de viviendas populares, bajo gestión obrera. Por el inmediato alojamiento de las familias expulsadas del parque guaraní.