Reconstruir el sindicato como herramienta de los trabajadores para enfrentar el ajuste
La educación técnica, por su estrecho vínculo con el trabajo y su diversidad ha sido más duramente golpeada por las reformas económicas-educativas que se vienen impulsando y es también donde se ha visto una respuesta más débil, fragmentada y desarmada, por la falta de un sindicato fuerte y organizado en torno a posiciones clasistas. Sin embargo, protagonizamos grandes luchas en los últimos años, defendiendo nuestro salario y las condiciones de trabajo, frenando la aplicación de las reformas impuestas por los bancos, denunciando y enfrentando la privatización y la destrucción de la educación pública, que es la educación de los hijos de los trabajadores. La participación en las huelgas de 2013 y 2015 fue en aumento, en cantidad y en calidad de participación y acciones.
El proceso de estos últimos años constituye una experiencia muy profunda en la conciencia de los trabajadores, quienes debieron aceptar, que las promesas del gobierno progresista eran solo promesas, para pasar a superar la desilusión, retomando el camino de la lucha para enfrentar al gobierno responsable de aplicar las políticas antiobreras en curso, y simultáneamente, enfrentar también a quienes se colocan como correa de transmisión del partido de gobierno en el seno de las organizaciones obreras. Basta ver la escandalosa maniobra de la dirección mayoritaria del sindicato, que firmó el convenio de regimentación, desconociendo el mandato de rechazo de su Asamblea Nacional de Delegados.
Como preveíamos, el parlamento se abroqueló tras la propuesta del Ejecutivo de recorte presupuestal, dejando a la educación pública mucho más sumergida.
Una de las consecuencias más visibles e inmediatas será la pérdida en 2017 de unas cincuenta mil horas docentes, lo que se traduce en pérdida de grupos, de cupos para estudiantes y rebaja salarial directa para los trabajadores de la educación, con un aumento en la precariedad y flexibilidad laboral vigente. Además de los recortes en obras y tareas de mantenimiento y reacondicionamiento de espacios educativos.
Para frenar esta ofensiva, necesitamos un sindicato organizado y fuerte en torno a posiciones clasistas, que sea visible, confiable y que fomente espacios de participación, de decisión y de lucha para todos. Sin embargo, si bien se ha fijado una fecha de elecciones, estamos virtualmente sin una dirección legítima, ya que van dos años de retraso estatutario, con el agravante de que el plazo estipulado para realizarlas coincide con los momentos de mayor tensión y conflicto por ser el período donde se definen los grupos y la carga horaria para el año próximo, y es justamente donde se evidenciará el recorte.
¿Qué hacer en esta disyuntiva? ¿Priorizar la participación activa en las instancias de discusión y de lucha por los planillados de las escuelas para el 2017 o preparar las elecciones sindicales y la lucha por la dirección del sindicato?
Ambas cosas van juntas, se complementan y se entrelazan, son indisolubles. Hay que preparar la defensa de los cursos, de los grupos y de las horas organizando a cada compañero en cada escuela, pero conjuntamente con la disputa por dotar al sindicato de una dirección que defienda estas luchas de forma conjunta, con la perspectiva de recuperar la confianza en la herramienta colectiva, ni mediadores ni negociadores, sino representantes que dirijan sobre la base de verdadera democracia sindical, donde debatir entre todos que hacer y cómo, para luego salir unidos como un solo puño.
Compañeros, el ajuste y el recorte presupuestal son un episodio más de la bancarrota económica mundial que acelera la crisis; los trabajadores debemos abrir una salida propia y es por esto que los convocamos a discutir francamente una perspectiva hacia las elecciones sobre la base de un programa y un método que nos permita hacer frente a las limitaciones actuales y futuras y avanzar en la construcción de la herramienta de lucha.
Contra el recorte, contra la reforma privatizadora, en defensa de la educación pública. Es hora de reordenar fuerzas para enfrentar esta pelea, es hora de pelear reordenando las fuerzas. Defender la independencia de clase de los sindicatos para luchar, luchar para recuperar los sindicatos, ese es el desafío.