Los envíos al seguro de paro se mantienen arriba de los cien mil largos, los despidos son constantes, medio millón de personas está subempleada, algo más de una tercera parte de la población económicamente activa, la juventud es la que peor sale parada. Unas 70 mil personas comen diariamente en las ollas populares entre Montevideo e interior, aunque no se tienen certezas podrían ser bastantes mas y en ningún caso menos. El precio de los alimentos se incrementó un 20%, el de la carne un 30%. Los alquileres son una bomba de relojería aparte. El desarrollo de la crisis es en flecha
El gobierno continúa en el camino de achicar gastos. Con un 0,7% del PBI destinado a medidas para atender a los sectores más golpeados por la pandemia, distintos analistas han hecho notar que esto contrasta con la respuesta de países tan disimiles como el Salvador quien volcó el 11% o Brasil 7,5% de sus PBIs anuales.
Mientras se recorta el presupuesto a la Udelar o a la salud pública, se anuncian para el próximo presupuesto partidas especiales destinadas a gastos en equipamiento para el ministerio de interior y fuerzas armadas.
Uruguay-Chile
En una entrevista reciente en el programa Séptimo Día, Rafael Michelini, ahora secretario político del Frente Amplio, desarrolló, por así decirlo, el papel que debe cumplir el FA en la etapa, su diagnóstico fue al hueso: “Acá va haber gente que va a sufrir mucho (…) Yo le decía a Javier Miranda [presidente del Frente Amplio] tenemos que estar al lado de la protesta PARA QUE SEA PACÍFICA.”
“Nosotros no queremos ni el Chile del libremercado, ni la protesta anárquica y violenta (…) hay una gran responsabilidad del Frente Amplio”
Periodista: ¿Si no están ustedes al lado de la gente se pueden llegar a tener desbordes?
– Si claro, si usted tiene 120 mil desocupados (…) ¿La gente se va a quedar en la casa? Va a salir a protestar (…) Nosotros somos muy responsables, nosotros tenemos que encausar esto, el Frente Amplio en esto tiene que estar claro.”
Michelini se coloca en una línea de diferenciación con otro sector del FA que plantea la cooperación explicita o unidad nacional con Lacalle. Quien mejor resumió a estos últimos fue Yamandú Orsi:
“el Frente tuvo la opción de no votar la LUC, votar todo en contra, y sin embargo se decidió votar punto por punto e intentar conseguir las mejores cosas oportunas. Así hay que seguir. Está demás decirlo, pero la oposición tiene que ser constructiva.” (Búsqueda). El intendente canario ha extraviado hasta el más mínimo sentido de la puesta en escena. Se trata de un planteo expreso de colaboración con el gobierno.
Si lo que dice Michellini es correcto entonces debería ser un defensor entusiasta de la campaña por la derogación del LUC por medio de un plebiscito como plantean varios sindicatos. Tal camino confinaría en gran parte la batalla a la recolección de firmas y canalizaría una tendencia a la movilización permanente y en aumento en la propia base de izquierda, para una instancia con un desenlace alejado en el tiempo. ¿Por qué no se ha embanderado con una iniciativa a priori “indolora”? La dirección del FA está haciendo letra con la burguesía, ella misma tenía pronto un paquete de leyes y reformas para descargar la crisis sobre los explotados. No está dispuesta a dar ninguna señal que le implique la movilización en ningún sentido, así y todo se ven en la necesidad de pegar el grito en un lado y poner el huevo en otro. Enciende las alarmas con un futuro similar al chileno, cosa que la burguesía también adivina como muy probable por eso robustece su aparato represivo y lo blinda legalmente aumentando sus atribuciones.
Como plus digamos que el sinceramiento de Michellini vino a saldar definitivamente un debate que se presentó en ocasión del balotaje ente Daniel Martínez y Lacalle Pou en octubre del año pasado, entre el sector que orbita alrededor del FA y mas en particular de su ala crítica, pero que mantiene una autonomía declarativa de este, y quienes sostuvimos la necesidad de delimitarse de la izquierda que se reclama revolucionaria. La piedra de toque para este comportamiento fue la temprana constatación de que el FA se negaba a enfrentar a esa derecha “fascista” que tanto pavor causaba. Nos negamos a renunciar a una acción política independiente en un período de tendencias a las explosiones sociales y levantamientos, para confinarnos en el estrecho callejón de “frenar” a la derecha. Martínez incluso llegó a afirmar a horas de la destitución de Manini, y cuando aún no estaba claro si legalmente podía postularse a cargo alguno, que para él el comandante destituido sería “un candidato más”. El Frente Amplio creó su propio sustituto de derecha.
Michelini deja K.O a esa izquierda que veía en el FA una vía de movilización, mala y conservadora, es verdad, pero (aseguraban) canal al fin. Michelini lo presenta como lo opuesto; el rol es “encausar” “pacíficamente”. En otras palabras, desmovilizar, desviar y estrangular.
Movimiento Obrero
En nuestro país existe un movimiento obrero clasista y de izquierda, pero se encuentra ante una encrucijada. Hace un año exactamente decíamos, en una de nuestras audiciones radiales, que “La burguesía se prepara para la guerra y la dirección del PIT-CNT para la paz” (Rafael Fernández). La advertencia se cumplió plenamente. El declive económico de la clase obrera no ha hecho más que profundizarse mientras la política de la cúpula del PIT-CNT ha sido un recule constante.
El Estado ha logrado asociar a la burocracia a su guerra contra los trabajadores. Toda la función de esta dirigencia es la de permitir que la crisis siga su rumbo y cumpla su cometido de expropiación económica. Ha sellado un acuerdo de rebaja salarial atado a un incierto crecimiento del PBI en un futuro aún más incierto. Después de coquetear ha mandado al frezzer la discusión sobre el plebiscito contra la LUC que impulsan algunos sindicatos.
Seis meses luego de asumir, “el asenso de la derecha”, como decía la izquierda políticamente inestable, ha demostrado que es un tembladeral. A Talvi se lo trago el tifón y Manini aparece más propenso a alimentar los ataques de su tropa que a contenerlos, él mismo se coloca en un rol de francotirador regularmente. A la división del oficialismo hay que incorporar la de la oposición. La triple candidatura a la intendencia de Montevideo por el FA es el vivo reflejo de esa erosión.
¿Uruguay no baila al ritmo de la crisis capitalista? Los temores de la dirigencia frentista lo confirman, sólo que es una diapositiva distinta de una misma película, la burguesía tampoco se engaña. Hay que prepararse.
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